martes, 28 de agosto de 2018

EL TIEMPO PRESENTE


Uno de los pasos mas arduos en el aprendizaje de un idioma es la conjugación de los verbos en sus diferentes tiempos. En algunas lenguas, como el castellano o el italiano, se nos hace bastante difícil, en otras, como el inglés, hay quienes consideran que es mucho más fácil la conjugación.

Mi cuñada Janet necesitaba aprender ese inglés lo más pronto posible, tomó un curso intensivo y una de las mayores dificultades que consiguió fue precisamente los tiempos verbales. Ella siempre colocaba el verbo en tiempo presente. Cuando le hacían un examen oral, hablaba en presente y con su mano hacia movimientos para indicar en qué tiempo verdaderamente quería expresarse. Por ejemplo, cuando quiere decir "voy",  dice "I go", pero cuando quiere decir que "ella fue", o sea, en pasado, dice lo mismo "I go" y con su mano hace movimientos hacia su espalda para indicar que la vaina fue ayer. Igualmente, para el futuro dice lo mismo "I go", pero su mano ahora se mueve hacia adelante.  En otras palabras ¡Janet se quedó anclada en el tiempo presente!  ¡Excelente! Nada mal, porque  sin saberlo, seleccionó el mejor tiempo para vivir y disfrutar.

Desde niños nos enseñan a proyectarnos hacia el futuro. Nuestros padres nos dicen que debemos estudiar, ir a la universidad, graduarnos y ser buenos profesionales. Luego de graduados buscamos especializarnos para tener mejores oportunidades en el porvenir. Las empresas  nos muestran el mapa de desarrollo de carrera y las posiciones que podremos alcanzar si permanecemos en la compañía. Cuando nos acercamos a la tercera edad esperamos la jubilación para dejar de trabajar y entonces descansar y disfrutar. Todo eso pareciera que nos distrae del tiempo presente, no lo disfrutamos a cabalidad, porque creemos que algo mejor estará por ocurrir en el futuro. No tomamos suficiente de la fuente de felicidad del presente porque supuestamente mañana será mejor.

Hay que disfrutar del presente que es lo único que tenemos a mano, viviendo el momento actual de una manera consciente y saboreándolo al máximo. Ya sea compartiendo el tiempo con familiares y amigos, leyendo un libro, asistiendo a nuestra iglesia, aprendiendo un idioma nuevo, escribiendo para el Club de escribidores, conversando con el abuelo y un sin fin de  actividades que ocupan nuestro día a día.

Uno de los principales ingredientes de la felicidad es saber disfrutar de las experiencias positivas de la vida. Los investigadores definen el disfrute como los pensamientos y comportamientos que nos permiten intensificar y prolongar el placer. Es transformar las actividades ordinarias en extraordinarias. Uno de las recomendaciones  del profesor Tal Ben Shahar de la universidad de Harvard para disfrutar el tiempo presente, es "simplificar nuestras vidas", que significa dedicarnos de lleno a lo que estamos haciendo en el momento, con atención plena, sin distracciones. Si usted corta el césped de su casa, por ejemplo, entréguese a esa labor con satisfacción, disfrute del olor a grama cortada, recréese al observar las matas bien podadas y deléitese del aroma de las flores. Al terminar la faena sienta alegría y orgullo por un trabajo bien realizado, y así con cualquier otra actividad de su vida diaria.

Por supuesto que el disfrute del presente puede tener componentes del pasado y del futuro. Se puede por ejemplo, disfrutar rememorando el pasado, ya sea viendo un álbum de fotos de la familia en momentos felices o conversando con un amigo sobre el tiempo que compartieron en la universidad. También podemos disfrutar del futuro, fantaseando de todo lo bueno que nos podrá deparar.

Aunque un dicho popular dice que del pasado <<nadie nos puede quitar lo "bailao">>, ese tiempo ya pasó y no podemos rebobinarlo, y el futuro nadie lo tiene seguro, así que solo nos resta el presente. Traer el placer del pasado y del futuro, al momento presente es válido, y es una manera de incrementar y mantener el placer,  pero siempre con los pies firmes en el aquí y el ahora, siempre en el presente como el  "I go" de mi cuñada.

Lionel Álvarez Ibarra
Agosto 2018

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