LA MANZANA DEL PECADO
Amanecieron en el mundo
Y la manzana estaba allí
La vieron en su vestido rojo
Y un guiño del amor
Colándose por el escote
hondo
Los perturbó su aroma
Con olor a pétalos de piel
Y la lujuria hizo que ambos
Clavaran el beso en mordida
Atrevidos y girando el
pastel
Le pusieron cortinas al
abrazo
Para hacer de sus cuerpos
Una sola piel
Amaneció y el mundo
los encontró desnudos
Tapándose con las manos
Lo que desbordaba el corazón
Se coló entonces la culebra
La ondulante malicia
Y los árboles impregnaron de
juicios
Sus hojas blancas
Y un dedo acusador
Los sometió al pecado y al
destierro
Talves fue ella la que
empezó
Con un sutil coqueteo
Talves fue él, quien dijo
Muerdes tu o muerdo yo
Mordamos juntos
Para bebernos a plenitud
La copa del amor
Nunca sabremos si la culebra
Fue la enlazadora del amor
Morder la manzana al mismo
tiempo
Pudo habernos dado equidad.
Gudelia Cavero Hurtado
Siempre me encanta tu prosa tan táctil al lenguaje maravilloso de las metáforas enriquecidas por tus bellos sentimientos. Gracias !!!!
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