martes, 6 de octubre de 2015

la libertad de perdonar

Proceso para el perdón des fundando los juicios de los estados de ánimo  (Basado en Seligman (2005) y Eccheverría, (2006))

Introducción 
Este  método para perdonar viene a complementar el mencionado por el Dr Seligman, cuyo acrónimo es REACE y se basa en un proceso por medio del cual nos damos cuenta de lo que pasó, lo ponemos en contexto y hacemos una carta del perdón, para tratar de colocarnos en una posición que favorezca al perdonar.
El proceso de perdonar. La predisposición a perdonar, fundamentadas en las 24 fortalezas de Seligman (2005),se componen de atributos entre los que se destacan la gratitud, la capacidad de perdonar, por supuesto, la capacidad de amar y ser amado. Se entiende entonces, que de alguna forma estas fortalezas interactúan y aparecen para que,se pueda liberar el dolor de acciones no perdonadas, y se constituyan en hábitos que conduzca al logro de bienestar sicológico y físico.

 Seligman (2005) basado en un estudio de Everett (1996), estructura lo que vendría a ser un ciclo por medio del cual y en la práctica constante, lograríamos convertir al perdón como en un hábito, basado en las fortalezas mencionadas.
El ciclo está compuesto de cinco fases,
1. Recuerde el daño objetivamente
2. Empatía, se comprende porque el otro hizo daño
3. Don altruista, recordar en situaciones similares, cuando uno haya sido perdonado y usarlo a favor del perdón
 4. Establecer un compromiso y escribir un documento de perdón y
5. Engancharse al perdón.
No es olvidar lo sucedido sino cambiar el apego a la acción y convertir el dolor en aprendizaje. Es revivir la fase 1, sin que genere sentimientos de rencor, aprehensión o dolor. Esta última propuesta se enfoca en ver el estado de ánimo desde la existencia de un juicio arraigado en esa dimensión específica. Si recordamos por ejemplo algún quiebre emocional, y pensamos en alguien diciendo “esa mala mujer que me hizo eso…” es muy probable que aunque hayan pasado mucho años, no hayamos perdonado y el recuerdo nos evoque el juicio y la actitud que le dio origen. Es así como en una evocación sentimental pueda pasar que el juicio sea fáctico, desde la idea que no lo podemos cambiar, y desde la actitud del rechazo, por lo que nos coloca en esa dimensión en Resentimiento.

No se puede perdonar si siempre nos encontramos en resentimiento, por lo que entonces tenemos dos vías, la primera es cambiar el juicio de valor que origina el estado de ánimo. Podemos pasar de un juicio desde lo fáctico a comprender un mundo de oportunidades nuevas que tenemos ahora, una vez que nuestro ser ha cambiado en el tiempo. La segunda es desde lo actitudinal, si aceptamos o rechazamos algo. Suele suceder que cuando al analizar un juicio y no se pueda sustentar, entonces cambie asì mismo la actitud. El coaching puede ser una forma de hacer el cambio; la otra forma es el cambio en la actitud; pasar de lo fáctico que es rechazado a lo posible que ahora es aceptado, que nos moviliza hacia emociones de paz y de ganas de seguir adelante. ¿Qué hacemos con los juicios o desde los juicios? Los juicios una vez detectados y analizada la corporalidad, emocionalidad y verbalización, y validado por el otro, podemos ubicar dicho juicio en una de las cuatro estados de ánimo.

Su sencillo proceso es como a continuación se indica;
1. Identificar el quiebre
2. Articular el quiebre
3. Distinguir los juicios que lo sustentan, (las preguntas desde la emocionalidad) a. Fáctico b. De posibilidad
4. Disolver juicios desde su propia realidad
5. Cambiar su actitud como consecuencia o usarlas para disolver el juicio
 6. Declarar el perdón

 El coaching del perdón, se puede hacer como parte de la resolución de un quiebre o como un proceso deliberado y consciente que decide emprender una persona al darse cuenta que la carga de emocionalidad negativa le comienza a afectar las actitudes cotidianas o hasta su desempeño laboral, familiar o personal. Una persona, en su proceso de crecimiento interno, puede decidir comenzar un proceso de perdón, con el compromiso de cambiar los juicios que afectan la toma de decisiones y aun más, en el cambio de su actitud como persona y ante los eventos de la vida.

La meta del coaching del perdón es colocar al asistido en actitud de aceptación de lo que no puede cambiar por un lado, para alcanzar la paz, o en segundo término, cambiar la percepción o entender que es posible el cambio, para colocarse en actitud proactiva , orientada a la acción o ambición (involucra la esperanza). Puede pasar también que lo que pensamos que es fáctico, (no lo podemos cambiar) sea solo un problema de percepción y al cambiar nuestra mirada, cambia también la emocionalidad.

 Coaching del perdón y la psicología positiva. El test de Valores en Acción, VIA, del Dr Seligman propone que tenemos seis virtudes y 24 fortalezas de carácter que estarían asociadas en este modelo en la constitución de la actitud del modelo de Echeverría. La actitud estaría constituida por las fortalezas en su práctica constante y en los resultados que se obtienen.

El Perdón es sin duda una de las 24 fortalezas del VIA. ¿Puede perdonar una persona que no la posee entre las primeras fortalezas? Sin duda que sí.
 El Perdón como hemos visto se constituye en una decisión o práctica deliberada y consciente apoyada en sus primeras fortalezas y en sintonía con las 10 emociones positivas que ha detectado la Dra. Bárbara Fredickson. Sabemos también que los estados de ánimo aparecen en ámbitos distintos y pueden ser distintos también. No existe coherencia natural en la aparición de estados de ánimo en la totalidad de las dimensiones del ser, a menos que se encuentre en el mundo de la psicología tradicional y de sus patologías, que no pertenece al alcance de este escrito. En condiciones normales, una persona puede estar en resentimiento con algo en particular y estar en paz en el ámbito del hogar. O estar en resignación en su hogar y en resentimiento en lo social. Puede según el modelo, ocurrir una mezcla de juicios dependiendo de las distinciones y las dimensiones en que se observa. Puede pasar también, y pareciera ser lo mas común, que una persona tenga un estado de ánimo coherente en todos los dominios de su vida, lo que llamamos, "estructura de coherencia". Esto quiere decir que desde los 4 estados de ánimo: paz, resignación, resentimiento y ambición, que una persona se encuentre siempre en el mismo estado. Entonces, una persona resentida lo sea en su casa, en el trabajo, en los estudios.De esta forma, encontrando los juicios que la colocan allí sea mas evidente cambiar toda la estructura. Lo que pasa es que esos juicios que colocan a una persona en el mismo estado de ánimo sea mas difícil de localizar pues se fundan en la niñez, o adolescencia, y casi siempre por emociones que no fluyen, que se estancan, que se re alimentan. Por eso los padres, en la educación de sus hijos, deban estar pendientes del manejo emocional y la inteligencia emocional. Desde lo positivo y habiendo aceptado que los estados de ánimo constituyen al ser y derivan en la acción en las emociones positivas o negativas, entonces podemos pensar, que lo mejor es que un asistido o coachee alcance estabilidad de actitudes en todos sus ámbitos de acción, de manera que no asocie con su historia nuevas acciones que lo conecten a la negatividad.

El uso deliberado y prolongado de las 10 emociones positivas, derivan en un cambio en los estados de ánimos que constituyen el ser. Desde el cambio de actitudes podemos disolver juicios y sustituirlos en práctica deliberada en todo un proceso de bienestar, desde donde, sería mucho más sencillo, realizar prácticas del perdón.

Alberto

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