lunes, 2 de noviembre de 2015

Vigo en tres tiempos

He llegado a Vigo, tarde en la noche. Era solo una pernocta en un lugar extraño.

Salí a caminar por los alrededores en busca de algo de comida. Sin hambre pero con la convicción que no tendría otra opción mas adelante y que, no hay nada peor que no tener nada que comer para pasar la ansiedad.

Un modesto bar con sus visitantes habituales, me ofrecía pizza y cerveza. Ya casi cerraba.

Al regresar a la habitación, el sueño se negaba a acompañar a mi cansancio. Vigilia y cansancio pretendían permanecer firmes a lo largo de toda la jornada nocturna. En un intento de engaño a ambos, saque mi cámara del estuche y a pesar de la poca luz, decidí tomar unas cuantas fotos.

A pesar de una vista taciturna, dispare varías veces mi cámara hasta que una imagen incompleta de un letrero de “Hotel” se coló en mi lente. Realmente capté la palabra “Hot” y no hotel como puedo notar cada vez que veo la imagen. Sin embargo, mi cansancio no me permitía ver la misma como algo diferente a una cama donde plantar mi cuerpo cansado.

Un par de años después “vuelvo” al sitio a través de mis recuerdos y de una voz omnipresente que me relata lo que allí sucedió. En otro plano.

Una voz invisible me habla de una mujer blanca, pálida quizás, semidesnuda y expectante. Puedo ver su figura envuelta en una cortina de tul blanca. Ella despedía al amante tras un momento de sexo casual. Dos vasos con escoces y una conchita de limón reposan sobre la mesa de noche. Bebidas ya aguadas por el pasar de los minutos. Aguas de marzo de fondo.

Veo con claridad a la mujer de Vigo y tal vez, ella puede verme también. Yo aquí en mi estudio. Ella allá en su habitación en Vigo. Sin embargo, no es ella quién me perturba. Es a voz silente que organiza aquella imagen y desorganiza mi noche.

La voz sin cuerpo que llena el espacio, que seduce con sus palabras. La voz que supera a su creación y que logra que la misma pase a un segundo plano.

Somos tres en la habitación en tres tiempos diferentes . No puedo dejar de acudir a Vigo y apartar la mirada a la voz omnipresente. 

Cesar Yacsirk

3 comentarios:

  1. Fantástico escrito Cesar. Gracias por compartir

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  2. Muy bueno Cesar. Que hacias por ali solo? Con la foto uno termina de ambientarse, pero no era necesaria, con tu relato es mas que suficiente>

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