sábado, 19 de noviembre de 2016

Práctica

He muerto en momentos en que inequívocamente he sentido mi vida amenazada.
He muerto de susto, cuando ha explotado abruptamente la burbuja que me tenía ensimismada
He muerto de rabia algunas veces, muchas, cuando al aplicar mis criterios, juzgo la presencia de injusticia.
Morí de dolor cuando un descarado ladrón arrancó y se llevó, corriendo, mi corazón
He muerto de miedo al estar a punto de dar pasos que incluyen enfrentar mis miedos.
He muerto de ternura al sentir, con mis hijos en brazos, la sedosa piel de sus manos, símbolo de vínculo indeleble para la eternidad.
He muerto de placer en esos precisos instantes que son perfecto ejemplo de clímax de expresión de amor en intimidad.
He muerto tantas veces de risa, que no vale la pena contarlas, sí recordarlas
He aquí la síntesis de una muestra de cómo la vida es, para mí, el mejor entrenamiento para la muerte.
Carmen Lucía Rojas
Noviembre 2016

2 comentarios:

  1. Hola Carmen Lucia:
    Gracias por tu escrito. Como que tienes más vidas que un gato, tantas maneras de morir! Son solo prácticas hasta que llega la verdadera. Saludos desde Valencia.

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