lunes, 30 de noviembre de 2020





Desde la ventana de un segundo piso abro mis alas multicolor al llegar la primavera, frente a mí, un gran pino Norfolk de 50mts hace que gire 45º E, para dirigirme hacia la costa mediterránea de la ciudad condal. (3) 

Me recrean los pinos piñoneros; enormes cipreses que, como alfombras se intercalan con otros árboles que llaman Plátano de sombra, Ciprés, Aligustre y Almez. (1) Observo cortes ortogonales sobre las cuales enormes piedras se apiñan en murallas ancestrales (2), alrededor de las cuales convivió una ciudad medieval (3) fundada por otro Santiago, llamado Jaime I. 

Aproximándome a la inmensa playa, mis ojos que sobresalen hacen que la línea turquesa se pierda en el horizonte. Es entonces cuando advierto el bullicio del silencio. Sólo el viento, los rayos del astro Sol, junto al florecer primaveral multicolor dan cuenta de la fidelidad de los árboles, las flores, las abejas, los manantiales están expuestos fiel y consecuentes con el universo ¿y dónde se ha metido la joya de todo lo creado? ¿dónde está, que no lo veo?... en su recorrido diario por la Barceloneta, sobre su mecánica de yantas o dejándose acariciar por la lámpara que invita a mojarse en las aguas frescas del maresme (4), no le veo ni tan siquiera alrededor de sus salpicaderos, a los que va en busca de mojar su boca con elíxires que, animan su espíritu o degustan montaditos multisápidos. 

Vuelan a mi lado populares gaviotas y mientras buscan el cardumen de la lubina preferida, me observan atraídas por mi color rojo escarlata y mis alas azules y amarillas con algún verdor, que me hacen una especie extraña. Al mirarme, se acercan y descubren que hablamos la misma lengua. 

- ¿cómo te llamas? me preguntan. 

- Macao (5) llevó un tiempo por estos cielos despejados tan azules como el azul de mis alas. Atravesé́ un basto mar y toda una península para superar un parásito que se introdujo en una colectividad contagiada por secreciones purulentas que, han ensombrecido la luz de su progreso. De inmediato les pregunta. 

-¿dónde está aquí́ la colectividad? Todo está impecable en el ambiente, y me extraña que mientras toda la naturaleza está bella, ¡la gente no salga! 

Le responden los láridos (6) – Aquí llegó desde la tierra del Sol naciente; algo parecido a la peste de la que hablas. Le llaman virus, le llaman COVID19 y se ha extendido alrededor de la tierra. Para nuestra suerte, no llegó con efecto “aviar”; porque si no nos atacaría a nosotras...Por eso es por lo que los mamíferos humanos se resguardan en cuarentena. 

-¿y qué es eso? 

Le respondieron -Un encierro. Nosotras poco nos encerramos por aquí́. Incluso en el invierno nos atraen otras variedades de peces que visitan el mediterráneo en la estación. 

- ¡Caramba!... Por lo que decís, el planeta y sus seres vivos se envuelven en la diversidad y las semejanzas. Mas, sin embargo, la plenitud de la vida que florece, en el caso de los humanos, queda en entredicho, ante la pandemia. ¿cómo hacer para superar la cuarentena? 

Sus compañeras de vuelo le responden -Así́ como nosotras estamos conversando, el virus del COVID19 se trasmiten al hablar; salen unas gotitas donde es posible viaje el virus. Entre las medidas que toman, están: quedar confinados en bambollas(7) familiares, limitan reuniones, al salir han de colocarse mascarillas y mantener un distanciamiento físico de 2mts entre unos y otros, lavarse frecuentemente las puntas de sus alas; que llaman manos. Las consecuencias, se dice que suman pérdidas de muchos seres queridos, escasean oportunidades para alcanzar buena alimentación al perder lo que les permite comer; que refiere y nombran una palabra que al parecer implica traba....le dicen trabajo...mueren miles cada día, es tiempo para gestionar los miedos. 

Macao pregunta -¿y qué lo hace tan complicado? Porque nosotras las aves y los mamíferos, actuamos y nos coordinamos en manadas para realizar nuestros ciclos vitales, aparearnos, alimentarnos, desplazarnos, y hacemos lo que toca hacer en cada temporada. 

-En el caso de los seres humanos, es diferente. Responde gaviota. Hace una pausa y prosigue- Se dice que ellos son superiores, pues su cerebro es mucho mas dotado que el nuestro, ellos piensan y cada uno puede actuar según quiera. Desde que tu y nosotros existimos, han aprendido muchas cosas y sus nidos y lugares donde conviven, cambian y han crecido enormemente. Ellos coordinan distinto a nosotros, usan un lenguaje en la que habitan miles de palabras. 

Justo en ese momento divisan a tres humanos sentados en la orilla de la playa del Bogatell. Deciden dirigirse hacia ellos. Las gaviotas y Macao se posan sobre un banco de cemento contiguo y escuchan la conversación humana, mientras dice uno de los contertulios. 

