jueves, 23 de julio de 2015

Mi querido Papi


Cuando pienso en “los hombres de mi vida”, lo primero que siento y evoco es al primer hombre que conocí, quien me dio la vida, mi padre… papi, como lo llamaba.

Un hombre de mesura en su rostro que inspiraba respeto, trabajador, muy conservador y además con una gran dedicación familiar.

Un hombre con quien tuve muchas diferencias en mi juventud rebelde; con quien discutía y ponía siempre mi opinión delante de la suya, pero siempre él me recordaba: “yo soy tu papá y la experiencia la llevo conmigo”.

Un hombre con una extraña combinación de amor, celos, justicia, ternura y razón, lo cual me confundía haciéndome retar más aún su autoridad de padre.

Me enseñó el respeto a los demás, el amor por la lectura, la dedicación por los estudios y el trabajo y hasta el disfrute por un buen partido de football.

Papi fue siempre un ejemplo de buen padre, buen esposo, buen hijo. Leal con sus amigos y familiares que lo llevó a buenas y no tan buenas experiencias, haciéndolo más humano y más unido con su familia.

Papi: Siempre te recordaré y te tendré presente porque con tu vida y modelaje aprendí a ser más fuerte, a ser la mujer que hoy soy, luchadora, intensa, responsable y a saber escoger al otro hombre de mi vida, mi amado esposo.

Gracias PAPI por todo lo que me distes, por enriquecer todo lo que hoy soy y en cualquier lugar que estés en compañía de Dios y la Virgen del Carmen, siempre te amaré…

Janet Jiménez

Julio 2015

1 comentario:

  1. Muy bello tu relato Janet, gracias por compartirlo y permitirnos conocer a tu padre y ahora poder entender de donde proviene y porque es tan bella persona nuestra querida Janet.

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