domingo, 18 de noviembre de 2018

LA DANZA DE LA VIDA


LA DANZA DE LA VIDA

Necesito meterme en la cama de la vida,
dentro de todas sus cubiertas
y soñar profundamente despierta.

Necesito oler todos los aromas,
atizarme con todos los sabores,
tender mi mesa grande de emociones.

Necesito caminar descalza pisar todos los suelos,
sentir el descarado placer de la arena,
pincharme en piedrecillas y espinas.

Necesito las miradas de todos espectros,
la bofetada abierta de la indiferencia,
el amor entero del ocaso y la luna llena.

Necesito el sol de estreno, el viento de arrastre,
la palabra concreta y sincera,
en  la cálida conversa del hermano amigo.

Necesito los extremos aciagos,
probar el temple de mis años,
saber que ya no vivo solo en mi cubierta.

Necesito escribir un poema a un gusano,
elevarlo de estatura, cambiar sus colores
y maravillarme en su nueva altura.

Necesito amigos de manga larga,
del abrazo abierto hasta la entrega,
de aquellos que miran y tocan mi alma.

Necesito bailar en la danza de la vida,
todos los géneros con espigas,
los ritmos que hagan de mi vida, más vida.

Necesito un compañero  imaginario o cierto,
bailando un huayno o bolero a cielo abierto
y despertar  con las luces del alba.

Necesito reposar mi poema en una muliza,
soltar mi pies en marinera y tondero,
danzando frenética el tango de la vida.


Gudelia Cavero Hurtado

No hay comentarios:

Publicar un comentario