Carta a la casa de mi infancia
Actualmente alojas a mis padres, que de ser padres, pasaron ahora también a ser abuelos y bisabuelos. Cuánta historia de tres generaciones ha transcurrido en tus paredes.
Eres un lugar espacioso, fresco e iluminado, donde el espacio es muy cómodo para todos los que allí habitamos. Tienes una planta baja con: un jardín delantero y otro trasero, una terraza, un baño de visita, una sala, un comedor, una cocina, un lavandero, un cuarto con un baño de servicio, y el estudio de mi papá. Una planta alta con un salón familiar , el cuarto con baño matrimonial, un cuarto con baño donde estaba mi hermano, mi cuarto, el de mis dos hermanas, y el baño de las tres hijas.
Hueles a limpio, a orden, a encuentro.
Sabes a pasticho, a chalupa, a pollo al curry, a parrilla, a ñoquis, a pastel de pollo, a roti, a queso relleno, a asado negro. También sabes a deliciosos postres: a tres leches, a marquesa, a torta de manzana, a helado de oreo, a torta de zanahoria, a negro en camisa, a torta de guanábana, a pudin de parchita…
Suenas a gente en acción.
Luces a casa Caraqueña, con muebles de madera comprado en la mueblería Hervigon, lámparas Tiffany, alfombras en cada espacio y muy luminosa.
Te sientes suave, acogedora, mullida, confortable.
Trato de
evocar mis primeros recuerdos de vivencias en tus espacios, y me vienen
episodios de situaciones que sucedían reiteradamente:
-Mi mamá
levantándonos en la mañana, sirviéndonos el desayuno, ayudándonos o apurándonos
para tener todo listo y salir porque ya iba a llegar el transporte del señor
Martinez, la Ruta 1 del colegio Emil Friedman.
- Las
hermanas, a veces con una o unas primas jugando diferentes cosas, con
disfraces, juegos de mesas, el tocadiscos, y lo que se nos ocurriera.
- Los almuerzos familiares de los domingos, primero nosotros 6, después con los novios, después con los esposos y algún nieto, después muchos nietos hasta llegar ser 14, después los novios de los nietos, y ahora 4 bisnietos y otro en camino.
Si tuviera
que escoger un evento que tuviera que representar mi mayor agradecimiento
pasado y futuro son los almuerzos los domingos preparados por mi mamá, la
abuela, la Abu. Sabes que ella es tu más fiel y cuidadora habitante, la que te cuida,
te habita y te disfruta.
Llegar a
ti cuando voy a Caracas, es llegar a un lugar seguro, es retornar al vientre
familia
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