jueves, 14 de junio de 2018


Bendiciones”
Jesucita Peters Salcedo
Bendiciones  a la vida que me ha dado tanto, me ha dado  miles de experiencias  para vivir  a plenitud  y disfrutar las cosas maravillosas  de este transitar  por este plano.
Bendiciones incontables de este aprendizaje infinito del día a día que a veces nos reconforta  y otras no tanto, pero a fin de cuentas aprendizajes valiosos  para acumular y enriquecernos como fuente inagotable “de vida”, “de amor”, “de crecer”, “de emprender”,” de apoyar”, “de entender” “de ser empático”  y ser cada día una mejor versión de mi misma.

Bendiciones muchas  por haber nacido en una familia con valores  invaluables que me han hecho ser lo que soy hoy  y sentirme orgullosa, cuando hablo de la familia observo lo importante del bendecir en mi familia, recuerdo cuando pequeños como nos incentivaban el pedir la bendición no se sale de casa sin pedir la bendición ,al levantarnos era obligatorio pedir la bendición, al sentarse a la mesa es importante bendecir los alimentos y con quien los compartimos, cuando salimos de viaje el carro va repleto de bendiciones  y todos los santos que pudieran acompañar esa bendición, que casi no me permitía  entrar al mismo ya que estaban todos los puestos ocupados con todos los santos que mamá pedía que me acompañaran  en el viaje,Jajaja.

 Pienso que el dar bendiciones forma parte de nuestra cultura,  está en nuestra esencia por supuesto con una gran connotación religiosa que acompaña al venezolano. La bendición me ha acompañado desde siempre,  cómo comprar una casa y no llevar al cura para que la bendiga  eso no era admisible en mi familia, todos los eventos importantes deberían ser bendecidos, y por supuesto  en la religión católica todos los eventos importantes el bautizo, la primera comunión ,la confirmación, el matrimonio y en el ocaso de nuestras vidas la bendición de los santos olios para nuestros enfermos para ir al otro plano , increíble en cuantos momentos de nuestra vida está marcado por la bendición.
Me siento bendecida al poder ir completando mis metas propuestas en la vida como profesional,  madre,  hija, amiga, compañera, entre otras.

Además, me siento bendecida por haber nacido en este hermoso país que tiene todas las cualidades que muchos países pudieran desear, bendecidos somos de poder acostarnos debajo de un árbol y poder contemplar nuestro cielo estrellado sin mucha preocupación por el clima, clima por demás maravilloso.

Bendecidos de tener playas  incomparables: Archipiélago de  Los Roques, Playa Medina, Morrocoy,El Parque Nacional Mochima,entre muchas otras,Margarita nuestra Isla la Perla del Caribe.
Bendecidos por Nuestra Gran Sabana magnificente en todo su esplendor ofreciéndonos paisajes únicos, cascadas, ríos, valles, selvas, tepuyes, además, el Salto Ángel  declarado patrimonio de la humanidad siendo el salto más alto del mundo, cayendo del “Auyantepuy”  que es una meseta plana enorme,El Roraima es el punto más alto de la cadena de mesetas tepuyes de la sierra de Pacaraima.
Bendecidos en el Occidente por los médanos de Coro que es el desierto más grande de la costa del Caribe con sus arenas movedizas, y la Cordillera Andina donde se encuentra el Pico Bolívar formando parte del Sierra Nevada.

Bendecidos por  nuestros  llanos Venezolanos,dónde los dejamos con sus atardeceres llaneros que nos enceguecen de tan esplendida belleza  y los bailes de la región que nos enorgullecen con los joropos llaneros y sus maravillosas aves que le caracterizan, dime que paisaje quieres y Venezuela te lo ofrece,caramba cuan bendecidos  somos, como no amarla  y no sentirnos bendecidos por todo lo que tenemos sin hacer ningún esfuerzo,  Dios nos  dio  todo a través de la naturaleza.
Y qué decir de nuestro  Ávila que nos  bendice y arrulla  con su hermoso paisaje que engalana día a día nuestra ciudad Capital.

Todo lo que nos ofrece nuestro país es motivo de bendiciones y deberá ser el impulso para anclarnos en estos momentos aciagos de nuestra patria, que estoy segura que más temprano que tarde superaremos para  beneplácito de nuestra alma que en se encuentra hoy constreñida ante tanta ignominia.

