martes, 30 de marzo de 2021

Encuentro con el Principito en el 8vo asteroide

 

CLUB DE ESCRIBIDORES CARACAS

ENCUENTRO DEL PRINCIPITO EN EL 8VO ASTEROIDE

(Angel -Rafa- Ceballos)

……a la mañana siguiente, el aviador intenta buscar el cuerpo del principito, pero no es capaz de hallarlo. Así, la historia termina con un dibujo del paisaje donde el principito y el aviador se encontraban el día en que la serpiente mordió al pequeño. Como última solicitud, el aviador pide que, si alguna persona visita ese lugar y se encuentran con un niño de cabello dorado que se niega a responder a lo que le preguntan, le escriban lo más pronto posible.

 

Y así el principito despertó enla tierra con muchas más preguntas que la que tenía al iniciar el viaje por los otros seis planetas. Estaba claro que había aprendido mucho a ser y no ser, con los seres con quien pudo compartir en cada asteroide, pero sentía una vacío de algo que no podía describir. Si recordó que, en su viaje de regreso, pudo divisar un punto “brillante” lejano que “titilaba”, que por un momento creyó que era una estrella y que, por las ansias de regresar, no se paró a descifrar. Sin dudar, se preguntó, ¿será que debía reconocer ese espacio sideral que me llamaba con esa luz intermitente?.Así que, se concentró en ese punto, lo trajo a su mente, cerró sus ojos y se dispuso aemprender otro viaje con la convicción que iba a encontrar “LA RESPUESTA” que lo preparara para entender a los adultos y no sentir miedo de llegar a serlo.

Con mucho frio después de haber venido del desierto donde  dejo su “voz exterior” y por la rapidez del viaje, llegó y despertó en un sitio desconocido nada parecido a los planetas que había visitado, era un bosque frondoso con una música celestial que el viento con las cascadas sincronizaban su armonía que salían de  ocho caminos estrechos que podía divisar en una media luna geográfica  y en el 8vo unúltimo camino, de izquierda a derecha, mucho más amplio que los otros, distinguió un letrero, tipo flecha, donde se inscribía una invitación que decía, “Encuentra tu voz interior”.  Su pregunta reflexiva inmediata fue, ¿tengo yo una voz perdida?, y ¿no la veo? y con esa intriga, recordó a su amigo “el zorro” que le decía, “lo esencial es invisible” y eso lo motivó a tomar ese camino, que desde que lo inició comenzó a encontrarse con letreros y al frente de cada uno de ellos, había un cómodo banco hecho de muchas hojas de múltiples colores que lo motivaban a sentarse con comodidad expansiva.

El primer letrero le preguntaba “¿Como esta tu cuerpo”? El precipito, tuvo que sentarse para entender, ¿mi cuerpo?, el esta bien, yo me siento bien, ¿será que el camino es largo y necesito probar mi condición física?. Ahí comencé a entender lo de “mi voz interior”, las respuestas están en mí y nadie puede saber como me siento sino YO. Por lo tanto, me paré erguido y seguí caminando disfrutando la música. Luego de caminar como un kilómetro, sintiéndome fuerte y ágil, al cruzar la primera curva, divisé otro letrero que decía “Tu mente te hará talentoso”. Nuevamente me senté en el banco frente al letrero y reflexioné ¿Qué es el talento?. Como sabia que nadie me iba a responder por estar solo, me dispuse a buscar mi “voz” que ya me había respondido antes y oh sorpresa, me di cuenta que el talento es ver más allá de lo obvio y encontrar un significado que te haga feliz y recordé la caja que me pintó el aviador con un cordero adentro. “Yo soy el dueño de lo que estaba adentro”.  El talento es lo que me hace soñar y fijar una visión que me dicta, como una brújula, adonde quiero llegar, o que quiero obtener o con quien quiero estar, para disfrutar y aprender de todas las experiencias que comparta. En ese momento, me sentí con mas fuerzas para seguir mi caminata y en otro kilómetro, ya sabía que iba a encontrar otro letrero y así fue, en una esquinita vi un letrero chiquito de forma de “corazón” sin tener nada escrito. Y ya un poco cansado me senté y sin pensar sentí que la respuesta estaba en lo que he querido con pasión como “mi flor”, “mi cordero” y mi amigo el “zorro”, un vinculo de conexión “invisible” .Aquí sentí, que mi mente y mi cuerpo estaban en sincronía con el latir de mi corazón y ello me daba una expansión indescriptible que me hizo brincar, cantar, y buscar el responsable de mi alegría. Que dicha sentía en este 8vo. asteroide, que me hizo olvidar a los seres que había encontrado en los otros planetas, el borracho que no entendía que “bebía para olvidar que tenía vergüenza de beber”, el hombre de negocio que tenia tanto que y sentía que no tenia nada y el geógrafo perdido al no poder encontrar la verdad de adonde estaba.  Con esta emoción, me pare y corrí, 1, 2, 3, 4 ,5 y 6 kilómetros, para, sintiéndome en perfectas condiciones física, metal y sin “jadeo”, llegue al 8vo kilometro donde me topé en un letrero que decía, “llegaste al fin del viaje y te felicito, porque has llegado a la plenitud de la existencia humana, donde la consciencia se une a los otros tres atributos vividos, a través de un espacio inmaterial pero divino como es la “conciencia”.

