CURSILEANDO
Yo no sé cuándo soy
más cursi
Si en el dolor o en el
amor
Si en los jardines del
dolor
o en las playas
blancas del amor.
Tengo mi propia
definición de cursi
Desde mi chiquititud
está llena de ternura
De palabritas en
diminutivo
y sentimientos explosivos.
Hoy mi disfraz es mi
pijama
color rosa, color del
amor
Cuando haga mi último
viaje
Que me vistan con el
más bonito
Nada de trajes de gala
Que no me maquillen
Ni me pinten la
boquita
No hay nadie más patética,
que una muertita con
la boca pintada.
Soy cursi cuando le
doy cabida a mi niña
sin tapujos, ni serias
mascarillas.
Cuando voy por la vida,
redonda sin aristas.
Rodando al pozo de la
alegría.
Cursileo cuando frente
al espejo,
amo mis carnes caídas.
Soy cursi cuando me
doy besos y abrazos,
si no tengo quien más
lo haga.
De las cursilerías que
detesto… es el ayaaay
del dolor, esa mueca
patética para inspirar lástima.
Será que tengo un
rosario de cursilerías
o de tragicomedias que
armé en la vida.
Mis cursilerías más
sublimes, son con mis nietos.
Soy su abuela payasita,
la más divertida
La que se tira al piso
contando historias,
con poses y muecas
cursilísimas,
arrancando sus
carcajadas.
Cuando los vuelva a
ver,
hasta Zuri, el perrito
ladrirá *reirá*
La verdad es que perdí
la vergüenza
soy cursi cuando me la
gana…
Gudelia Cavero Hurtado
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