Bendiciones infinitas, que a pesar de tener nuestros afectos en la distancia pero tan cerca en el pensamiento y el corazón, sabemos que están dando lo mejor de sí para dejar el nombre de Venezuela en alto a pesar de las dificultades, hoy día no hay padre o madre venezolano que no bendiga y ore todos los días por  nuestros  hijos que son nuestra herencia más preciada diseminados por esos horizontes del mundo con la esperanza y la añoranza de ese regreso a nuestra patria amada.
Bendiciones Señor todos los días por permitirme abrir los ojos y contemplar tu obra y apreciar las nuevas hojas de las plantas que me permiten el disfrute de los distintas tonalidades del color verde, que maravilla y las flores para  alimentar el alma con el colorido amarillo  del  Araguaney , con su primo hermano el  Apamate con sus flores rosadas, la Acacia roja o flanboyán, el Bucare con sus maravillosas flores color naranja, todos ellos en los actuales momentos adornan e impregnan con sus olores a nuestra ciudad.

Bendiciones por las aves, el colibrí llega a mi balcón habido  de tomar el néctar de las plantas contemplar el movimiento de sus alas es magnético para mí y de un disfrute indescriptible a l ver las guacamayas siempre en parejas hablando de ese amor infinito que las une y que hace que siempre estén juntas como diciéndonos sí se puede,   que regocijo siento.
Bendiciones por poder escribir y expresar estas palabras que sencillamente me hacen sentir libre ante tantas limitaciones.

Bendiciones de poder contar con este grupo maravilloso con quien poder compartir estos pensamientos rebosantes  de tantas emociones que brotan a través de mi piel, mis sentidos, mis expresiones, es decir todo mi ser.

¡MIL BENDICIONES POR EXISTIR!

Autor:
JesucitaPeters Salcedo.

lunes, 11 de junio de 2018

Bitácora fotográfica de las "bendiciones" de junio 2018

La reunión de junio
Tema: Bendiciones
Host: Don Alberto
Día: Sábado 9 de junio









LA BENDICIÓN 


Ese día, por alguna razón, perdí el transporte del colegio, y cuando ya me disponía a disfrutar feliz mi inesperado día de asueto, escuché la voz de mi madre decir: "arréglate que te voy a llevar, no puedes perder clases". Tomamos el autobús hasta el centro de la ciudad y de allí caminamos por la calle Colombia hacia arriba. Faltando una cuadra, divisé el busto de Don Bosco que se asoma vigilante en la parte superior del edificio, me desprendí  de mi mamá y pegué  una carrera que no detuve hasta llegar a mi salón de clases del tercer grado "A".
Todo el orgullo y satisfacción que pude haber sentido por esa extraordinaria carrera se me esfumó en el momento en que me percaté  que no me había despedido de mi mamá ni le había pedido la bendición.  Sentí deseos de levantarme y regresar, pero ya era tarde. Ese momento de "olvidar la bendición", quedó grabado en mi memoria quizás como uno en los que por primera vez experimenté la emoción de la tristeza.

Crecimos pidiendo la bendición a nuestros padres, abuelos y tíos. Lo hacíamos apenas nos levantábamos, al salir o llegar a la casa y antes de ir a dormir en la noche. Había otro momento muy particular en que mi madre nos enseñó  y era cuando el reloj sonaba las doce del mediodía. A esa hora en nuestra casa resonaba un repicar de bendiciones de diferentes timbres, desde los más grandes hasta los más pequeños corríamos hacia mi mamá gritando: ¡bendición!..¡bendición!..¡bendición!  Una costumbre que no he conseguido en otras familias venezolanas, y siempre me preguntaba:  ¿Porque pedir la bendición diariamente a las doce del mediodía?   Como éramos tan numerosos,  - nueve hermanos-, la única explicación que se me ocurre es que era una especie de "inventario" que realizaba mi mamá, de pasar lista y estar segura de que estábamos completos y que todos estábamos bien. 

Las bendiciones de los padres, cuando se interiorizan con fe, son muy efectivas. Con ellas siempre me sentí protegido y acompañado. Muchos desenlaces a lo largo de mi vida, que pudieran atribuirse a golpes de buena suerte, realmente no lo fueron, resultaron del esfuerzo, del buen proceder y de ese espaldarazo del que siempre andaba a mi lado a solicitud de mis padres cuando me dicen:"Que Dios te bendiga y te acompañe".

