sábado, 30 de abril de 2022

Soñando poesía/Jesucita Peters

 

Autor: JesucitaPeters S.

Reunión: 24-04-2022

Soñando Poesía

Estando mirando mi caja de poesía, vestida con colores pasteles que invita a saborearla como si fuera la torta de cumpleaños más deseada, y de repente veo salir luces de ella que contagian alegría y estimulan mi imaginación en la búsqueda de esas metáforas, que me hacen falta para encender mi mundo mágico interno para la construcción de ese algo que aún no séqué es, pero se siente como las ramificaciones del caudal de un río próximo a crecer.

De mi caja de poesía  se vislumbran metáforas con múltiples palabras para hilarlas con sosiego y pausa, como ese atardecer de otoño que ilumina el horizonte de tonalidades naranjas, amarillas, rosas, azules que hacen palidecer de tanta belleza  al  que  observa y la saborea como el néctar más dulce de esa estación.

Para mí que soy del signo zodiacal Capricornio, me es difícil dejar volar mi imaginación y me cuesta levantar los pies sobre la tierra y dejarme elevar cómo el papagayo multicolor qué le brinda al niño esa alegría y sonrisa cada vez que lo remonta alto y  más alto, desafiando la libertad que le regala el viento que arremolina su pelo con desparpajo absoluto y lo hace sentir que todo lo puede alcanzar con perseverancia y empeño produciendo en él un bienestar infinito.

En estos momentos estoy llevando todo un rosario de alegrías , queme hacen sentir que realmente  es bella la vida, a pesar de los altos y bajos que puedo haber tenido en el tren de mi vida, las metáforas se me hacen cortas para expresarlo, pero trataré “ Estos caminos de Dios son insospechados, pues uno piensa que las cosas deberían ser de determinada manera y nos quejamos porque no son como esperábamos, pero no nos acordamos que hay un director supremo que maneja todo a su bien saber y entender para nuestro benéfico.

Inmensamente agradecida por el aquí y el ahora de mis vivencias personales que invaden mí vida de sosiego, mensura, calidez, amor, ternura, a pesar de que el medio ambiente este gélido, pero mi yo interno está cálido como el fuego que se desprende de la chimenea, en las noches invernales.

Ver lo maravilloso que es el nacimiento de los seres que amamos, pieles rosadas, manitas con deditos alargados, lo reviso y lo reviso para ver que está completito, definitivamente la obra del Señor por demás maravillosa, estoy recibiendo los regalos de mi otoño, para mí novedoso por demás, me hacen regresar a etapas pasadas y me rejuvenecen todos los días al contemplarlos y  jugar con ellos. En estos momentos creciendo mi jardín de nietos, yo cultivándolos con el abono de amor de abuela más preciado, no podía pedir más.

Mi caja de Poesía y Metáforas se está agotando, no porque no hayan más, sino que la vorágine que conlleva tener un recién nacido en casa, el cual determina una logística significativa de quehaceres, en dónde la abuela juega un papel significativo de apoyo y amor incondicional, por estos horizontes entre pañales, besitos y apurruños el amor se multiplica por demás y la abuela muy contenta por eso, el tren de mi vida está repleto de felicidad, en conclusión “Es bella la vida.”

mi primer poema / Alberto Lindner

 Las palabras no alcanzan

Nunca fueron suficientes las palabras;

se ahogaron en un suspiro indeleble,

que pasó de repente y sin avisar,

dejando una  húmeda estela

 

¿Por qué no me urgí a enhebrar estelas, entonces,

en vez de dejarme llevar por tu partida?

Distinto hubiera sido.

Distinto, porque nunca las palabras han sido suficientes

 

Este tipo de amor no crece en la consciencia,

No la conoce, le es extranjera.

Crece en las entrañas de la luna

cuando la noche es de soles

 

Entonces me marcho y te recibo,

me rio y lloro

Me mojo y me seco

Me hiervo y me enfrío

 

La caja de amores ha de quedar vacía por un tiempo.

Asi es que funcionan las cosas.

En vez de palabras me quedan sus silencios

que me permiten volar a galaxias recónditas y obscuras

 

Desde allí tejeré recuerdos y querencias

Tejeré inviernos y primaveras

Y me arroparé en la fantástica manta

de claros oscuros hilvanada, 

donde soñaré nuevamente,  con la rutina del adiós

domingo, 10 de abril de 2022

TEMA DE ABRIL 2022/CEC

 


CEC

Abril 2022
Host: Doña Gudelia
Fecha: domingo 24 de abril
10: 00 am hora ccs y miami
4.00 España
Tema:
Te invito a soñar poesía

Se trata de escoger una caja y decorarla. Luego, salimos a cazar metáforas, cual si fuesen mariposas etéreas. Las escribimos en un papel y las colocamos amorosamente dentro de la caja. El algún momento, las dejas salir y escribes lo que te cuenten.
En un bello ejercicio...

