jueves, 8 de diciembre de 2016

SALTO DE FE




Hace algunos años asistí a una función de circo en el Meliá Madrid en donde actuaban una pareja de trapecistas. El punto culminante llegó cuando la mujer se lanzó con los ojos vendados y fue atajada por su compañero en el aire. El acto lleno de riesgo y espectacularidad dio pie a que sostuviésemos una interesante conversación sobre la fe y la confianza. Alguien comentó sobre la fe que ha debido tener la mujer en su pareja para saltar. Otros opinaron que se trataba más de confianza que de fe. Explicaban que la trapecista tiene evidencias reales del acto que ya ha realizado previamente sin vendas, tiene muy bien medido las distancias y sincronizado los tiempos, conoce a su pareja, su técnica, destreza y experiencia, suficientes elementos para darle seguridad de que no va a caer y por eso se arriesga a saltar.
Otro salto al vacío, bajo otras circunstancias, le escuché al padre Ricardo Búlmez en una de sus conferencias. Relataba el padre la anécdota de un pastor que fue a un parque una tarde y mientras oraba observó el nido de un pájaro a punto de caer.  Trepó al árbol, que estaba cerca de un abismo, para mover el nido a un sitio más seguro, pero la rama fracturó y él quedó suspendido en el vacío. Comenzó a pedir auxilio: "Hay alguien por allí, por favor ayuda". Nadie aparecía hasta que finalmente, ya caída la noche, escuchó una voz  que le decía: "Aquí estoy, vengo a ayudarte". El pastor emocionado pregunta: ¿Quien eres?  La voz le dice: Soy Dios que vengo a rescatarte, ten fe, suéltate que yo te atajo acá abajo. El pastor mira hacia el oscuro precipicio y luego de una pausa  comienza a gritar de nuevo: "Hay alguien más por allí" 
En el primer caso la mujer salta porque tuvo confianza, en el segundo, el pastor no lo hace porque no tiene fe. A lo mejor, si en su mirada al vacío hubiese visto un hombre con barba blanca y un coro de ángeles sosteniendo una red, hubiese saltado, pero no  vio nada y no tuvo fe en la voz invisible del Señor. 
En el mundo actual, lleno de tantas injusticias y tragedias, no nos queda otra que saltar confiados en la fe, si nos ponemos a buscar solo argumentos lógicos muy probablemente no saltaremos. Solo ella nos mantiene en marcha. Muchas veces nos sentimos consternados ante el sufrimiento de inocentes, la muerte prematura de un familiar, una crisis de salud y muchos otros eventos que ponen a prueba nuestra fe. Es en esos momentos que sentimos la necesidad de replantearnos el sentido de la vida, tratando de aceptar que el acontecimiento forma parte de un plan de Dios mayor. Es cuando escuchamos reacciones para reconfortarnos, como: "Dios sabe lo que hace", "Dios proveerá", "Que sea lo que Dios quiera", "Dios te envía dificultades para fortalecerte", "Es la voluntad del Señor". Esas son algunas de las más frecuentes. Para el no creyente, el hombre sin fe, probablemente piensa que todo eso es para gente ingenua, que es consuelo de tontos. Bueno, entonces que aguante su dolor hasta que el cuerpo lo resista, que sería más tonto aún.
La fe nos proporciona consuelo en los momentos difíciles, creer en Dios nos brinda una sensación de paz y tranquilidad.  Está comprobado científicamente que la fe religiosa beneficia nuestra salud y bienestar, y da lugar a una serie de emociones que se asocian con la felicidad, eso explica porque numerosos estudios realizados dentro de la Psicología Positiva sugieren que las personas religiosas son más felices, más sanas y se recuperan mejor de un trauma que las que no lo son. La fe nos ayuda a encontrarle sentido a la vida, a sentir que nuestros sufrimientos y nuestros esfuerzos no son en vano y que nuestra vida tiene una finalidad. 

Mediante la fe se puede originar esperanza, gratitud, amor, compasión y alegría, sentimientos que aumentan nuestra felicidad.

Lionel Álvarez Ibarra
Diciembre  2016

Hebreos 11.1: "La fe es la seguridad de lo que esperamos, el convencimiento respecto de lo que no vemos".

3 comentarios:

  1. Lionel es excelente tu abordaje de la FE, para quienes tenemos a Dios; pero también conozco a personas no creyentes que construyen su propia fé de vida. Dos maneras diferentes de tener FE...

    ResponderEliminar
  2. Hola Lionel. Me gustó mucho tu texto. La fe es un salto al vacío sino la entrega confiada al amor de Dios, con todos los beneficios que trae para nosotros esta acción. Gracias.

    ResponderEliminar
  3. Maravilloso como siempre querido Lio, gracias por invitarnos a la reflexión.

    ResponderEliminar