En este momento, se dio cuenta que la armonía y sincronicidad de esos “cuatro poderes” hace un ser completo e integral que podrá vivir a plenitud en su infancia y vivir su adultez con una voz interior que repetirá que la felicidad y la grandeza se construyes desde tu interior con tu mente sincronizada a tu conciencia, para con tu corazón y tu existencia física te lleve con pasión adonde siempre quisiste llegar. Que intensa integridad sintió el principito quien, en ese momento, sitió sueño, se acostó en el último banco del recorrido y después de dormir unas 8 horas, despertó en el planeta tierra. Su viaje inesperado al 8vo. Asteroide lehabíarecordado la espiritualidad del Dios de Spinosa, (el Dios de Einstein),  quien declaró:

“Lo que quiero que hagas es que pongas atención en tu viday que salgas al mundo a disfrutarla. ¡Quiero que goces, que cantes, que te diviertas y que disfrutes de todo lo que he hecho para ti!Confía en tí y deja de pedirme. Te he hecho absolutamente libre, sin premios ni castigos, sin pecados ni virtudes. Eres absolutamente libre principitopara crear en tu vida un infierno o un cielo.No te puedo decir si hay algo después de esta vida. Vive como si no lo hubiera. Como si esta fuera tu única oportunidad de existir, disfrutar, amar.¿Te sientes agradecido? Demuéstralo cuidando de ti, de tu salud, de tu mente, de tu corazón y de tu espíritu.¡Expresa tu alegría!.Lo único seguro es que estás vivo, aquí, y que este 8vo asteroide está lleno de maravillas.¿Para qué necesitas más milagros? No me busques afuera. No me encontrarás. Busca tu voz interior y me encontraras latiendo en ti.”

Y así, el principito, con su cabeza entre sus manos, cerro sus ojos, respiró profundo y despertó de un viaje que le dejo sentido a su vida, reconociendo que la grandezaestá en escuchar tu voz interior.

27-3-2021

lunes, 29 de marzo de 2021

El planeta corazón - el octavo asteroide Autor Santiago Porras Rojas

 

El planeta corazón - el octavo asteroide


Santiago Porras      28 de marzo de 2021



Érase de un Ave terrenal, colorida en su plumaje, de lenguaje gutural o de tamboril...<<Gruac>>, cuyas alas poseían el don de conversar con invisibles masas de aire de un planeta con cientos de miles de pájaros  de acero que, en lugar de cantar como ella, ronroneaban y, además poseía unas plumas muy extrañas, separadas una a una, que giraban incesantes en su vuelo, que cuentan por minutos, "los hombres serios de la tierra"
(1) "El principito". Antoine de Saint-Exupery.

Aquella inmensa ave de cuerpo rígido, se había posado en la explanada de una selva tropical exuberante, rodeada por el verde entorno de la selva, la sabana, los saltos de agua generosos y proveedores de energía saludables y armoniosa, donde resalta el "Kukenan", llamada "Ángel" (por los hombres serios) , troncos de piedra exuberantes con cumbres planas que, los hombres libres de esta selva llaman "Tepuyes", mezclados con incontables galerías de árboles, entre arbustos y bejucos, surcados por extensiones de corrientes frescas de la mejor agua del planeta.

Justo aquí en este planeta tierra, donde convivo con los pumas, los monos, las águilas, los halcones y mis hermanas guacamayas, rodeadas del planeta que hombres espirituales reconocen como "Paraíso terrenal", representamos la voz de la naturaleza inexpugnable. La también amable con los exploradores que, como seres humanos, vuelan sobre el ave de hierro, amigos exploradores, que la llaman "Aeroplano".

El explorador, se encontraba con un compañero de viaje, conversando sobre la amistad, de un niño, llamado "El principito" quién se hizo amigo de un "Zorro", luego de haber estado en 6 asteroides llegó, a nuestro planeta tierra.

Justo volaba sobre ellos cuando escuché un hecho sorprendente. Por ello, me posé sobre la rama de una palma "moriche" cercana. Me llamaba la atención que fuese posible que un "Zorro", que se come otras aves conocidas como gallinas y además es a su vez, cazada por los "hombres serios" (1) "El principito". Antoine de Saint-Exupery. , se pudiera hacer amigo de un niño que, cuando se volviera grande, se convertiría en un hombre serio y, por tanto podría poner en peligro su subsistencia. Así que decidí preguntarle al piloto-aviador - Hola! Escucho que cuentan que, el zorro, que es un animal que come aves, se hizo amigo de un niño ¿Qué fue lo que permitió la amistad entre un zorro salvaje y un futuro hombre serio que caza zorros y, come animales?

El aviador explorador, respondió -Se trata de una historia contada con la voz amable de los niños que, al igual que esta exuberante naturaleza, nos inspira a reconocer que <<Lo esencial, es invisible a los ojos>>. (1) "El principito". Antoine de Saint-Exupery. Capítulo 21

-No entiendo lo que dices, ¿Lo esencial?

- A ver si puedo facilitar que lo comprendas. Tu vives en este ambiente natural ¿Qué te pasaría si desapareciera?

-GRUAC! ¿Qué dices? Sin eso no podría vivir.

-Entonces es esencial para ti, en este hábitat tu te sientes en confianza.

