martes, 6 de octubre de 2015

Sin velos

Me encanta observar a la gente y sentir cómo me hablan sus gestos, su ropa, su tono de voz... Me cuentan historias sin saberlo, enriquecen mi vida sin sospecharlo.

Recuerdo a las rubias niñas que estaban a mi lado saltando de un lado a otro mientras su mamá intentaba darles su compota de frutas. También recuerdo el señor serio que leía el periódico y a los jovencitos asiáticos que cerraban aún más sus rasgados ojos para poder concentrarse en el videojuego que los entretenía desde hacía una hora en la sala de espera del aeropuerto. No olvidaré el rostro ilusionado de quienes parecían irse de vacaciones por primera vez.

A ella también la vi, pero fue como si no estuviera. Yo sabía que debajo de esa celda de tela que la cubría de la cabeza hasta los pies, había una mujer, pero ante mis ojos, esa cubierta negra la convertía en algo menos que un objeto inanimado. Más historias podía contarme una silla, que ese ser cautivo bajo un burka, oscuro como la noche, y como la mente de aquellos que creen que una mujer es una posesión. Como un agujero negro, esa tela absorbía mi mirada y nublaba mi mente. No era posible para mí imaginar nada, intuir nada, porque "la nada" es poco lo que tiene que decir a quienes la rodean.

He visto cientos de veces a mujeres anuladas con velos en el periódico y en la televisión, pero nunca antes había tenido tan cerca esto que para mí es una cruel muestra de opresión.

Nunca sabré cómo se siente ella, pero desde ese día un trozo de mi corazón de mujer se siente preso. Es difícil sentirse totalmente libre cuando otros no lo son.

Porque para mí la libertad es poder ser yo misma. Pensar como quiero. Sentir lo que siento. Y poder expresarlo.

Libertad para mí es poder ser quien soy en todos los ámbitos de mi vida. Elegir.
Elegir a quién amo. Elegir a quién le rezo.

Caminar sin temor. Trabajar éticamente y sin amenazas. Reírme. Aprender sin temor. Poder desarrollar mis capacidades.  Ser tratada con respeto. 

Libertad para mí es poder exigir cuentas e información a quienes han adquirido compromisos conmigo y por ello influyen en mis decisiones y en mi futuro.

Tener los mismos deberes y derechos que todos los demás. Y poder exigir que se cumplan para todos.

Libertad para mí es tener opciones. A todos los niveles, en todos los ámbitos. Y poder elegir lo que quiera para mi vida, siempre que con ello no viole los derechos de otros.

Libertad para mí es no tener que responder preguntas impertinentes ni tener que justificar mis decisiones ante quienes sólo quieren juzgarme porque no tienen más nada interesante que hacer con sus vidas.

Libertad para mí es poder equivocarme. Rectificar. Tener otra oportunidad.  
Libertad para mí es perdonar. Ser flexible. Tener mi mente y mi corazón abiertos (y que nadie me reproche por ello). Cambiar de idea.

Libertad para mí es confiar en quien amo.

Libertad para mí es no tener deudas impagables.
Libertad para mí es escribir. Y también es no hacerlo, si ese es mi deseo.

Libertad para mí es poder observar la belleza de la naturaleza y apreciar también la creatividad humana.

Libertad para mí no es satisfacer caprichos.
Libertad para mí es vivir sin miedo.

Libertad para mí es vivir sin ningún tipo de velo.
No hace falta llevar un burka para sentirse presa.

2 comentarios:

  1. Muy interesante tu escrito Angela. A mí también me pasa que cuando observo gente a mi alrededor me voy creando novelas mentales alrededor de los personajes. Hace unos meses, en un restaurante, observaba a una pareja que parecía estaban discutiendo. Eso era lo que me imaginaba viéndolos desde lejos desde mi mesa. Ella, bella y apacible, soportaba el maltrato del hombre. Me preguntaba cómo aquella mujer pudo haber caído presa en las garras de aquel animal. Era un buen tema también para escribir sobre la libertad.
    Muchos saludos y gracias por compartir.

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