Son variadas y múltiples las bendiciones que recibimos de Dios, pero esas bendiciones invocadas por nuestros mayores tienen un alcance extraordinario, que quizás algunos no valoran, porque al hacerlas de manera automática  y repetitiva, le van perdiendo el significado. Pero cada vez que nuestros padres nos dan su bendición, nos están cubriendo con el manto de Dios, debemos asimilarla y apreciarla con respeto y amor.

En mis limitadas investigaciones con personas de otras nacionalidades, no he conseguido otro país en donde los padres acostumbren a dar bendiciones como se hace acá. Mi profesora de italiano, una napolitana que tan pronto llegó se enamoró de Venezuela,  me comentaba que una de las tantas cosas que le encantó de éste país, fue precisamente ese gesto de los venezolanos de pedir la bendición a sus padres. Le pareció siempre un acto sublime de amor. No aprendió eso en su Italia natal, pero lo adoptó y ahora la imparte feliz a sus hijos y nietos. 

Esa concesión tan especial que se nos ha otorgado a los venezolanos de poder impartir bendiciones, es en sí misma una bendición de Dios. Desconozco desde cuando la comenzamos a practicar, pero  en los tiempos actuales ha adquirido una relevancia especial, cuando millares de nuestros hijos están emigrando y muchas veces ni siquiera sabemos cuándo los volveremos a ver, no nos queda otra que darles nuestras bendiciones. Ellas mitigan la tristeza que produce sus ausencias y nos reconforta la confianza de saber que los estamos dejando en buenas manos, que si no se zafan de ellas, siempre  encontrarán buen camino para transitar.  

Lionel  Álvarez Ibarra
Junio 2018










Enviado desde mi

domingo, 10 de junio de 2018

LA HISTORIA DE NUESTROS TIEMPOS


LA HISTORIA DE NUESTROS TIEMPOS

Cada encuentro es una lista de amoroso chequeo,
en la tabla periódica de los integrantes del JCM.
Es un viaje fabulado por las venas del tiempo,
escrutando las arrugas en los espejos de la vida.

Venimos cargados de vivencias variopintas,
que nos unen en abrazos reales y virtuales.
El tierno placer de sabernos más sabios, mas humanos,
libres de la soberbia de la juventud lejana.

El diario de vidas está escrito bajo un prisma entrañable,
con nuestros hijos y nietos como la gran fortuna de amor.
En ése mismo diario estará la amistad como un banquete divino,
de los hermosos años dorados que nos tocan vivir.

Hoy  nos miramos en los ojos de los amigos.
Compartimos las emociones de la piel que habitan.
Atamos recuerdos con el hilo invisible de lo fraterno.
Hacemos orillas paralelas con la pasión que nos hermana.

Mundos trajinados en solitario o en compañía,
miles  de kilómetros  bajo nuestros pies.
Vidas extraviadas por la enfermedad  y el infortunio.
Vidas levantadas a fuerza de empuñar los avatares.

Vamos inexorablemente al sabio envejecer.
Nuestro niño interior aún guarda la frescura de los años,
sin importar las canas y las arrugas que lo envuelvan,
mientras seamos capaces de bailar la danza de la vida.

Amigos queridos que atendieron la llamada de Dios.
Amigos que hicieron  hogares  en otros suelos.
Amigos que domaron los golpes cíclicos…¡ todos!
se hicieron grandes constructores de fortuna espiritual.

Si tuviéramos que hacer una radiografía de cada existencia,
amasaríamos una gran fortuna de experiencias y emociones.
Si de hacer balance se tratara, seguro que Dios generoso
nos llenó con vidas plenas de amor y enseñanza.

