miércoles, 8 de mayo de 2019

El movimiento/Jesucita Peters


El Movimiento
Autora: Jesucita Peters S.

      Hoy más que nunca he pensado en el significado del movimiento y es una asociación difícil de desligar de la vida, este viene dado desde nuestro nacimiento en este momento se espera el movimiento natural de nuestros pulmones que nos permiten respirar y comenzar a llorar dándole la bienvenida a la vida, que maravilloso este comenzar no podría ser de otra forma. 

       Pensar en este planeta que nos inunda con su movimiento de esta rutina que nos da vida, con su movimiento de rotación que nos da el esplendoroso sol del amanecer, que nos reconforta el alma para decirnos que es otro día  de retos, esperanzas y movimientos que permiten el transitar por nuestros caminos. Ese movimiento también nos brinda la llegada de la noche con su luna  y estrellas brillantes que nos hacen hacer un recuento de todo lo logrado en el  día y que nos impulsa a ponernos nuevas metas por alcanzar a lo largo de nuestras vidas y que ineludiblemente está asociado al movimiento.

       Pero que excitante cuando nuestro movimiento está impregnado de amor, dulzura, esperanza, fuerza, resiliencia  para aceptar las cosas más simples de la vida y saber que puedo ser el motor para cambiarlas  en pro de nosotros mismos y de la humanidad.

       Veo el movimiento asociado al abrir de los pétalos de una rosa que llenan el ambiente con el néctar de su aroma y la belleza de su existencia, no podría ser más bello.

       El movimiento   al ver  nacer a un potrillo  de las entrañas  de su madre y pararse de inmediato para la danza de la vida que le ofrece como reto la naturaleza.

       Las mariposas, las abejas, los pájaros encargados de la polinización de  las plantas asignado su movimiento  genéticamente para permitir el alimento de la humanidad. 

       Nada más placentero sentarme a ver el atardecer  de un día  de verano en la playa y observar el movimiento de esas nubes anaranjadas, amarillas y blancas pinceladas por el brillo del sol que pintor alguno pudiera expresar y que anuncian la llegada del atardecer que quiero guardar en mi memoria como el recuerdo más preciado de ese disfrute que me llena el espíritu. 

       Hablar del movimiento y sentir las  emociones que pueden aflorar en mí ante las situaciones de la vida  como: el nacer,  el morir, el enamorarme, el dolor, el placer,  todas ellas me permiten sentir que estoy viva,  como dejar de lado el movimiento,

     ¡Que viva el movimiento!

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