LA MUERTE SABIA MAESTRA
Cuando de morir se trata,
la vida se hace a un costado.
Los recuerdos cual ráfagas veloces,
nos harán un inventario de resultados.
¿Como me quiero morir?, me pregunto.
Con una sonrisa pícara y plena.
Con la vida masticada en cada trocito,
degustada y asimilada en sus mil sabores.
¿Qué me gustaría poner en mi epitafio?:
“Aquí vive, quién vivió y amó con pasión,
quién después de la muerte sigue viviendo
en muchas vidas, sigue existiendo en ti”.
¿Qué si le tengo miedo a la muerte?, ya no,
desde que mis hijos vuelan solos y son libres…
La vida para mí hoy, es un íntimo propósito,
un contrato espiritual entre mi esencia y el amor.
Muchas veces viví, muriendo de a pocos,
con ese letargo que sella la muerte.
Con esa monotonía que convierte la vida en una mueca,
mueca que agrieta la risa, mueca patética.
Los años sabios empezaron a llegar,
la luz fué iluminando lo que andaba a oscuras.
Los golpes, apenas son moretones pletóricos,
y la expansión…sutil arquitecto,me trazó un nuevo camino.
La muerte sepultó las tuberías oxidadas,
las paredes grises, las vivencias negras,
las ventanas rotas, los papeles sin presente,
la vida oscura que de tanta oscuridad fallece.
Adiós al pasado, ya no eres mi presente.
estás ausente, eres solo un recuerdo, ni gris, ni plata.
Apenas eres la sombra de quien fuí…
Apenas eres el presagio de quien seré…
GUDELIA CAVERO
SILENCIO QUE LAS HORAS ESTAN
DURMIENDO
Silencio, que mi alma habla en silencio
y mis palabras mudas dicen lo que siento.
Silencio, que el cielo pone estrellas en mi almohada,
pintando la oscuridad de mis sueños.
Silencio, que la noche cae en las faldas del mar,
y mece en silencio al sol que lentamente muere.
Silencio, que mi pensamiento gime,
en gotas de gélido silencio… congelándome la vida.
Silencio, que ya es hora de la palabra trozada,
del amor en silencio y los cuerpos en azul .
Silencio, que las moras del tiempo,
han colgado en el olvido el sonido del silencio.
Silencio, que Beethoven teje una
lágrima,
en la teclas muertas de un piano en silencio.
Silencio, que la luna se desliza en el infinito,
cuando el mundo muere lentamente en el silencio.
Silencio, en el lenguaje de las cascadas,
entre el agujero plata del cielo
y la gélida montaña.
Silencio, en las noches mandarinas de julio,
cuando las aves rompen su grito de abril en silencio.
Silencio, que atardeceres y
alboradas alucinando,
le cantan a los amores de otoño en silencio.
Silencio, orquídeas en flor, mi poema las florece,
cuando mueren lentamente encogiendo su color.
Silencio, que el amor le canta al desamor,
odas de silencio, sonatas púrpura y el Ave María del adiós.
Silencio, no hay nada más que decir en blanco y negro,
cuando el amor se apaga y no hay… a quien más amar.
Silencio, que mi secreto es el silencio,
y mi silencio es un secreto…Santo
Secreto…
GUDELIA CAVERO
a penas eres presagio de quién seré... bella frase
ResponderEliminarAL
¡Bellísimos Gudelia! ¡Qué sensibiidad!
ResponderEliminarHola Gudelia: como siempre bellas tus poesías. Los años sabios te alcanzaron y tú los abrazaste y estas disfrutándolos.
ResponderEliminarDe epitafios me hiciste recordar uno que un viudo colocó sobre la tumba de su esposa:
Aquí yaces
Y haces bien
Descansas tu
Y yo también.
Saludos desde Valencia.