Leyendas de salón lejanas envuelven nuestra juventud,
en las hojas de la alquimia, en la tabla periódica del saber.
Estamos los 98 integrantes codificados y clasificados, 
bajo los números atómicos del amor, valores y fortaleza.
Los amigos son una bendición a fuerza de trabajar
la distancia, el respeto y la valoración de lo que significan…

Gudelia Cavero Hurtado

sábado, 9 de junio de 2018

Bendiciones


BENDICIONES
Maria Elena Garassini


Bendecimos todo lo que la vida nos ha otorgado

Encontramos la mano de Dios en ellas

Nacimientos, parejas, amistades, naturaleza

Declaramos que nos hacen felices su presencia

Imaginamos cómo sería nuestra vida ellas

Completa desolación del alma

Imaginamos y potenciamos nuestra vida con ellas

Onomatopeyas de cantos, oleajes, risas, susurros y llantos

Nos deleitan y las disfrutamos a diario

Estamos inmersas en ellos y las agradecemos

Saboreo permanente son las bendiciones en mi vida.

HACIENDO EL BIEN, SE RECIBE BENDICIONES

Por Martìn A. Fernández Ch.
Fecha: 09/06/2018
(emoticon manos juntas)


-Si deseas vender, comprar o alquilar un inmueble, puedes contactarme o enviar mi contacto a alguien interesado. Gracias. ¿Cómo esta señor Martín?, espero que se encuentre bien.

-¿Bien y tú?

-Gracias a Dios bien, dedicándome a otras cosas. ¿Y a usted cómo le ha ido?

-Excelente, no paro de trabajar, gracias a Dios. ¡Surfeando la situación!

-¡Qué bueno! me alegra. Sí, hay que reinventarse en este país para no dejarlo solo. Seguir trabajando al 100%.

- Así es, ¿Tú no estabas en Fashion Gourmet?

-Sí, usted hizo un trabajo en las quintas de Bello Monte que son de la empresa, ¿Se recuerda? Ahora estoy una inmobiliaria Renta House.

-Si lo recuerdo.

-Yo era la administradora de allí. Cambié de ramo, ahora me dedico a la asesoría y venta de inmuebles. Si tiene a alguien, estoy a la orden.

-Ok, lo tendré pendiente. Te deseo mucho éxito.

-Gracias (emoticon manos juntas). Igual para usted, que tengamos excelente proceso de labores en nuestras carreras.

-¡Seguro que sí!

-Hace un tiempito llamé a tu trabajo anterior y pregunté por ti, y me dijeron que te habías ido.

-Sí, hace tres meses salí de allí. Fue un excelente trabajo, aprendí mucho, pero se fue abajo por un gerente que metieron y llevó el negocio casi a la quiebra. Aún está abierta, pero no están prestando el servicio de antes.

-Qué broma. Ya verás que todo te saldrá bien.

-Sí, amén, claro que sí (emoticon manos juntas), gracias señor Martín.

-Ponte en contacto con la Cámara Inmobiliaria de Guarenas. Y has el curso de corredor inmobiliario, te ayudará a ampliar relaciones. Te mandaré el contacto de una colega de forma parte de su Junta Directiva y habla con ella. Dile que la llamas de mi parte.

-Gracias, buenísimo, un millón de gracias.

-Chévere, que tengas un excelente día.

-Igual para usted, miles de bendiciones, gracias (emoticon manos juntas).

Pertenezco a una familia de emigrantes donde no se tenía la costumbre de pedir la bendición, pero, con el pasar de los años, luego de roces con la cultura venezolana, hemos adoptado éste bonito hábito. Ahora, siempre existe ese intercambio de bendiciones con mis hijos (incluyendo el hijo de mi novia), mis sobrinos e hijos de amigos muy cercanos, hasta de los propios amigos. Es un sentimiento de amor muy particular, es reconocerse en un orden de importancia filial, el cual representa un primer saludo o despida de unión indisoluble.

Sin menospreciar este tipo de bendiciones, existe uno muy particular que está relacionado con la siembra que se hace día a día de aprecio y bondad hacia otras personas, que con el pasar del tiempo agradecen el apoyo que se les ha dado y que se les pueda dar para su éxito como persona o como profesional. Este es el caso del diálogo presentado anteriormente, en una conversación de “whatsApp”, que se trata de una muchacha que conocí como administradora de un negocio y que en la actualidad desarrolla otro tipo de trabajo, en donde seguramente será exitosa porque es muy profesional y tiene ganas de aprender.

Estoy convencido que en la vida hay que ser amable y ayudar a las personas que desean triunfar. Y también estoy convencido que este acto de bondad hacia el prójimo, nos será revertido con una bendición.

