lunes, 28 de diciembre de 2020

Mi maleta para el 2021


Mucha gente ha vivido este ritual que hoy la pandemia nos cambió el significado
.

¿Qué llevarme en mi maleta para lograr mis sueños y no morir en el intento?

Todos los años buscamos una maleta más grande porque no resistimos dejar afuera lo que metimos en años anteriores. Pero, ¿Realmente que queremos, una “Maleta Feliz”o un Feliz Año?.Para esto decidí este año cambiar la acción y en lugar de buscar una maleta de gran tamaño para meter todos mis accesorios con significado, elegí usar un “morralito” o backpack,que sea práctico, livianito con tres cierres y tres compartimientos separados para un acceso rápido.

La pandemia nos dejó lecciones de vida, de crudas realidades y retos motivantes que han generado enmí, cambios positivos. Por un lado, creíamos que los lujos y vanidades eran exclusivos, era lo distintivo y la pandemia nos enseño a darnos cuenta de que lo verdadero son cosas que no valoramos, como estar más cerca de lo que realmente queremos, como nuestros seres queridos.Reflexionamos y Nos dimos cuenta de lo frágil que es la vida de todos. Muchos vimos partir a seres queridos o están sufriendo inmerecidamente una condición crítica. Por otro lado, celebramos que creció el numero de emprendedores creativos al tener que buscar algo diferente para adaptarse al nuevo confinamiento.Somos creadores natos, sin darnos cuenta.

Lo mas triste y desafortunado sería que en el nuevo año, después de superar la prueba que nos puso el Covid-19 sigamos siendo los mismos de antes. Ahora hay una oportunidad de “ORO” para darnos cuenta que lo que nos rodea tiene un significado especial y que con nuestras elecciones conscientes podremos lograr el bienestar que nos merecemos y construir la mejor versión de uno mismo.

Entonces, apreciados “Lápices resilientes, soñadores y bonachones”, llegó el momento de poder reflexionar para escribir la verdad y pensar ahora de “un año a un año a la vez”, y no ser golosos ni ambiciosos buscando futuros promisorios lejanos e inciertos.

Llegó el 2021, para mí, sin duda alguna, pleno de muchas oportunidades donde yo decidí ser un “creador”., respondiendo dos preguntas inocentes.La 1ª,.¿Qué llevarme en mi maleta para lograr mis sueños y no morir en el intento? y repito ¿Realmente quiero una “Maleta” Felizo un Feliz Año?Eso dependerá de mí, si quiero seguir siendo el mismo de antes. Yo quiero un nuevo año con una nueva vida con un nuevo nivel de elección consciente que me haga un “nuevo” ser más humano y más resiliente.

Ahora, en estos días de “hacer mi maleta”, me tocará vivir un acto de alta reflexión con este gran ritual,que les confieso nunca lo practique formalmente para prepararme para un viaje promisor que borre todas las penurias, dudas e incertidumbres que con la llegada de la navidad debemos pensar en que meter es un espacio finito que yo esta vez decidí sea un “morralito”o Backpack, práctico, liviano y con tres cierres con compartimientos separados para un acceso rápido.

En el 1er. compartimiento, pienso meter un “péndulo”, elsímbolo de la “dualidad” que “oscila” lentamente como la “vida” marcando los opuestos de su recorrido para buscar la coherencia entre mi mente creadora de lo que mi consciencia y mi corazón manifieste.  El principio aquí es,  que si no hay extremo no podría ver expansión y no me permitiría ser creativo para lograr mis planes.

En el 2do. compartimiento,(no se rían) meteréun “yoyo” que es para “jugar” el arranque de mis decisiones que tomé usando el péndulo.  Tengo el poder de tirarlo con fuerzas, como la fuerza de la decisión que elegí para que quede girando en su eje sin parar,dándome motivos para admirar y disfrutar el momento y solo cuando lo haya hecho mío, tiro de un jalón para volver a mi estado inicial de apreciación y control. Hacer esto varias veces me darála confianza de tener yo el control de mis decisiones y no ser víctima de las circunstancias, que rodea al “yoyo”, donde yo sé que estoy a merced de lo que no controlo. 

Y en el 3er. compartimiento, después de pensar de lo que aprendí en el 2020, no dudaré en meter una “Tijera con sierra”, ¿para qué?, para cortar en “zigzag” todos los apegos y circunstanciasque me han hecho dependiente y reconocer que en la interdependencia esta la magia de lograr algo donde la red de todos mis relacionados salgan beneficiados.