-Si...si...ya entiendo, sin los arbustos, los árboles, ríos y toda esta naturaleza, me pondría muy triste...pero ahora, otra duda...¿Qué es la confianza?

-La confianza...A ver...a ver dime algo, tu mientras volabas, me puedes decir ¿Que te hizo atreverte a conversar conmigo?

-Es una pregunta interesante, pues lo que me llamó la atención fue la historia. Ahora...lo que hizo que viniera a conversar contigo fue...que vuelas sobre un ave, extraña por cierto, y si eres amigo de ella, también pudieras ser mi amigo.

-Esa determinación de relacionarte conmigo, es la confianza. Yo, como puedes ver me divierto uniéndome a una obra magnifica como este aeroplano, creado por la creatividad de un semejante, por quien, gracias a sus dones, me permite hacer lo que más me gusta, explorar la naturaleza, apreciarla, cuidarla tanto como a mí mismo. Es una forma de crear vínculos. Por ejemplo, ahora que te conozco, vendré cada año a visitarte y de esta manera siempre en nuestros corazones, estarán unidos por la alegría de volvernos a encontrar para gozar de la amistad que hoy, estamos construyendo juntos.

-Ahhh! Esto me hace sentirlo y comprenderlo. Me hace feliz habernos convertido en amigos, me has dado un alimento que, sin picarlo con mi pico, siento que me ha nutrido ¿Qué puedo yo darte ahora, que lo que hago es volar y cantar?

-Querida guacamaya...sólo te pido que lo sigas haciendo, ya que al ofrecerlo...tan solo eso, me hace muy feliz.

-La guacamaya giró su cabeza de un lado a otro...expresó con su voz dos "Gruuuuuacc...Gruuuacc" de gratitud y le preguntó al explorador - y ahora...que has conocido a los 7 asteroides, del "Principito" ¿Hacía dónde te diriges?

-Al Octavo asteroide.

-¿Y qué tan lejos se encuentra ese asteroide?

-Está muy cerca de mi pecho y el tuyo. Es el músculo que primero se forma en nuestro cuerpo. Este planeta pequeño, contiene toda la fuerza interior para llenar de significado nuestra vida y necesidades: Vivir, Aprender, Amar y dejar un legado. Todas ellas ofrecen apalancarte en tus fortalezas, actitudes que nutren sanos sentimientos para expresar la voz de tu grandeza, unida a la voz de la universalidad. Desde ya, soy feliz ante la expectativa de volver a encontrarnos.

...Y así se despidieron los amigos colmados de la alegría, por su gran amistad.




sábado, 27 de marzo de 2021

el octavo asteroide

“Dualité”, el octavo asteroide

El pequeño Yo, vivió en la Tierra por algún tiempo, pero reconoció que era el momento de volver a casa. -“El viaje del héroe”, le decía, porque es una suerte de aventuras que se tienen durante todo el recorrido. Y no es que sea más fácil el viaje de vuelta sino que lo hacemos desde otro lugar. Son 360 grados, pero paradójicamente no regresamos al mismo punto de partida; se parecen, pero no lo son.

 –Yo creo que los lugares pueden ser los mismos pero ha cambiado nuestra manera de percibirlos,  se dijo en voz alta

De hecho, el pequeño Yo, sabe, que los puntos de parada en el viaje de venida, no serán los mismos que en el viaje de regreso. El viaje de venida a la Tierra se trata de recibir; mientras que el viaje que emprende de vuelta, se trata de dar. Ya tuvo 7 paradas antes; ahora, al emprender el regreso, no sabe qué tipo de aventuras tendrá. En su evasión, llega al 8vo asteroide.

-Es un lugar singular, es una roca que flota en el espacio, mucho más grande que mi hogar-, pensó. Lo curioso es que la gran roca que gira, cuenta con dos lunas. -Luego supe, que sus nombres son Amour y Effrayé. (Amor y miedo, traducidos del Francés)-.  Quizá los nombres se los haya puesto el piloto del avión, aquel que conoció al pequeño Príncipe, en su propio viaje de regreso a casa

Lo curioso de las lunas del pequeño planeta es que orbitan en planos distintos, a la misma velocidad. (Aunque dependiendo, de factores especiales, aumenta o disminuye). El caso es, que cada cierto tiempo, los planos coinciden y podría haber una conjunción galáctica. Siempre hay un riesgo. Al igual que la luna de la Tierra, giran alrededor del planeta, mostrando siempre la misma cara. Pareciera que las lunas fueran parte del asteroide mismo. Lo que le pareció más extraño al pequeño visitante, es que el asteroide se llame Dualité (Dualidad en idioma francés).

Allí se reconoció completo, por primera vez. Todo el planeta estaba lleno de metáforas que tenían que ver con su propia existencia. La primera, la dualidad, la segunda, que las emociones al final, son solo dos; el amor y el miedo, y que más allá, todo, es amor, ya que el miedo también es una forma de amar. En el vacío hay amor. La última metáfora es que el amor y el miedo tienen caras ocultas.

