miércoles, 30 de septiembre de 2020

SEIS MESES SABIOS Y DEMENTES

 

SEIS MESES SABIOS Y DEMENTES

Se paró todo, con un estallido del silencio

El mundo colgado en las ventosas de un virus,

soplando de un solo tajo la normalidad,

convirtiendo ciudades en tumbas habitadas.

 

Se me vino de pronto el otoño

Se adelantaron las almas a morar la eternidad

Las despedidas maniataron mi alegría

Y el miedo mordió mi médula con rabia.

 

Todas las emociones se colgaron en mi desesperanza

La incertidumbre se clavó en el centro de mis sueños

Plácido el miedo tendió sus alas y

se acostó a dormir en mi cama.

 

Fui madrugada que abrazó la soledad

Soy un nudo que se ata y se desata

Soy otoño con muchas primaveras

Soy todas las estaciones atropelladas…

 

Pero mi huracán interno está amainando

Mi alma se va sosegando

Me soplan otros vientos

Mi borrasca interna se va alumbrando.

 

Comienzo a caminar por los campos verdes de mi alma

A vivir en mi paraíso olvidado

A barrer astillas y limpiar lo que me quita luz…

Empiezo a nacer otra vez.

 

Dejé de querer cosas, de sentir cosas

De soñar trajes y viajes

Empecé a ensanchar mi cobija espiritual

Empecé a amar mis miedos y mi fragilidad.

 

La pandemia hizo gigante el amor

Lo di y lo recibí, rebosante en mis vasos matutinos

Abundante mi plato diario de pan y protección

Abundante el potaje que de mis manos salió.

 

La soñadora que me habita,

hace piruetas en mi fantasía.

El poeta que me sublima,

me convierte en su poema.

El pintor que me deslumbra,

pinta mi casa interna.

 

Encontré un potente condimento,

que de la paz brota. Sin importar,

si fui llanto ayer o si soy burbuja hoy.

Soy más de lo que decido ser.

 

Gudelia Cavero Hurtado

 

 

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