lunes, 22 de mayo de 2017


AMISTAD POR SERENDIPIA


Dicen que la serendipia es un hallazgo afortunado e inesperado que se presenta cuando estás buscando otra cosa distinta. Es encontrar algo bueno sin haberlo buscado. Es lo que en criollo pudiéramos llamar "de carambola", "de retruque", "de chiripa", quizás hasta "de vaina".

Son muchos los descubrimientos científicos que han sido resultado de la serendipia. Se dice, por ejemplo, que unos investigadores estaban trabajando con un grupo de pacientes mayores en la búsqueda de un medicamento para la angina de pecho, cuando un día se consiguieron con esos mismos pacientes muy felices por un efecto secundario e inesperado en sus organismos que desafiaba la fuerza de la gravedad!  Y así fue como  se descubrió la Viagra!

Pero todos estamos a expensas de la serendipia. Cuando decidí acudir a la Universidad Metropolitana a tomar el diplomado de Psicología Positiva, el objetivo era aprender sobre esa corriente de la psicología que se enfoca en lo que funciona, en lo positivo. Pero en ese proceso de aprendizaje, me conseguí algo mejor sin haberlo buscado, con un contingente humano de primera calidad, comenzando por los profesores: María Elena, Victoria, Pura, Josefina, María Enriqueta y César, éste último, bendito entre todas esas mujeres.   Por  Serendipia me llegó la amistad de todos ellos.

Pero no sólo fueron los profesores, también el grupo de condiscípulos fue de primera. De esa cohorte extraordinaria me une la amistad especial de Gudelia Cavero, mi poetiza preferida; Luis Semprun, anfitrión de lujo y Alberto Lindner, un caballero chef.

Cuando me embarqué en otra aventura de aprendizaje al inscribirme en el Curso de Escritura Creativa, allí la amistad por serendipia tuvo poca oportunidad de manifestarse, por que la mayoría eran excompañeros del diplomado. Sin embargo descubrimos a la profesora Ángela Feijoó, a quien tanto agradecemos por sus enseñanzas y que tanto bregó para que lográsemos escribir algo creativo. Creo que después de tanto esfuerzo quedó tan cansada que pidió asilo en Colombia.

Finalmente aterrizamos en  el "Club de escribidores", en donde nos reunimos para compartir e intercambiar nuestros escritos, pero por serendipia terminamos degustando exquisitos platos, preparados por esas mismas manos prodigiosas que nos demuestran que no solo saben escribir.

En el club nos reencontramos con compañeros del diplomado como Maigualida Boedo,  Nancy Gutiérrez, Tibaire García, Katerina Rojas y la bella Arcangela Arnone, la  "Regina della Cioccolata ". Pero también conseguimos nuevos amigos como Elinor Rivas , a quien tuve el placer de conocer personalmente y es ahora además "mi odontólogo preferida de Caracas".

El club también me ha dado la satisfacción de contar con nuevas amistades, a los que llamo "amigos invisibles" por que aunque no los he visto en persona o quizás los vi en alguna oportunidad, percibo a través de sus escritos y reacciones, sus mejores cualidades de gente buena y amable: Martín, Aura Marina, Carmen Lucía, Gladys, Janet. María de los Ángeles, Nayari, Óscar, Victor, Yveth, Liliana, Henned e Irma, nuestra anfitriona de hoy.

¡Gracias por contar con la amistad de todos ustedes, ustedes son mis "amigos serendipiosos"!

Lionel Álvarez Ibarra
Mayo 2017

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