El amor nació desde el principio de todo, cuando la madre se ocupó de su hijo por mucho tiempo e hizo que los humanos se agruparan, aprendieran acerca del poder de muchos, que descubrieran el fuego,  que aprendieran a sembrar y a cosechar. El miedo protector nació después, pero como una forma de amar. El miedo protege, muestra, enseña. Lo más extraño al pequeño visitante es que reconoció que en el vacío también hay amor. Y se reconoció parte del todo, compartiendo que en ese vacío ama, y se deja amar. Siempre se ha dicho que el miedo se opone  la confianza, pero esta no es una emoción sino una creencia que nace del amor mismo, para disipar así, al miedo.

Los habitantes de Dualité son pequeños príncipes llegados en su viaje de regreso a sus propias casas; es una suerte de nave nodriza que los recibe con gusto. Pero no todos han logrado salir de vuelta; a veces deben esperar a que ocurra nuevamente el fenómeno. Llegó a contar cientos de ellos; que interactuaban, se enfadaban, o abrazaban, comerciaban, jugaban y hacían distinciones. En eso, aprendían del amor. Para eso es Dualité, para aprender.

Un día, todos los pequeños Yoes se agruparon mirando al cielo; ese día era el indicado. Amour y Effrayé harían colisión. El científico Yo, había acordado con las estrellas, que ese día ambas lunas tendrían la misma órbita. Era la primera vez que muchos verían el evento, (aunque  algunos ya lo habían visto antes). Los pequeños habitantes saben que la energía del amor y el miedo les darán el impulso para llegar a la próxima parada.

Y al fin ocurrió. Hubo una gran explosión en el cielo de Dualité y rayos cósmicos atravesaron al planeta, a los cuerpos, y a las almas y sus rayos llegaron a la Tierra, haciendo cosas indescriptibles y maravillosas. Algunos aprendices avanzados, lograron salir; otros se quedaron, a esperar un nuevo evento. (Lo bueno es que Effrayé cambia de velocidad con frecuencia). Los que se quedaron vieron aparecer las dos lunas de nuevo, mostrando una sola cara. Siempre se preguntan que hay en el lado oculto de cada luna; sin saber que en su respuesta, se encuentra el pasaje para emigrar hasta la próxima parada.

¿Qué le entregó Yo, (el pequeño príncipe), al planeta, en su parada?

-“Amor en el vacío, como la esponja en el mar, así es ser”, se dijo así mismo, como para recordar, “yo he dejado  amor, en el vacío-

Más tarde, el pequeño Yo, en su viaje heroico, ya divisaba al gigante 9no asteroide. Lo llamaban “Ego”

 

viernes, 26 de marzo de 2021

DOMESTICANDO AL COVID

 

DOMESTICANDO AL COVID

 

Escuchar tu voz deslizando tus síntomas,

pulverizaron mi paz.

Un temblor imprevisto subía y me sacudía

Estabas en el 8vo asteroide aislado y en cuarentena.

 

Alisarás tu genética, te plantarás indómito

Lo acariciarás hasta domesticarlo

¨Dar amor no agota el amor, lo aumenta”

Aceptar lo que nos pasa es una forma de amar.

 

Siembra en su corona de espinas,

flores cristalinas que humanicen su virulencia.

Vacía sus cadenas, surféate sus olas

Colócalo en el espejo de tus mañanas.

 

Ojalá el amor fuera una vacuna,

Hubiese vacunado a los hijos del mundo

Las madres venimos del más grande asteroide,

el que tiene volcanes emanando amor sin parar.

 

Tal vez no es tan malo, tal vez quiere darte

una terapia reflexiva, un profundo encuentro,

con lo que tienes casi olvidado:

el mar inmenso de tu espiritualidad.

 

Sé que te va a liberar

Sé que esta experiencia negra y explosiva,

nos dará más luz, ensanchará nuestra humanidad,

nos hará ver el reverso de la vida con amor.

 

Mis oraciones ondean tus sueños

En tu habitación las pancartas esperan tu regreso:

¨Solo con el corazón se puede ver bien”

¨Lo esencial es invisible para los ojos”

¨Es mucho más difícil juzgarnos

 a nosotros mismos, que a los demás”

¨Pídete disculpas por aceptar tan poco,

cuando te mereces mucho más”

¨Hasta que no vacíes de tu alma

todo aquello que te atormenta, no podrás ser feliz¨

¨Domesticar significa crear lazos”

Encontrarás tu rosa, en el cielo de tu alma

Tu estrella alumbra el encuentro…

 

Gudelia Cavero Hurtado

Antoine de Saint Exupéry

martes, 23 de marzo de 2021

El 8vo asteroide/Maria Elena Garassini

El octavo asteroide de la mano de…

María Elena Garassini

Y como en los sueños , y como le pasó al principito en el libro de Antoine de Saint-Exupery de pronto me encuentro en una pequeña avioneta con Ramón Gener, pero ya tenemos tiempo viajando juntos, hemos realizado 7 paradas y en cada una ha ocurrido un milagro. Hoy aterrizamos en el octavo asteroide, me invade una sensación muy especial que no se describir con palabras porque quien habla es mi cuerpo. Recuerdo el subidón de la sangre en el aterrizaje, recuerdo su sonrisa gentil y juguetona al ofrecerme la mano para bajar de la pequeña aeronave, y al colocar mis pies en la tierra y disponerse mi cuerpo a iniciar la exploración, empezó el disfrute de la contemplación y de estar. Escribiendo estas líneas finalmente comprendo el término saboreo, “savoring” en inglés. Recuerdo a Josefina y la iluminadora formación que hicimos de 8 semanas en el arte de atención plena o mindfulness, que agudizó el uso de cada uno de mis sentidos al tiempo que gentilmente aprendía a recibir mis pensamientos, identificarlos, validarlos y dejarlos ir. También recuerdo a Eloisa, mi actual profesora y terapeuta del Instituto colombiano de Logoterapia, que me instruye en las artes del sentir, de la escucha del cuerpo cuando habla, cuando grita e incluso cuando a veces “aulla” lo que lo recorre. Eso muy bello, muy bueno , muy sublime que experimenta , así como eso muy duro, muy triste, muy tormentoso que lo agita.