FIN

viernes, 8 de junio de 2018

"misaéseis"

"Misaéseis"
Juan Pedro era margariteño, de La Asunción, y tenía 21 años cuando lo apodaron con el nombre de “misaéseis”. Resulta que era demasiado enamoradizo y una tarde de un domingo, frente a la  plaza, fumándose un cigarro, descubrió que las mujeres más hermosas del pueblo, asistían justo a la misa de las seis de la tarde. Para entonces, Juan Pedro ya había leído a Don Juan De Marco, y había adquirido muchas habilidades “enamorísticas” con las mujeres; o lo que es lo mismo, sabía cómo enamorarlas.
Se hacía llamar JuanPé, entre sus amigos. Le encantaba colocar sobre nombres a la gente, pero no le gustaba mucho que se los pusieran a él. Se vestía con un pantalón de kaki con camisa de cuadros con las mangas arremangadas hasta los codos; usaba zapatos sin trenzas, como para poder huir en un momento justo, y se dejaba la barba como de dos días. Tenía una maquinita que se lo cortaba a esa altura y siempre parecía que estaba de dos días sin afeitar. Era blanco y tenía los ojos color de la miel; todo un galán pues, un “mangazo” como llegó a decir Jacinta la del número 13, la que fue una de sus primeras víctimas.
Jacinta era una muchacha jovencita que apenas había cumplido los 18 años. No había tenido novio alguno y por supuesto era virgen. Se vestía como las muchachas del pueblo, con zapatos bajitos negros, falda de flores y una camisita negra. Tenía el pelo castaño, producto de la mezcla de las razas margariteña y portugués. Caminaba como una ave zancuda, paso a paso y observando a la gente cuando iba en camino a la misa de las seis de la tarde. Así como Jacinta veía, era vista por JuanPé, quién como un poco antes de las seis, se arrodilló en las escalinatas a esperarla pasar, y como quién se encuentra sorprendido y en un cruce de miradas, llegó a regalarle una sonrisa.
Jacinta le devolvió la sonrisa acompañada de unas mejillas sonrrojadas, por lo cual JuanPé supo que había pescado. Al salir de misa, él por supuesto estaba en su camino, y tras volver a sonreir, le dijo,
-Hola, me llamo Juan Pedro ¿y tú?. Vivo a tres cuadras de acá-
-Me llamo Jacinta y vivo al voltear la cuadra siguiente-, contestó
-¿Te puedo acompañar?-, -ya se hace tarde-, completó
-Claro mi mamá debe estar en la ventana esperándome.-
Si ya ella caminaba como una zancuda caminando sola, acompañada del galán, se tardaron mas del doble para caminar los 100 metros que los separaba de la iglesia a su casa. En ese trayecto, JuanPé, delineó lo que iba a ser su estrategia de guerra por los próximos 10 amores del pueblo. Primero habló de lo solo que se sentía, luego de la pérdida de su madre, seguido por la necesidad de estar acompañado y todo junto a la declaración maravillosa de la belleza que observaba y admiraba en ella. Así fue, durante tres domingos hasta que al cuarto domingo, llegó tarde a su casa, a las 9 en vez de las 7.
Le siguieron Carmen, Clara Julia, Adela Vicenta, Mariana del Valle, Rosa Margarita, Asunción Santa María, y otras. Pero siempre, sin recato alguno, les comentaba a sus amigotes lo que hacía, en la puerta de la Iglesia, antes de la misa de seis y por supuesto lo que hacía tiempo después. A este caballero que no le gustaban los apodos, recibió aquel que lo acompañaría por el resto del tiempo que vivió en La Asunción: er “miséseis”; el propio “hijo er diablo”
