domingo, 19 de noviembre de 2017

El escrito de la Sra. H

Soy en el grupo una de las últimas en conocerte, pero, lejos de ser una desventaja, lo encuentro muy justo y enriquecedor. La noticia de tu partida me pilló paseando por una bella ciudad del Sur de Italia, en unos de esos ratos en los que mi teléfono captó la generosidad de una señal WI-Fi, y acto seguido me senté a leer y ponerme al día con los afectos y noticias acumuladas de varios días. La nota que ratificaba tu decisión de partir – entendí que ya lo habías anunciado en la reunión que organizó Arcángela, a la cual no pude asistir, por encontrarme partiendo ese día- me dejó como Condorito sentado (sólo porque no me encontraba de pie); se me aguaraparon los ojos, “no puede ser” me repetía una y otra vez. El grupo con el que andaba, pidió continuar,  así que guardé mis emociones en la mochila invisible y continué mi paseo, hasta el momento en que pude abrirla de nuevo y revisarlas. Casi todos los días me entero de la partida de personas muy queridas (algunas de ellas  saben de mi querencia, otras no), pero con pocas me ha pasado lo que contigo. En estos tiempos de exilio y despedidas, yo armé mi propio ajedrez de personas a las que admiro y quiero, entre otras cosas porque  han reafirmado de alguna u otra forma mi empeño de quedarme y cómo quedarme (lo cual es más importante aún). 
Tú mi querida Lele eres una de ellas (observa que hablo en presente), sí, seguirás siendo una ficha emocional en mi ajedrez, y hoy, ya no me pregunto por qué?, sino que tu despedida la siento como si nos hubiesen asignado   campamentos vacacionales diferentes. Me quedo con lo que bellamente nos enseñaste;  entre la inteligencia y la vehemencia están nuestras emociones (y que son estos los tiempos que más demandan gestionarlas),  que siempre se gana y se aprende (nunca se pierde), que fluir siempre está en nuestra actitud y dar es una de las experiencias, por no decir la que más, gratificantes de la vida. Podría seguir enumerando mucho más, pero hay que poner puntos suspensivos, esos que auguran aprendizajes y vivencias que en algún momento nos llegarán de tu estancia en Bogotá.

Gracias por lo recibido y Gracias anticipadas!!!!


Hened Abrahan

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