Pocos son aquellos que han investigado y revelado el "secreto común".
Muchos son aquellos que sin investigar se deleitan en compartir secretos superficiales, que en pocos instantes incluso se transforman en secretos populares.
Pero de aquel "secreto común"; sólo algunas minorías sienten curiosidad, y tienen el valor de atreverse a descubrir.
Yo formaba parte de los muchos que ignoraban el "secreto común", que paradógicamente en cuanto indagas y lo conoces, o te aproximas a su conocimiento, ves que es comunmente secreto para la mayoría; aunque el secreto en sí descubierto, para los pocos valientes, no es común o igual para cada observador.
Hablo del secreto de autoconocerse.
Con el resultado del conocimiento de éste ("la persona que soy") puede ocurrir varias cosas: si nos gusta lo exhibimos, si no nos gusta lo ocultamos, y si tenemos las herramientas... lo que nos gusta lo reforzamos y repotenciamos, y lo que nos disgusta lo tratamos de mejorar.
Quién no llega a conocer verdaderamente su secreto, ese secreto que a veces incluso los más cercanos a nosotros son capaces de observar... o tal vez tampoco!; no puede llegar a construirse como la mejor versión de sí mismo. Porque la ignorancia de sí, limita y muchas veces obstaculiza el crecimiento.
La frase "El mapa no es el territorio", del lingüista Alfred Korzybski, me recuerda que muchos vivimos por muy largo período de nuestras vidas, conformes con conocer el mapa. Pero adentrarse en el territorio y explorarlo es una aventura digna de ser experimentada.
Elinor Ribas
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