domingo, 20 de noviembre de 2016

Un Bel morir


Queridos amigos:

Lamenté mucho no poder asistir a la casa de Gudelia. Esos encuentros  nos llenan el alma. Habrá una próxima vez.

Van estas palabras sobre un poema de Emily Dickinson que siempre me ha atraído por el matiz tan singular que le da a ese encuentro con el final de sus días.

Nancy Gutiérrez


Un bel morir

En mis circunloquios solitarios, me he imaginado a veces la hora de mi muerte. Imagino mi fin como estar dormida y a veces he deseado que ese momento llegue suavemente para dejarnos ir, como decía Don Juan en sus enseñanzas. Hemos deseado también que sea un “bel morir”, que ciertamente sintamos un descanso largo y suave, inadvertible. Pero nunca he imaginado la muerte como un amante que te seduce, te desea, te acaricia y te lleva en sus brazos hacia otros mundos misteriosos e inmejorables.

En “Because I could not Stop for Death” (Emily Dickinson), el amante de Emily aparece como un seductor afable y cariñoso que detiene su carroza para recoger a su amada. Es un cautivador cortés y  afectuoso que sutilmente le tiende los brazos  y se la lleva en un viaje maravilloso hacia la eternidad. Los amantes viajan como dos enamorados sobre un camino sedoso y ligero acompañados solo por la inmortalidad, que podemos percibir como una idea, otro pasajero, o ambos. No hay prisa. La persona ha dejado todo atrás, sus tareas y su ocio, labor and leisure, para entregarse sutilmente a su amante por su delicadeza…for his Civility. No hay dolor, hay paz, hay amor, hay entrega. Eros es búsqueda  y es hallazgo. Es la búsqueda de contrarios y semejantes, es la búsqueda del sentido en la persona amada lo que conforma la experiencia del amor. Y Eros es lo que lleva a los amantes dickinsonianos a ese encuentro que los reconcilia con el mundo en una entrega y un tiempo ilimitados. Eros y Thanatos confluyen en un viaje amoroso que Dickinson expresa genialmente.


En el camino vemos paisajes familiares, los niños jugando en el jardín, los sembradíos de cereales, la cosecha del maíz, y al final, el sol en el horizonte, que quizás señala el final del final, la plenitud. Luego aparece como símbolo recurrente  la casa, que quizás sugiera la última morada, una casa que apenas es una protuberancia en el suelo, sin cornisa, solo un túmulo. La persona sugiere que ha pasado el tiempo, ¨ts centuries ago” y cierra con una afirmación que pudiera apuntar al tiempo de la eternidad, que según ella expresa, es corta y placentera. Al contrario  del hombre que sufre porque vive buscando superar su separatividad para así abandonar la celda de su soledad, la persona de “Because  I could not Stop for Death”, logra apartar esos pensamientos que afectan su sensibilidad y rechazan la esperanza para abrazar sus creencias en un devenir que se presenta como una caricia eterna en un nicho erótico donde le sonreirá el sosiego, la quietud y el amor.  

4 comentarios:

  1. Hola Nancy:
    Que bienvenida te han dado en el club de escribidores con este tema de la muerte!
    El amante la fue a buscar en carroza, pero como que fue carroza fúnebre!
    No pudiste asistir al funeral pero presentaste tu escrito en el primer novenario!
    Just in time!
    Saludos desde Valencia.

    ResponderEliminar
  2. Hola Nancy:
    Que bienvenida te han dado en el club de escribidores con este tema de la muerte!
    El amante la fue a buscar en carroza, pero como que fue carroza fúnebre!
    No pudiste asistir el día de ayer al funeral con tu escrito, pero lo presentaste hoy, en el primer novenario!
    Just in time!
    Saludos desde Valencia.

    ResponderEliminar
  3. Así es! Pero que bonita manera de presentar la muerte, cierto? Emily Dickinson fue una gran poeta y tiene muchísimos poemas dedicados a este tema. Hay tantas cosas que se pueden decir sobre esto!
    Un abrazo!

    ResponderEliminar