Pues si… llego al octavo asteroide invadida de curiosidad y me entrego a la experiencia de sentir y me guía, silente pero presente e incondicional, mi amigo imaginario Ramón Gener.

Su compañía es una invitación constante al disfrute a plenitud de los sentidos que captan sonidos hermosos y difusos que solo la presencia permite captar, movimientos de exploración que la maravilla de nuestros cuerpos, diseñados para la locomoción, enlentecen o apuran el paso a su antojo, para no perderse de nada, quedándose, marchándose o cambiando de posición, para percibir mejor lo que esté al alcance, para quedarse allí y percibirlo.

Descubro que el octavo asteroide es un encuentro con el exterior en su totalidad y su diversidad, quizás un encuentro con el silencio, que a la vez es variopinto y multisensorial, ya que, solo yo permito activar mis vasos comunicantes con lo que decido que esté, ylo que dejo entrar.

Retornamos con paso lento a la pequeña aeronave, los recuerdos son de tonalidades sepia, que me recuerdan nuevamente el mundo difuso de los sueños. Experimento un profundo bienestar por lo vivido, un profundo agradecimiento a Ramón por su presencia y su guiatura silente y profunda, que invita al descubrimiento. Leyendo sobre él descubro porque siento tanta afinidad y descubro esta frase:“Para mí lo más importante nunca es la música, sino la gente que la hace. Nunca he escuchado música sin averiguar quién la hizo y por qué”. Definitivamente hasta en experiencias de contemplación y soledad lo que importa son los otros.

¡He disfrutado enormemente la escritura de este relato a mi octavo asteroide de la mano de Ramón Gener!

 

jueves, 11 de marzo de 2021

Invitación a la reunión CEC de marzo 2021

 


Club de Escribidores de Caracas, CEC

Sábado 27 Marzo 2021

Host: Don Santiago y Don Rafa

Tema: el octavo asteroide/ planeta (Leer al Principito antes)

*Lápices inmutables*, Buen Día deseándoles un domingo expansivo. 
Junto con Santi, llegó nuestro mes. *¿De qué vamos a escribir?*. Será de algo muy simbólico y metafórico. 

¿Quien es de Uds. no ha leído el Principito?. Quizás todos, pero si hay alguno que no, lo invitamos a que, en menos de dos horas lo lean. Es un ticket de un viaje corto con significado.  Si quieren un pequeño "hint" vean este video motivador (https://youtu.be/xYWw5PGkP3U) . 
Esta obra magistral cuenta la historia de un "niño" que vive en un asteroide muy pequeño y un buen día decide viajar y conoce siete (7) planetas. En su recorrido, en cada uno, se topa con situaciones curiosas e imaginativas donde conoce personales singulares, a un *REY*, un *FAROLERO*, un *HOMBRE DE NEGOCIO*, un *GEÓGRAFO*, etc, hasta que llega al séptimo planeta,  la *TIERRA*  donde  se topa con un piloto, cuyo avión ha sufrido un accidente en medio del desierto. 

De la TIERRA el principito retorna a su asteroide y aquí entrarán mis "lápices inquietos" (Uds.)., para relatar el encuentro con "su" principito aterrizando a un *8to. asteroide*". 

*¿Con quien se encuentran y que descubren,  es el tema  para nuestros "lápices inquietos"* Nos vemos el día SÁBADO 27 (pre-domingo de Ramos) a las 11:30 AM (Vzla), para comartir su experiencia. "Feliz mes de ceniza". SP y ARC

miércoles, 10 de marzo de 2021

ADIVINANZAS

 

Autor: Martín A. Fernández Ch.

Fecha: 24/01/2021

El día había estado frío, posiblemente más de lo acostumbrado para la ciudad de Caracas en el mes de Enero. Juan, quien ya alcanza los 60 años, así lo siente cuando las bajas temperaturas empiezan a colarse por los huesos y hacen que la sensación térmica sea más aguda y hasta obstinante. Estaba dándose un paseo por los canales de la televisión y no había ningún programa que le enganchara, tenía que esperar hasta las seis de la tarde, que es cuando empieza la serie policial que tanto le gusta, pero aún faltaba una hora. De repente, se levanta y susurra para sí mismo "me voy a la plaza para ver si agarro algo de calorcito con este Sol", se pone su mascarilla que estaba colgada en un clavo de la pared del hall de entrada, sus lentes oscuros de marca "Ray Ban", su gorra de Los Tiburones de La Guaira, que es su equipo amado de béisbol y, finalmente, sus zapatos que estaban a un lado de la puerta de salida, ya algo desteñidos por tanto rociado de alcohol y cloro que le hacen cada vez que entran de la calle.