Un regalo de Gudelia, en abril.


viernes, 8 de abril de 2022

LA CAJA MÁGICA DE LOS DESEOS.

05/04/2022

Martín A. Fernández Ch.

Había una vez un hombre, algo extraño por su vestimenta colorida y holgada, parecía un payaso, que siempre llamaba la atención por donde pasaba, dejando una agradable fragancia de flores al pasar. Pero lo más peculiar de su andar es que de un brazo, mediante un mecate hecho con ramas, colgaba una caja que tenía muchas flores pintadas. Él la llamaba “La Caja Mágica”.

Al llegar a cada pueblo, los adultos lo tildaban de loco, debido a su vestimenta algo impertinente, pero los niños se le acercaban atraídos por los atrevidos colores, le tocaban el pantalón y salían corriendo riéndose a carcajadas. Uno de ellos, el más atrevido porque nada le daba pena, se atrevió a preguntarle a ese hombre, al que todos tildaban de loco, sobre el contenido de la caja. La curiosidad de los niños estaba tan presente que empezaron a tocarla y hasta sacudirla. El hombre, al que le decían loco, les dijo que se calmaran, que es una caja mágica, la cual contenía muchas cosas maravillosas. Los niños, al escuchar eso, sintieron mayor curiosidad y le pidieron al hombre, que le decían loco, que les mostrara, quien les dijo que en la plaza abriría la caja.

El hombre, al que la gente le decía que era un loco, el que parecía un espantapájaros por su vestimenta, caminó al centro del pueblo y se sentó en la plaza. Los niños se agruparon a su alrededor para ver la “Caja Mágica” de ese hombre, al que le decían loco. Cuando este hombre abrió la caja, los niños se quedaron decepcionados, porque solo veían un gran vacío. Casi al unísono, los niños le gritaron “mentiroso”, pero el hombre, al que decían que estaba loco, les dijo a los niños que vieran bien dentro de la caja y que dejaran que la imaginación se apoderara de ellos, y que solo tenían que pensar en desear algo bonito. Había un niño, quien era muy entusiasta, cerró sus ojos y cuando los abrió vio salir de la caja mágica muchas mariposas, de distintos colores y tamaños, el niño se reía de la emoción y daba vueltas como un trompo, con sus brazos extendidos y mirando hacia el cielo, que era a donde volaban sus mariposas. Los demás niños no veían nada, pensaban que el hombre, al que le decían que era un loco, lo había embrujado. Pero otro niño hizo lo mismo, cerró los ojos y pensó en un deseo, al abrirlos y mirar en la caja, salieron gran cantidad de pájaros: canarios, turpiales, cardenales, mirlos, guacamayas, guacharacas, azulejos, hasta un pelícano salió. Y empezaron a cantar y volar alrededor de la plaza y del niño que los deseó, quien no dejaba de dar vueltas y expresar su alegría. Los demás niños pensaron que también el hombre, al que le decían que era un loco, lo había embrujado, porque no veían nada de pájaros, así como pasaba con el niño de las mariposas.

Pero la curiosidad se intensificaba en los demás niños y comenzaron a agruparse alrededor de la “Caja Mágica” a pedir sus deseos, y empezó a salir de ella las muchas cosas que reflejaban sus deseos: amor, paciencia para los padres, Fe, esperanza, juegos (perinolas, trompos, gurrufíos, rompecabezas, pelotas de todos tamaños, traca-tracas, panderetas, caballitos de madera, escobas, ollas, almohadas, entre otros), dulces, caballos, cebras, burros, cabras, jirafas, elefantes blancos y un rinoceronte gigante, que hizo que los niños salieran espantados corriendo como locos. Todos se preguntaron: ¿A quién se le ocurrió desear ese animal? Si, en ese momento, todos los niños pudieron ver los deseos de los demás y sentirlos como reales, hasta algunos adultos, aquellos que aún conservaban el alma de niño, pudieron ver y sentir esos deseos.

Cuando los niños llegaron a sus casas, les contaron a sus padres sobre lo sucedido, quienes se rieron y alegraron con sus hijos, esos cuentos les hizo recordar a un amigo de infancia que siempre les decía que, cuando fuera viejo, sería el mejor mago del mundo y que recorrería los pueblos llevando su magia y alegría a todos los niños, que solo aquellos que tuviesen valor, Fe e imaginación, podrían verla. Los padres se asomaron por las ventanas y las puertas para saludar al hombre de la “Caja Mágica” y le gritaban “que Dios te dé salud para que sigas alegrándonos”.