Solo bastaba un poco de tiempo para que las historias contadas por sus víctimas llegaran a los oídos del cura Don Fermín, un español bien jodido por dentro y por fuera, que gritaba y regañaba a los pecadores o pecadoras en plena confesión. La ventaja era que gritaba en catalán, idioma que solo entendía una sola señora del pueblo: Doña Pepita, la mamá de Asunción Santa María que era Catalana también y había ido a acompañar a su hija a que se confesara pues hacía varios días que no probaba bocado, y le dijo:
-Una buena confesión te va a aliviar y a abrir el apetito-,
Pero lo que logró abrir el cura Don Fermín fueron las orejas de Doña Pepa que entendió perfectamente con pelos y señales lo que el Cura Don Fermín le gritaba a la joven  que lloraba al contarle los detalles del encuentro con su amante. Se dice que los gritos de la señora fueron tan altos, que las campañas volvieron a redoblar, ya que por el paso de los años estaban tiesas. 
-“Hacían diez años que no sonaban”- , dijo tiempo después el cura
Al salir de la iglesia jalando por el brazo a su hija pecadora, gritaba; esta vez en español, todo lo que sentía y lo que sentía por JuanPé a quién conocía desde chiquito. La gente que oia los gritos de la mujer, los llegó a confundir con los vendedores de frutas y verduras que decían a través de un parlante gris y oxidado: -a 100 los plátanos-, o –llévese tres piñas y paga dos-. Pero resultó que no era eso, y cada madre en la boca de su vecina, logró descubrir lo que le pasaba a cada una de sus hijas desfloradas. Los gritos de todas las madres a la vez, llegaron a los oídos de Juan Pedro, quién decidió salir corriendo. Se dice que esa noche, todos los padres de las niñas asistieron a una reunión y que solo dejaron de ir los que tenían hijos varones, ya que no llegó a tanto. Esa noche salieron en su búsqueda.
Al regresar, los hombres del pueblo prendieron fuego a la casa del joven. Su padre viudo  había salido también. La mañana siguiente muy temprano, una dama vestida de negro, aquella que llamaban Jacinta cuando jovencita, logró rescatar de entre las cenizas, una carta doblada en cuatro. Se apresuró a desdoblarla y ver que tenía un escrito en puño y letra, y que al final estaba firmada con el nombre de Juan Pedro Rodriguez. Un suspiro sordo, le quebró la voz, seguido por las lágrimas que brotaron de sus  ojos, aquellos que una vez estuvieron llenos de aquel a quién había amado tanto. Abrazó la carta contra su corazón, hasta que sus ojos se secaron y pudo leer entonces, el contenido. La primera frase que tenía la carta decía: “A Jacinta, el único amor de mi vida, a quién hice daño y a quién no pude pedir perdón. Le doy mis bendiciones”
“Bendiciones.
No he podido dejar de pensarte. Llenaste mi existencia pero no tuve el valor de decirlo.  Si me llegas a perdonar, quiero que sepas que solo deseo bendiciones para ti.
Que la brisa de la mañana te de el aliento necesario para ver el atardecer
Que tu infinito amor te permita perdonar y comenzar de nuevo
Que en ese comienzo, tu vida sea dos veces mas plena que la que hubieras tenido antes
Que nunca te arrepientas de nada y que sigas escuchando a tu corazón, pues en lo años, se vuelve el mejor consejero
Que tengas alas para volar alto a donde quieras ir. Que tengas una larga vida, muchos hijos y nietos que llenen tu vida de gracia y amor continuado
Que brille tu luz siempre y que ayude a brillar a todos los que te rodeen para que seas un faro en la oscuridad
Para que nunca me olvides,  y me perdones