Al llegar, se sienta en un extremo de un banco que estaba ubicado donde daba el Sol, en el cual ya se encontraba otra persona sentada en el otro extremo. Juan se puso a observar a las personas que estaban en la plaza, que eran pocas, posiblemente debido a las restricciones sanitarias recomendadas para cuidarse de la pandemia del COVID-19. Ellas vestían de manera particular, con chaquetas o franelas de mangas largas, algunas con guantes, muchas con mascarillas de variados estilos (las KN95 de 5 filtros, las médicas, las caseras de telas de colores o dibujos, etc.), que quien sabe cuánto tiempo de uso tienen.

De pronto, el señor al otro lado del banco le pregunta "¿Eres Juan verdad?" A lo que Juan responde afirmativamente moviendo su cabeza y tratando de verle a la cara o lo que se deja verde ella. El hombre tenía lentes correctivos de pasta, con un tapaboca de tela que tenía pintada una carita feliz, su cabello era crespo y algo largo de color rubio, pero con muchas canas; también se notaba que era alto por sus largas piernas que tenía extendidas sobre el piso. Juan trataba de buscar alguna pista para identificar a la persona, se le ocurrieron varios amigos que pudieran ser, pero los terminaba descartando porque había algo que no se ajustaba: creo que es...pero, no es tan flaco; creo que es...pero, no es tan alto; creo que es...pero, no es tan canoso; o creo que es...pero, no es capaz de ponerse esa ridícula mascarilla. Al final, optó por la típica expresión para salir del paso “¡Epa pana! ¿Cómo está tus cosas?" Con la intención de darle continuidad a la charla y así, en el transcurso de ella, poder despejar las dudas sobre la identidad del hombre misterioso.

¾   ¡Dentro de las circunstancias que estamos viviendo, podría decirse que bien! ¡Por lo menos, hay que agradecer que estamos vivos! ¾dice el hombre con una risa sarcástica contenida por el tapabocas, haciéndola más gruesa y tenebrosa. 

¾   ¡Tienes razón, chamo! Esto que nos está pasando, tiene sus temas escabrosos. Fíjate que uno de los problemas que tengo es poder descifrar la identidad de la gente. Es algo que me cuesta muchísimo. Las personas andan con sus rostros completamente cubiertos, no solo con mascarillas, sino también con otros accesorios que usan, como: lentes oscuros, gorras, pañoletas, guantes... ¡No joda, así es imposible reconocer a alguien! ¾dice Juan, quien no le quita la mirada al tipo, tratando de conseguir alguna pista que le permita descubrir al rostro detrás de la carita feliz. 

¾   ¡A mí también me cuesta un montón! En tu caso te reconocí por la gorra de Los Tiburones y tu caminar de pasos cortos cuando venías hacia acá, pero no siempre lo logro. Yo prefiero ver la cara de la gente cuando me hablan, es que el movimiento de los labios, la expresión de los ojos y las muecas que hacen, me ayudan a entender lo que dicen. Ahora, tengo que cerrar los ojos y escuchar atentamente, que, por cierto, la voz detrás del tapabocas se transforma y, si te descuidas, pierdes el hilo de la conversación. Y también pasa lo contrario: que los demás no lo entienden a uno. La verdad es que es muy frustrante todo esto ¾dice el hombre anónimo, quien muestra su decepción dando unos manotazos al aire.

Ya Juan empezaba a tener sospecha de quien era la persona, por sus ademanes y movimientos corporales le hacían recordar a su amigo Ricardo. Estaba seguro que era él, aunque lo veía algo delgado en comparación con la última vez que estuvieron juntos, ya hace un año, un poco antes de iniciarse la llamada cuarentena, que luego se convirtió más bien en algo similar a una sentencia de casa por cárcel, con permisos breves de salida para tomar Sol. Ver a su supuesto amigo algo delgado le pareció razonable, pensando en la mala situación económica por la cual todos atraviesan o, mejor dicho, la que sufre gran parte del pueblo de a pie, que ha hecho estragos en la alimentación, incluyéndolo a él, quien también está más flaco, así lo comprueba cada vez que pone sus pantalones, que antes no necesitaba correa y ahora tiene que usarla porque se les caen.

¾   La otra vez andaba con mi novia haciendo la caminata mañanera diaria. EL otro lado de la calle vimos, frente al supermercado, un hombre que nos saludaba levantando su brazo. Yo no lo reconocí, pero ella me dijo que era Chuchú, la persona que nos ayuda a llevar las compras a la casa. Me dijo que lo reconoció por su habitual vestimenta, que cada vez le queda más holgada: chaqueta negra, pantalón caqui y con los zapatos de goma que le regalamos ¾dice Juan, quien sigue intensamente fijándose en el tipo misterioso, para asegurarse de que es Ricardo. 

