martes, 20 de abril de 2021

Vivencias con mi gran amor/Ma Elena Garassini

Vivencias con mi gran amor

 Somos dos adolescentes en búsqueda, observadores de todo lo que acontece a nuestro alrededor. Nos encontramos, si nos encontramos, porque estábamos en búsqueda y dispuestos a explorar nuevas experiencias. Empezamos a coincidir, o ¿será que más bien que buscamos empezar a coincidir?... pues algo así sucedió. Con esa ilusión de conocer y profundizar en lo desconocido empezaron los encuentros, primero en muchas situaciones grupales, donde al final y por casualidad terminábamos sentados muy cerca, e incluso a veces al lado. Empezaron las conversaciones, también al principio como parte de lo que conversaba el grupo y después direccionadas hacia el otro, pero en la presencia de un grupo.  Poco a poco, y no recuerdo exactamente cómo, esos encuentros y conversaciones empezaron a ser de dos y cada vez con mayores niveles de complicidad. Visitas, invitaciones, obsequios muy sencillos, pero muy significativos y de repente empezamos a sentir un compromiso, algo que deseaba “estar con”, y así fue. Decidimos un día que éramos algo y empezó el viaje del conocimiento mutuo y el intercambio de experiencias y actividades en ámbitos diversos. Tú conoces a mi familia y yo conozco a la tuya. 

Para mi todo una experiencia de inmersión en otra forma del ver el mundo, así como los cursos de inmersión en otro idioma, tal cual…pero todos sabemos que esos cursos si funcionan. Compartir con amigos, un compartir muy intenso, muy interesante, muy retador.  Participamos juntos en mil cosas intelectuales, sociales, retadoras, divertidas, reflexivas, significativas… todas súper impactantes y que hoy en día nos permiten tener muchos conocidos y amigos con los cuales compartimos muchas cosas. 

Ya tenemos algunos años juntos, formalicemos esto, y continuamos el proyecto de vida juntos con la anuencia de la ley y la bendición de la iglesia. A pesar de ser muy jóvenes, nuestras familias nos vieron muy decididos y nos dieron su apoyo total. Como somos los dos, todo fue muy sencillo pero muy, muy, muy significativo.  Al proyecto de vida juntos, en el segundo año se unió la noticia de la venida de un tercero, motivo de alegría y nuevos retos. Así comienza, digo comienza porque muchos saben que es el primero de cuatro, el proyecto común de la maternidad-paternidad. Realizado con muchas negociaciones, cuidado del otro, de sus sueños, de su tiempo, de sus expectativas, de sus implicaciones y de su cansancio. La vida familiar se inicia y se desarrolla sobre ruedas.

También compartimos retos y sueños profesionales, integramos juntos un proyecto con otros amigos de un centro de investigación y acción educativa, nos acompañamos también en la creación de un grupo de escuelas comunitarias y compartimos también el pertenecer a un proyecto universitario. A la vez, y en forma paralela, cada uno cuidaba y compartía con el otro sus proyectos profesionales propios.

Así fueron pasando los años, ahora somos adultos contemporáneos, realizados a nivel personal, profesional y familiar, y disfrutamos mucho de la compañía mutua. Tenemos muchos espacios comunes en grupo, en pareja, pero también tenemos espacios de bienestar solos y con otros grupos.

Nos disfrutamos mucho como pareja, disfrutamos a nuestros hijos, a nuestras familias extendidas y a nuestros amigos. Para finalizar  les cuento una primicia, que a finales de este año tendremos la dicha de compartir juntos el abuelazgo.

¡Esta historia continuará!

María Elena Garassini

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