Como ven, voy a estar livianito, para reír, para cantar, para bailar y ser feliz, porque el “activo” más preciado, me lo llevo conmigo en mi conciencia y mi corazón y no necesito ni maleta ni morral. Es el poder de la “ELECCIÖN”yla oportunidad, ahora con la magia de la internet, de disfrutar a mi familia, amigos y relacionados no importando el tamaño del péndulo ni de su recorrido.  Ya estoy listo para salir con mi morral al parque que tengo cerca,para practicar y sentir que seré parte de mí en el contendido de mi morral.

¡FELIZ 2021 ESCRIBIDORES!

 Autor: Angel “Rafa” Ceballos

 

Un cuento de realismo mágico en una maleta

La maleta

Lola tenía solo una hora para salir de su casa; ya venían por ella. No sabía si iba a regresar alguna vez. Sintió una profunda tristeza por tener que dejar todas esas cosas atesoradas por años.

Mientras secaba sus ojos, podía ver las vitrinas llenas de objetos, la vajilla, la platería, las sillas y lo más querido: sus cuadros. Había dedicado esfuerzo, tiempo y relaciones sociales con artistas, para llegar a poseer tal cantidad de cuadros y esculturas. Algunas eran grandes, a las que había colocado un marco de madera tallada con filigranas de oro, a otras que eran grabados sobre tela había tenido el cuidado de colocarlo entre dos cristales sujetados con cuatro uñas de plata y oro que unidas con un alambre de estaño, lograba quedarse fija a la pared.

Su colección de tallas coloniales también se quedaría a esperar la acción de la barbarie que llegaba en momentos; no sabía si iban a tener criterios de proteger o devolver las cosas. Sabía que todo caería al suelo. Se acabaría, se olvidaría. -¿Por qué no lo había regalado a una fundación?-

-¡Lola estás paralizada!, ¿te hago la maleta?- le preguntó Darío, su pareja

-Bueno si. Busca un “carry on” gris con rallas amarillas que está en el closet de la ropa de invierno y mete ahí dos mudas a ver cuánto sobra…-, suspiró

Darío subió corriendo siguiendo las indicaciones estrictas de la mujer. Cuando bajó de regreso todavía estaba parada en el mismo sitio, como una estatua, iguales a las que tenía en el jardín que había traído de Italia y que las hacía un artesano Toscano amigo de su abuela.

-No haz hecho nada, se te acaba el tiempo-, dijo

Pero Lola si había hecho. Todo mental. Usó el tiempo de bajar la maleta para pensar que se llevaría en tan precario tiempo. Solo le dijo lo que pudo: recuerdos, dinero, salud, identidad, inteligencia y amor. Vio que en la maleta todavía quedaba espacio para esas cosas y entonces comenzó a correr. En ese mismo orden lo hizo. Fue a la sala y tomó una vieja foto con todos que atesora, luego recogió el dinero en efectivo que tenía bajo llave. En la cocina vació una pequeña gaveta con las pastillas que necesita al menos para una semana. Tomó de la caja fuerte, sus pasaportes, aun los vencidos; para la inteligencia tomo una versión de bolsillo del nuevo testamento, pues era creyente, y por último; dedicó dos minutos para ver a los ojos al ser que amaba que estaba parado frente a ella. Lo abrazó, lo besó y le dijo que pronto estarían juntos de nuevo.

Afuera, ya estaba un coche esperando para llevarla a un destino desconocido. Corrió, abrió la puerta y espero a que comenzara a andar. No se volteó. Todo se quedó. Solo se llevó lo que necesitaba para irse y así fue.

-Toda la vida en una maleta-, dijo. -Solo me llevo lo que no pueden quitarme, quién soy, a quién amo, mis creencias, mi salud y por sobre todo, mi libertad de poder decidir que nada me hace falta; que me lo llevo dentro.

Cuando llegaron a buscarla ya ella iba en camino a la frontera.  Ellos también cruzaron a buscarla. En el cuarto de un viejo motel de dos pisos y al final del pasillo junto a una ventana, encontraron la maleta con sus documentos, un poco de dinero y la ropa de cambio. Había dejado la habitación paga por una semana. Había un cigarrillo en cenicero a medio fumar. Pero ella no fumaba.

No volvió. Nunca supieron que se había llevado un pequeño libro y una foto de la familia.

 - ¡Ah pues, con Lola…!, se oyó en la oscuridad.