Así llegó a ser el hombre de la “Caja Mágica”, pintada con muchas flores, al que le decían que estaba loco, pero que desde niño trabajó por su mayor deseo: ser un gran mago.  Y que mejor magia que hacer que los deseos de los niños se cumplan.

 

FIN.

martes, 5 de abril de 2022

El Prócer José Antonio

01/04/2022

Martín A. Fernández Ch.

 

Según la Real Academia Española, “prócer” es aquella persona eminente, elevada o alta; también menciona que es aquella de alta calidad o dignidad; y, además, es aquella que por derecho propio o nombramiento del rey, forman bajo el régimen del Estatuto real, el estamento a que daban nombre. Por otra parte, Wikipedia (aunque mis hijos desde pequeños me mencionaron que no es una fuente confiable) agrega a éstas acepciones, que así se les denominan a aquellas personas que fueron libertadores en las guerras de independencia hispanoamericana.

Estos conceptos parecen que no calzan hoy en día, sobre todo en nuestro país actual, porque ya no existen personas, o están escondidas cuidándose, que sean una eminencia o de alta dignidad, y menos un libertador por alguna guerra independista, que ya cesaron por ahora. Por eso considero que “prócer” puede ser cualquier persona, siempre que sea honesto, humanamente sensible, moral y valeroso, es decir, somos pocos o, mejor dicho, son prácticamente inexistentes. Sin embargo, se puede observar que se presentan personas que se han ido aislando, porque no encajan dentro de nuestra sociedad moderna y de su novedoso sistema de convivir, y ellos son los que conocemos como “indigentes”.

Lejos de hacer una disertación filosófica o un sofisticado análisis social sobre la indigencia, lo que quiero es presentarles un caso que, aunque conocí muy superficialmente, merece un momento de atención.

Había un indigente que, la mayoría de las veces que pasaba por frente del Altamira Suites, límite entre las urbanizaciones de Altamira y Los Palos Grandes, lo encontraba sentado en la acera de su fachada. Siempre que lo veía, lo saludaba. Una vez le pregunté por su nombre y me respondió “José Antonio”. De manera automática pensé en nuestro criticado prócer José Antonio Páez, quien fue un llanero barinés y de familia canaria, quien tuvo la valentía de defender sus ideales nacionalista frente al Libertador. Hoy en día me pregunto si ese indigente era una reencarnación de dicho llanero, quien no cuajó en esta época moderna, donde la nueva política de intereses amañados ha destruido la belleza de nuestra nación, llevándonos a un estado desterrado de oportunidades y de libertad.

A José Antonio lo conocí cuando caminaba con mis dos hijos, cuando eran pequeños (11 años la mayor y 10 el menor), por la avenida principal de Las Mercedes. Nosotros habíamos comido una buena pizza en un lugar cercano, pero nos sobró comida, situación que siempre pasa cuando salimos con niños que piden por pedir. Sin embargo, ordenamos que dicho sobrante nos la pusieran para llevar. Este encuentro casual sirvió de oportunidad para mostrar nuestra generosidad y regalarle a este señor, la referida comida. Recibimos de su parte un agradecimiento por ese regalo para su alma.

Cada vez que lo conseguía en mi camino, quien no salía del municipio Chacao, le daba algo de dinero para que pudiera tomarse un café o comer algo. Y siempre lo tenía pendiente cuando mi prometida Mariale y Yo salíamos a comer a algún restaurant para llevarle algo de comida. Me imagino que se contentaba, aunque su melena desordena y barba poblada, de color gris por su avanzada edad, no dejaba ver su cara con claridad.

Hace tiempo que no veo a José Antonio, exactamente desde que ocurrieron las últimas revueltas de protestas estudiantiles y de ciudadanos inconformes, que eran los verdaderos revolucionarios contra el autoritarismo actual. Lo más probable es que quizás no aguantó tanta violencia y el ambiente lleno de gases lacrimógenos, o huyó de la persecución inhumana de la policía o seudo-policía o malandros con uniforme. Tal vez, debido a la fuerte crisis económica, su salud se fue mellando hasta morir. Yo prefiero pensar que, al igual que el prócer Páez, se fue a New York y aprendió a tocar el piano, habilidad que le permitiría obtener lo necesario para vivir en comodidad y según sus creencias.

 

FIN