¾   Fíjate que el otro día, me conseguí de frente con una compañera de prácticas de natación, que, por cierto, ya vamos a cumplir un año de su suspensión, a quien le decimos morocha. No me acuerdo si es Alexandra o Yolanda, no porque se parecen, es que soy malo para relacionar los nombres con los rostros. La vi en un centro comercial, tardé en reconocerla, pero pude. Tenía tapabocas blancos y lentes oscuros; pero la delató la forma de moverse medio malandrosa, así como también, su cabello corto y de color negro. La saludé con un “Hola morocha”. Ella tardó unos segundos en reconocerme, hasta pienso que se asustó cuando la abordé, pero al final me saludó "Epa Pedro, cómo estás, ¿Cuándo vamos a volver a nadar?", le respondí haciendo gestos con mis hombros, levantándolos en señal de incertidumbre. Fue una conversación fugaz, duró mientras nuestros caminos se encontraron, sin abrazamos, ni besos, por aquello del cuidado sanitario ¾dijo Pedro cruzando sus brazos a la altura de su pecho.

Si Juan no tuviese mascarilla, se le hubiera visto cómo su quijada se le caía de la sorpresa. Se dio cuenta que no era Ricardo, de lo cual estaba tan seguro que apostaría por ello.  Ahora, su incógnita era sobre quién es ese Pedro, no tenía ni la mínima idea, a pesar de tener un buen rato viéndolo y haciendo comparaciones.

¾   ¡Eso pasa Pedro! Lo malo de este asunto es eso mismo que dijiste. A mí me gusta mostrar amabilidad con un apretón de mano o un abrazo o un beso en el caso de una mujer, porque pienso que esa energía hace bien emocionalmente. ¿Tú sabes lo mal que se siente uno que no puedas abrazar y besar amorosamente a tu gente querida? ¡Que uno no pueda tener una reunión familiar de manera libre, sin tanto miedo! Cualquiera se deprime con toda esta circunstancia. ¡Pero bueno, no hay que rendirse, hay que resistir! Esto es transitorio y debemos tener paciencia ¾dice Juan, quien sigue hurgando en sus recuerdos con cual Pedro está hablando. 

¾   Sí, son muchos cambios que contrastan con nuestras costumbres y rutinas diarias. El otro día, salí con mi esposa para ir a visitar a una amiga. Ella es hermosa, me considero afortunado por su amor, lo cual siempre doy gracias a Dios por tenerla. En el ascensor, hubo unos segundos que dudé si ella era la mujer que tenía en frente, porque al verla con tapabocas y lentes con vidrios amarillos que combinaban con el color de su cabellera, sentí que estaba con una desconocida. Pero la lógica me aseguró que era ella, ya que habíamos salido juntos del apartamento y solo éramos dos en el ascensor. Además, ese cuerpo que tiene, lo reconoce mi cuerpo ¾dice Pedro, que le está haciendo señas con la mano a un par de mujeres que venían caminando, como para que supieran donde se encontraba. 

¾   ¡Eso si es gracioso! Eso se llama "laguna mental y mortal". ¡No le vayas a decir a tu esposa ese cortocircuito que tuviste, si no quieres lío! ¾dice Juan, riéndose a carcajadas con las manos sobre el tapabocas para que no se le bajara al cuello. 

¾   ¡Ni de broma! Esas son las cosas que uno debe guardarse ¾dice Pedro, quien también se ríe. 

¾   Fíjate en lo que te voy a decir. El otro día fui al Centro de Caracas, con mi novia, en vehículo. Para una diligencia importante. Pasamos por toda la Avenida Baralt, que tenía un tráfico de infierno. Casi al final, tuvimos que cruzar por la calle que pasa por el frente del Mercado de Quinta Crespo. ¡Te quedas loco con lo que ves! Allí hay una anarquía total, mucha gente caminado por donde les da la gana, se mezclan con los vehículos, muchos andan sin mascarillas o las mascarillas las llevan en la garganta, los tapabocas son variados, que seguramente ninguno sirve. Nosotros adentro de la camioneta, estábamos aterrados porque pudiéramos contagiarnos, a pesar de tener las ventanas cerradas ¾dice Juan, quien de vez en cuando volteaba para observar a las mujeres que venían, para ver si identificándolas lograba saber quién era ese Pedro. El cuerpo de una de ellas le atraía, tenía algo que le era familiar. 

¾   ¿Cómo puede uno ser simpático, si no puedes mostrar una sonrisa? Yo tengo cejas pobladas, quien me ve a la cara piensa que estoy arrecho, pero cuando sonrío compenso esa primera impresión. Pero, ¿Cómo hago con un tapabocas? Es imposible expresar bondad con un rostro oculto. Quizás si existiese un ademán o señas que todos entiendan, para dibujar imaginariamente una sonrisa o alegría, sería fabuloso para acercarse emocionalmente a los demás, pero no existe ¡habrá que inventarlo! Es que el rostro refleja emociones y en sintonía con lo que dices. Si alguien con cara brava te dice “esto es un atraco”, inmediatamente entiendes y te asustas. Si alguien te dice “te amo” con una cara de alegría, le tienes que creer, porque notas la sinceridad. ¿Y ahora?¿Cómo haces con un tapaboca? No puedes identificar esa emoción. Imagínate a alguien diciéndote "esto es un atraco" o "te amo", con una mascarilla. Suponte si vas a denunciar a un atracador, ¿Qué le vas a decir al policía? ¡Que era un hombre con un tapabocas, con lentes oscuros, con una gorra y con chaqueta negra, si gran parte de la gente anda así! ¾dice Pedro, que esta vez se movió expresivamente con los brazos y el torso, buscando reflejar su consternación. 