Juan Pedro Rodriguez”

Ese día, Jacinta dejó el pueblo. Dicen que la vieron con alas de mariposa, volando hacia el ocaso...

viernes, 1 de junio de 2018

Reunión de junio 2018

Reunión Club de Escribidores de Caracas, CEC
Mes de junio
Host: Don Alberto
Tema: Bendiciones
Fecha: sábado 9 de junio de 2018
Hora: 3 pm
Lugar: La Tahona
Palabras clave; deseo benigno, el poder mágico del lenguaje, que se cumplan los deseos, compartir bondad, comprensión, amor al prójimo, buenos deseos

Temática:

Los venezolanos solemos dar o pedir bendiciones de forma recurrente. Los ahijados son los que mas lo hacen, si no, sus padres dicen: "pídanle la bendición a su padrino". El "padrinazgo" es una suerte de otro papá que los niños tienen, y de allí, que uno lo haga o lo pidan, como parte del respeto a la alianza.

Dice wikipedia al respecto:

"Una bendición es la expresión de un deseo benigno dirigido hacia una persona o grupo de ellas que, en virtud del poder mágico del lenguaje, se espera que ayude a lograr que ese deseo se cumpla. Gramaticalmente, se trata de oraciones con modalidad desiderativa (lo mismo que su contrario, las maldiciones). Así, son bendiciones típicas Que Dios te guarde o Que te vaya bonito.
Las bendiciones tienen un papel destacado en las creencias populares de muchos pueblos, así como en sus mitos y leyendas. En especial, tiene gran importancia la bendición que un padre o una madre dirigen a sus hijos. En la Biblia, se cuenta cómo Jacob engaña a su padre ciego, Isaac, para obtener de él la bendición paterna, que Isaac deseaba dar al primogénito, Esaú. La bendición dice así: 

Dios te dé del rocío del cielo y de lo más preciado de la tierra: trigo y vino en abundancia. Que los pueblos te sirvan, y las naciones se postren ante ti. Sé señor de tus hermanos, y póstrense ante ti los hijos de tu madre. Sean malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan (Génesis 27:28-29).

Hallamos también bendiciones en la lírica tradicional (como la canción sefardí Buena semana nos dé Dio / alegres y sanos) e incluso en la música pop, con ejemplos como Forever Young de Bob Dylan, bendición dirigida a sus hijos (May you stay forever young), o el canto que cierra A Very Cellular Song, de la Incredible String Band:
May the long time sun shine upon you,
all love surround you
and the pure light within you
guide you all the way on."

La de Bob Dylan dice:

Siempre Joven

Que dios te bendiga y proteja siempre
que se cumplan todos tus deseos
que trates bien a la gente
y dejes que los demás sean buenos contigo.
Que construyas una escalera a las estrellas
y subas un peldaño cada dia.
Que siempre permanezcas joven
siempre joven, siempre joven,
que siempre permanezcas joven.

Que crezcas siendo buena persona
que crezcas siendo fiel
que siempre digas la verdad
y veas la luz a tu alrededor.
Que siempre seas valiente
permanezcas firme y fuerte.

Que siempre permanezcas joven,
Que tengas siempre cosas que hacer
que tus pasos siempre sean rápidos
que tengas las cosas claras
cuando corran vientos de cambio
Que tu corazón siempre esté alegre
que siempre te rían las gracias.
Que siempre permanezcas joven
siempre joven, siempre joven,
que siempre permanezcas joven.
siempre joven, siempre joven,
Los irlandeses tiene una bendición que vale la pena recordar:

Bendiciones irlandesas

Que el camino salga a tu encuentro
Que el viento siempre esté detrás de ti
Y la lluvia caiga suave sobre tus campos.

Y hasta que nos volvamos a encontrar,
Que Dios te sostenga con el puño de Su mano.
Que vivas por el tiempo que tú quieras,
Y que nunca quieras vivir tanto como vives.

Recuerda siempre olvidar
Las cosas que te entristecieron.
Pero nunca te olvides de recordar
Las cosas que te alegraron.

Recuerda siempre olvidar
A los amigos que resultaron falsos.
Pero nunca olvides recordar
A aquellos que permanecieron contigo.

Recuerda siempre olvidar
Los problemas que ya pasaron
Pero nunca olvides recordar
Las bendiciones de cada día.

Que el día más triste de tu futuro
No sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca se te venga el techo encima
Y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan.

Que siempre tengas palabras cálidas en un frío anochecer,
Una luna llena en una noche oscura,
Y que el camino siempre se abra a tu puerta.
Que haya una generación de hijos
En los hijos de tus hijos.

Que vivas cien años,
Con un año extra para arrepentirte!
Que el Señor te guarde en Su mano
Y nunca apriete mucho tu puño.

Que tus vecinos te respeten,
Los problemas te abandonen,
Los ángeles te protejan,
Y que el cielo te acoja,
Que la fortuna de las colinas Irlandesas te abracen.

Que las Bendiciones de San Patricio te contemplen.
Que tus bolsillos estén pesados
Y tu corazón ligero,
Que la buena suerte te persiga,
Y cada día y cada noche.

Muros contra el viento,
Y un techo para la lluvia,
Y bebidas junto a la fogata,
Risas para consolarte
Y aquellos a quienes amas cerca de ti,
Y todo lo que tu corazón desee!

Que Dios esté contigo y te bendiga,
Que veas a los hijos de tus hijos,
Que el infortunio sea pobre, rico en bendiciones.

Que no conozcas nada más que la felicidad
Desde este día en adelante.
Que Dios te conceda muchos años de vida,
De seguro Él sabe que la tierra
No tiene suficientes ángeles.