martes, 26 de enero de 2021

LOS ROSTROS OCULTOS por Lele Garassini

Los rostros ocultos

Cuando colocaron el reto de escribir sobre los Rostros ocultos, así como hago todos los meses con el reto de escritura, pensé en el tema a ver si me venía alguna idea de cómo abordarlo y decidí, como también he hecho muchas veces, hacer una búsqueda en internet con las dos palabras “Rostros ocultos”. Para mi sorpresa el primer referente es una Banda de rock española que sale siempre de primera, con sus canciones, álbumes, éxitos, en fin toda su trayectoria. Más adelante empiezan a aparecer menciones sobre el Arte de ilusión óptica, es decir a efectos perceptuales donde hay algo oculto que aparece como una ilusión óptica. Posteriormente hay varios links a la Autobiografía de la Vida secreta y la novela “Rostros ocultos” de Salvador Dali. También se encuentran numerosas referencias al rostro oculto de diferentes movimientos o tendencias actuales como: el rostro oculto de la violencia de género, del mal, del movimiento ciudadano por la paz, entre otros. Finalmente aparecen menciones a la cantante australiana Sia, que en todas sus apariciones en público se oculta el rostro con su cabello, incluso mencionan una entrevista que le hicieron y le preguntaron el porqué del ocultamiento de su cara en sus presentaciones y dijo que para tener privacidad y poder ir a cualquier lugar público y que no la reconocieran y ser como cualquier otra persona.

Después de ver el popurrí de referentes, la mayoría relacionados con el querer ocultar algo, o no mostrarlo directamente, o hacer denuncia de algo, empecé a pensar en los rostros ocultos y lo empecé a relacionar con los diferentes roles que cada persona debe ejercer en su vida, porque de alguna manera tienes un rostro en cada rol, y sin querer,o queriendo, ocultas otros de tus rostros en cada rol. Ojo, no necesariamente el rostro que ocultas, son aspectos negativos de tu personalidad, sino aspectos que no muestras porque no quieres o porque no se presentó la oportunidad de mostrar. Sobre eso es que he pensado y quiero escribir. Cada persona cumple muchos roles y puede enumerar los suyos. Como ejercicio enumeraré los míos: mujer, hija, hermana, prima, amiga, esposa, madre, tía, madrina, comadre, cuñada, nuera, consuegra, profesora, colega, psicoterapeuta, vecina, ciudadana, migrante, latinoamericana, lectora, escritora, corredora, caminadora, ciclista, costurera, cocinera. En fin, un montón de roles, que incluso estoy segura que se me pasan varios. Pensándome en cada rol me doy cuenta que solo muestro, o mostramos, una faceta de nuestra vida en cada uno porque las circunstancias, o las normas, o el deber social, o incluso tus propias “autoexigencias” te lo demandan, quedando siempre algunos rostros ocultos cuando actuamos bajo un rol.

¿Estaremos preparados para hablar o para mostrar nuestras vulnerabilidades y nuestras capacidades, porque ambas son rostros, en cualquier momento que nos encontremos?

Quizás la norma social dice que al conocer a otras personas en un rol deberíamos presentarnos según nuestra experiencia en ese rol, sin decir muchas cosas, pero tampoco sin decir nada. A medida que seguimos frecuentando a esas personas empezamos a contar un poco más de nuestro rol y quizás nos atrevemos a empezar a mostrar otras facetas o rostros de nuestra personalidad y nuestra vida. ¿Cuánto mostramos?¿Qué mostramos? Pues allí hay un largo depende… y allí existe una gran diversidad, en uno mismo y con las demás personas. Habrá a quienes siempre les mostremos el mismo rostro, quizás muy ligado al rol, a otras poco a poco les vayamos ampliando los rostros y con algunas , de seguro muy selectas en nuestra vida, ¿seremos capaces de no tener rostros ocultos? ó ¿seremos lo más transparentes posibles?... porque en definitiva pareciera que a la única persona con la que uno puede ser totalmente auténtico y no tener rostros ocultos,  es uno mismo… y siempre es un trabajo incluso ser totalmente honesto con uno mismo…ahora imagínense con los demás…lo difícil que es no tener ningún rostro oculto, que insisto, no siempre es una característica negativa de ti misma, simplemente puede ser algo que no quieres mostrar por pudor, por miedo, por humildad, en fin por cualquier cosa que tú y solo tú hayas decidido, en plena libertad resguardar.

En fin , interesante este tema de nuestros “rostros ocultos”, que definitivamente con este escrito los he reconceptualizado. No hay ningún problema en tener rostros ocultos, si lo hacemos porque lo decidimos, con quién, cuándo y por qué hacerlo y tenemos la libertad para pensarlo, cambiarlo y entenderlo. Me pregunto:

¿Habría entonces que aprender a gerenciar saludablemente nuestros rostros?

Buen título para un programa de formación.

 

María Elena Garassini

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