Alberto

LA MALETA DE UN JOVEN EMIGRANTE.

Por: Martín A. Fernández Ch.

Fecha: 26/12/2020

Esta es la historia de una maleta, construida con madera por solicitud de Cipriano, para que su hijo pudiera llevar sus pocas pertenencias para América.

Era Junio de 1953 cuando ella nace en manos de un artesano de Vallehermoso, un pueblo de La Gomera, una de las siete islas de Canarias. Cipriano la mandó a hacer para que su hijo, de apenas 15 años, pudiese llevar su pocas pertenencias a Venezuela, como ya lo había hecho su hermano mayor, en búsqueda de un mejor porvenir porque, en esa época, comer era una proeza diaria, debido a las  secuelas de la guerra civil española, terminada hace 14 años, y al gobierno militar franquista.

Ella, en manos del joven, emprendió lo que sería su primer viaje. La carretera vía al puerto de San Sebastián era muy sinuosa, su incomodidad era compensada por el hermoso paisaje montañoso donde abundaban las palmeras (de donde los pueblerinos sacaban la savia para hacer miel), los llanos de maizales (producto necesario para fabricar el gofio) y las viñas cargadas de racimos prontos a madurarse. Al llegar al referido puerto, se subió a un barco, siempre agarrada por el joven. De allí, zarparon de noche hasta llegar, un poco antes del amanecer, al puerto de Los Cristianos, en la isla de Tenerife.

En este puerto, los estaba esperando el buque Urania II, a donde se montaron. Al juntarse con otras maletas y mochilas, se entera que ésta embarcación era un trasatlántico usado en las dos guerras mundiales para trasladar soldados y ahora, en tiempos de paz, se estaba empleando para llevar a emigrantes europeos para América, quienes huían del hambre y de la desesperanza.

La maleta, en cierto modo, la pasó algo aburrida. No había nada que hacer durante el viaje por el Atlántico. Veía a su joven dueño que caminaba de un lado a otro, salía a la cubierta y regresaba, conversaba con algunos pasajeros, quienes eran paisanos con los mismos sueños y que se conocieron allí mismo; porque los demás, que eran la gran mayoría, hablaban de una forma extraña, enterándose luego que eran de origen italiano. En cierto momento, escuchó al joven decir "¡Coño, nunca había escuchado un idioma distinto al español!"

Pasó más de una semana, cuando la maleta escucha una algarabía en el casco del barco.  Todos los pasajeros, que eran algo más de 400, empezaron a recoger sus equipajes que se encontraban debajo de las literas o encimas de los colchones ya desgastados por tanto sudor de almas guerreras, quienes buscaron dormir para calmar sus angustias. El joven, la agarra y sube a la cubierta. Acababa de amanecer, había un cielo totalmente despejado dejando ver su intenso azul. El barco ya había atracado en el puerto de La Guaira, al frente se veía el cerro Los Cachos lleno de casitas (como un nacimiento), también la hermosa Avenida Soublette recién construida. Al Oeste se presentaban algunos pequeños edificios en Maiquetía y hacia el Este se encontraba la Casa Güipuzcuana y el edifico del Correo, con la plaza Bolívar en frente. Ella estaba extasiada, al igual que el joven, era la primera vez que veían una ciudad, se notaba que descubrieron a un país que estaba entrando a la modernidad y en desarrollo, y sentían la confianza de poder pertenecer a ese progreso.


A la maleta, que además de contener las pocas cosas del joven, llevaba lo que un emigrante necesitaba: esperanza, Fe, optimismo y humor, se le ocurrió decirle a su dueño “bueno Toño, ¡Toca madera! Porque hemos llegado a la sucursal del cielo, al mejor país del mundo: Venezuela”.


FIN

domingo, 27 de diciembre de 2020

MI MANIFIESTO 2021 EN UNA MALETA

 

MI MANIFIESTO 2021 EN UNA MALETA

 

Mi maleta es pequeña y profunda

Tiene pliegues exactos para cada equipaje

Por fuera, está muy golpeada

y sé que irá a mi viaje final.

 

Mi maleta se llama esperanza

Se pinta de todos los verdes posibles

Su esqueleto es de un acero rojizo

al que ningún fuego derrite.

 

Mi maleta tiene un compartimento, donde guardo

en un frasco de cristal y plata,

las lágrimas negras que me voy enjugando,

las de mis tropiezos y los golpes que me alcanzan.