¾   ¡Caramba! ¡Qué difícil! Definitivamente tratar de ver los rostros ocultos es peor que mirar a una pared, porque ella por lo menos te muestra un grafiti y expresa algo ¾dice Juan, quien ve que aquellas mujeres están entretenidas conversando con una persona, fijándose en la que le gusta. 

¾   A veces pienso que me estoy volviendo sordo. Como también pienso en que los demás no me escuchan, entonces cada vez hablo más fuerte. Siguiendo con los cuentos, el otro día vi a un hombre mayor parado en la isla central de la calle principal de la urbanización, pareciera que estaba esperando a alguien. Digo que era mayor por su cabello blanco. Era flaco, como de mi estatura y algo encorvado. Se parecía a un amigo mío que no veía desde hace un buen tiempo, quien es arquitecto y siempre conversábamos sobre diversos temas país. Pero, tenía mascarilla y no estaba seguro si era él, porque la última vez que nos vimos, me dijo que se iba a España a vivir con su hijo. Me dio pena abordarlo, por eso de la vergüenza de equivocarse, también Yo estaba apurado. ¡Qué tonto fui! No hice nada y me quedé con esa duda que ahora tengo perenne, por estupidez ¾dijo Pedro, con una leve subida de hombros y haciendo seña a las mujeres para que terminaran de llegar. 

¾   La verdad es que ver la cara de la gente es importante. Hace días, fui con mi novia a comer "Sushi" en un buen restaurant, para aprovechar la oferta de dos por uno. Allí atiende gente joven, todos visten de negro: pantalón, camisas de mangas largas, mascarillas y pañoleta en la cabeza, todo de negro. Todos parecidos, solo se distinguen las mujeres de los hombres, por razones obvias. Son amables y muy atentos. Pero no puedes identificar bien al que te atiende, tú sabes, por aquello de ser empático para que cuando regreses te vean como cliente asiduo y te atiendan mejor que antes. Lo que pasa es que ellos tampoco pueden reconocerte como cliente, aunque pueden ver tu cara cuando se come. Uno duda en dejarles propina, porque en fin, te atenderán igual en la próxima vez ¾dice Juan, que al ver que ya tiene a aquellas chicas cerca, se da cuenta que una de ellas, la que le gusta, se parece a su novia Tamara. 

¾   ¡Qué sorpresa Juan! ¿Y eso que bajaste a la plaza? ¾dijo Tamara con expresión burlona, porque a Juan no le gusta mucho bajar a la plaza. 

¾   ¡Hola mi amor!, bajé a calentarme un poco con el Sol. Pero ya tengo que volver, estoy pendiente de un programa que está pronto a comenzar ¾dijo Juan algo incómodo porque sentía que no la había reconocido de lejos, aunque tuvo esa atracción por ella. 

¾   ¡Qué casualidad que te conseguiste a nuestro vecino! Se quedó aquí mientras me fui a caminar un rato con su esposa, para acompañarla a hacer algo de ejercicio ¾dijo Tamara. 

¾   ¡Para mí es suficiente lo que hacemos todas las mañanas! Ya me tengo que ir. Pedro, fue un placer conversar contigo. ¡Vecina!, según dice mi esposa que eres, porque con esa mascarilla, el sombrero y los lentes, solo me queda confiar lo que ella dice ¡Que la sigas pasando bien! ¾dijo Juan, quien se levanta y regresa a su casa. 

La incertidumbre de Juan continuó, a pesar de que su novia le aclaró que ese hombre era Pedro, su vecino, aún no lograba ubicar el rostro en su memoria. Quizás, lo ve todos los días, pero desconoce los nombres de las mayoría de los vecinos y, aunque dice tener una memoria fotográfica, ella solo le funciona cuando los rostros dejan de ocultarse.

 

FIN

lunes, 1 de marzo de 2021

CURSILEANDO

 

CURSILEANDO

 

Yo no sé cuándo soy más cursi

Si en el dolor o en el amor

Si en los jardines del dolor

o en las playas blancas del amor.

 

Tengo mi propia definición de cursi

Desde mi chiquititud está llena de ternura

De palabritas en diminutivo

y sentimientos explosivos.

 

Hoy mi disfraz es mi pijama

color rosa, color del amor

Cuando haga mi último viaje

Que me vistan con el más bonito

Nada de trajes de gala

Que no me maquillen

Ni me pinten la boquita

No hay nadie más patética,

que una muertita con la boca pintada.

 

Soy cursi cuando le doy cabida a mi niña

sin tapujos, ni serias mascarillas.

Cuando voy por la vida, redonda sin aristas.

Rodando al pozo de la alegría.

 

Cursileo cuando frente al espejo,

amo mis carnes caídas.

Soy cursi cuando me doy besos y abrazos,

si no tengo quien más lo haga.

 

De las cursilerías que detesto… es el ayaaay

del dolor, esa mueca patética para inspirar lástima.

Será que tengo un rosario de cursilerías

o de tragicomedias que armé en la vida.

 

Mis cursilerías más sublimes, son con mis nietos.

Soy su abuela payasita, la más divertida

La que se tira al piso contando historias,

con poses y muecas cursilísimas,

arrancando sus carcajadas.

Cuando los vuelva a ver,

hasta Zuri, el perrito ladrirá *reirá*

La verdad es que perdí la vergüenza

soy cursi cuando me la gana…

 

Gudelia Cavero Hurtado