Dicen en ciudad gótica que Robin (Ricardo Tapia que es lo
mismo) es gay. Creo que de ello no queda ninguna duda.
A ver. Un adolescente ingenuo criado por dos adultos y un
mayordomo, sin ningún interés en nadie más sino en Batman, deja mucho a la
imaginación. Ya en el siglo XXI no es de mi incumbencia y mucho menos de mi
interés.
Pero en los 60´s, algo brincaba a la vista. Sin embargo, la
tía Harriet, quien nunca pudo enterarse de la doble identidad de Ricardo
Bruno-Batman-Robin, mucho menos pudo reparar en las preferencias sexuales de su
sobrino.
Eso sin duda, era un secreto a voces al que en esos años,
ningún televidente hizo alusión alguna. Yo en particular estaba pendiente si
Batman le espetaba finalmente un beso a Gatúbela (no a Robin). Este hecho de la
inclinación sexual del niño maravilla no era atractivo para la audiencia y aún
menos para la anciana tía.
Un secreto a voces sin duda, que no causaba sorna en aquel
momento (ni ahora) y sería tan solo un material aburrido para algún chiste de
lugar común.
Empero, ¿Cómo habría variado la historia si el Guasón
revelara que tuvo un affaire con Batichica durante años y que su padre, el jefe
de la policía, ni había reparado en ello? ¿Sería tan recio el comisionado Gordon
en su persecución al delito? Tal vez pasaría de férreo a cruel. La defensa de
ciudad gótica pasaría por la defensa del honor de su propia hija. Seguramente
el comisionado abandonaría el eje central de la trama para actuar desde sus
paradigmas.
A Albertico y a Mamá Dolores les llevó 2 años, 2 meses, 8
días y 2 horas develar el secreto de sus vínculos consanguíneos, cuyo
nudo gordiano protegía el honor de la familia y su propia vida.
Para el espectador de la época, cada capítulo lo mantenía
atado al secreto que ya sabía, pero que permitía seguir capítulo a capítulo el
transcurrir de la trama. Era como el invitado omnipresente e invisible, quién
estaba lejos de poder decir ni pio.
De cualquier manera, era un espacio para ventilar nuestros
prejuicios acerca de las relaciones extramatrimoniales, el honor familiar, la
dicotomía vida-muerte, la discriminación racial y explayar nuestros lacónicos juicios
cargados de miedos y veredictos.
En este caso y en todos los casos, hablar de secreto nos
refiere a lo aparentemente oculto. Es puerta de entrada a la intimidad, al
espacio de nuestros recelos. Mantener secretos nos protege de la manipulación
de nuestros temores. La sola sospecha de la existencia de algo oculto, da poder
e impaciencia a la imaginación.
En nuestra novela diaria (que como lo expresaba Oscar Wilde…la
novela es la vida quitándole las partes aburridas), el conocimiento de lo
oculto nos da licencia en ocasiones para afianzar nuestras creencias, escapar
de nuestros miedos y opinar del otro partiendo de la historia y paradigmas de
quien opina.
Da la potestad para actuar desde lo positivo o de infringir
daño desde los temores del otro y los temores propios.
El secreto está en el dominio de lo íntimo, es el derecho
del individuo a tener su espacio diferenciado del espacio social.
Y es allí donde debe mantenerse…en secreto.
Cesar
Yacsirk
Octubre 12,
2016
Bravo maestro. La pluma sigue en avance
ResponderEliminarViniendo de usted...todo un elogio
EliminarViniendo de usted...todo un elogio
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