-Ese virus no existe y si existiera exageran con esas medidas. Las mascarillas nos asfixian y se están llenando de dinero, a costa de nosotros. Además, el servicio de salud de este país es el peor del mundo. Cada día todo va fatal aquí́. Tenemos derecho a salir a la calle y protestar. ¡Venga ya! 

-Tienes razón, quieren encerrarnos por meses, me volveré́ loco sin poder salir, asfixiado con las mascarillas en el metro o en los vagones de los trenes. ¡Hay que protestar! 

El que ha estado callado tomó la palabra -¿saben cuántos fallecimientos ocurrieron en este país en el 2019? 417.625 fallecidos ¿saben cuántos mas tendremos en el 2020, de acuerdo con indicadores oficiales? 85.000 mas, y al parecer esconden la cifra, la cual dicen es superior. Entonces el virus si nos afecta. Por eso hay que seguir las medidas preventivas. Estamos desconociendo la supremacía de la realidad, además el virus está esparcido alrededor del mundo. 

Las aves, elevan vuelo juntas y una de las gaviotas toma la palabra. -Por lo que dijeron están como nosotras las gaviotas cuando competimos por un pez, y ocurre que al final ni una ni otra nos quedamos con el premio. Sin embargo, no alcanzo a percibir aquello que sí hacemos, frente a una amenaza; cerramos filas para hacernos fuertes y ser efectivos en la resistencia e impedir que nos eliminen. 

Interviene Macao -Uhmmm! Ahora que recuerdo uno de mis familiares guacamayos, que es muy inteligente y ha sido capaz de reproducir palabras de los humanos, me contó que lo que les pasa a ellos es que prefieren hablar de lo que les agrada o desagrada, y no de las sensaciones o de un fenómeno llamado emociones, que es lo que impulsa sus actos. 

Entusiastas sus compañeros curiosos, preguntan a Macao -Cuéntanos mas ¿y entonces? 

Macao prosigue -Escuchando a mi primo llamado Lengua redonda, me dijo que, en la historia de vida de los humanos, por miles de años los peligros, las pérdidas y las ofensas han amenazado su supervivencia. Al igual que nosotros, cuando intuimos peligro nos protegemos, pero en nuestro caso, somos libres y nos desplazamos gozando de la naturaleza. Al volar livianos disfrutamos del mundo que nos rodeas y las amenazas llegan cuando llegan, sin tener que estar pensando como los humanos, continuamente en los amagos de peligros. De esta manera, nuestras vidas transcurren fluyendo a través de los cielos y todas las bellezas que nos ofrece la experiencia de vivir. 

-¿y qué pueden hacer ellos para contar una buena historia de su vida?. Preguntaron las gaviotas. 

-Por lo que me cuenta mi primo el loro, que ha estudiado su lenguaje, la riqueza de este dispone de unas 8.000 palabras, que están escritas en un inmenso glosario llamado “diccionario”. Ellos, además poseen de una fortaleza, le dicen optimismo, que les permite apreciar lo mejor de una situación. 

Aproximándose, una de las gaviotas interviene diciendo -¡Imagínate si nosotras las aves habláramos! Aquí́ al encontrarte, agradezco al escribidor de este relato, que me ha ofrecido habitar palabras para animar a los humanos a cambiar el lenguaje por uno que utilice palabras que favorezcan su satisfacción con la vida, la confianza en sí mismo y en los otros; que nutran su salud física y mental, a fin de crear vínculos y relaciones duraderas. Gracias Macao, por contarnos tu experiencia con la pandemia. 

Macao vuelve de su experiencia diciendo -Viajar desde latitudes tropicales hasta las mediterráneas, me ha permitido impulsar la pluma para que, al escribir sobre el arte del lenguaje del bienestar, muchos reconstruyan su desempeño lingüístico, con el que alcancen bienestar sustentable entre sus activos y pasivos del patrimonio del bienestar. El lenguaje del bienestar propulsa cuidar nuestro cuerpo mas allá́ de las pautas saludables propias del contexto físico. También protegen el hablar armonioso entre las sensaciones y las palabras, para alcanzar nuestra gestión personal y relacional desde la confianza y desde el mejor lenguaje. Ello nos permite ser libre como las aves que vuelan con soltura y disfrutan al vivir una vida que, vale la dicha de ser bien vivida. 

Se posa Macao sobre el Norfolk y con su pluma al escribir inspira, al exhalar oxigena al ecosistema.

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1. (1)  Arboles mediterráneos 

2. (2)  Muralla Romana 

3. (3)  Barcelona 

4. (4)  Costa 

5. (5)  Guacamayo rojo, Guacamayo macao. 

6. (6)  Gaviotas 

7. (7)  Barcelona 


1 comentario:

  1. Hermano, un texto que mezcla de manera de cuento una experiencia de vida: migracion, pandemia y confinamiento, diferentes culturas y formas de vivir!!!!! 👏👏👏👏👏

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