 

LISTADO A EMPACAR

 

FE Y ESPERANZA

Las tomo de la mano

Con mis dedos entrecruzados

Atándome a sus costados

Colgándome a todas tus aristas

Deslizándome por la banda de tus carriles

 

SENTIDO DE MI EXISTENCIA

Que sea capaz de escapar a la trivialidad

Al vacío flotante del abismo

Al socavón gris,

de una vida plana y un lento morir.

 

VALENTÍA Y FORTALEZA

El seco frío de la vida

Cuyos cristales taladran y lastiman

Necesitarán en mi equipaje

su abundante mezcla.

 

VOLUNTAD Y COMPROMISO

Ella y él, en matrimonio perfecto

Doblados en cara y cruz,

para abrir los surcos de mi nueva siembra.

Sin ellos, mi vida sopla estéril en el hueco de la nada.

 

TOLERANCIA

Dobladita, plegada en zigzag,

Colocada en cada esquina de mi maleta,

para recordar siempre que el juicio estrangula

y me coloca, en un plano cáustico y miserable.

 

ESPIRITUALIDAD

Ocupando cada espacio etéreo,

encajando en los bolsillos grandes y pequeños.

Será mi vestido de gala,

el más grande vuelo de mi alma.

Que todas mis joyas sean lumbre espiritual,

manojo de luz, el sorbo diario

de mi construcción interna.

 

MUDAS LAVE Y LISTO

Mi maleta lo más liviana posible de materialidad

de excesos y repuestos innecesarios.

Mudas que se laven y sequen,

con los vientos de mi alborada.

 

Gudelia Cavero Hurtado

 

jueves, 10 de diciembre de 2020

 MI EXPERIENCIA CON LA PANDEMIA 


Por muchos años, mi esposa me advirtió de la importancia de aprender a cocinar. Siempre me lo decía. Por lo general lo acompañaba con un: “Tú nunca sabes...un día que yo no esté...una emergencia...nada cuesta preparar un arroz....”
La necesidad o la motivación para salir de mi zona de confort, nunca se presentó. Pero hace unas semanas, en este año de pandemia, mi esposa comenzó a sentir algunos malestares: una fiebrecita, un dolorcito de cabeza...Un sábado en la mañana, me envió un WhatsApp, en donde me decía que, considerando que los malestares continuaban, había decidido aislarse, como una medida preventiva, hasta asegurar que no se tratara del corona virus. Utilizó para confinarse, la habitación de servicio, que prácticamente convirtió en su  “búnker”.

Para el almuerzo del primer día de aislamiento, comencé a contactar por teléfono a algunos restaurantes que sabía tienen entrega a domicilio. Todos me dijeron que no tenían gasolina para el despacho. Seguro que mi esposa escuchó, porque enseguida oí a lo lejos que me gritaba: ¡¿pero por qué no montas unos espaguetis?!; ¡Eso es facilito! Si quieres te voy diciendo como se hace.

Desde la cocina, tenía una visión parcial de la habitación de servicio. Sería entonces una especie de curso "semi presencial", porque de vainita podía medio ver a la "chef profesora". Así se inició mi primer curso improvisado de cocina. Desde lejos escuchaba: “Ralla dos tomates, dos cebollas, pica ajoporro en trocitos...” 
El domingo en la mañana me dijo: te voy a explicar cómo hacer unas arepas. Entendí entonces que el curso verdaderamente era intensivo, porque ¡hasta los fines de semana estaban incluidos!La clase dominical inició: En un recipiente con agua...media cucharadita de sal...dos tazas de harina...amasa...déjala descansar ...volver a amasar...Fue un domingo memorable, porque hice ¡las primeras arepas de mi vida!  
Así fue transcurriendo la semana, aprendiendo platos diferentes: arroz, espaguetis, salsas, ensaladas, cremas, sopas, milanesas, bistecs, tortillas...Todos eran “mi primera vez”. Considero que, para ser "la primera vez", fueron pocos los errores que cometí, como sumergir el manojo de espaguetis estando el agua todavía fría, o el tratar de voltear la arepa prematuramente, desprendiéndosele  la conchita.
Y hablando de concha, cuando hice la crema de auyama, descubrí lo duro que tiene la cáscara, tan dura que me resentí del dolor de la muñeca -de mi "síndrome de Quervain"-. En ese momento pensé: "voy a pedirle a mi traumatólogo, la Dra. Lau, que me prepare un informe en donde recomiende, que no me asignen a la cocina, que preferiblemente me ubiquen en otras secciones en donde pueda desarrollar mejor mis fortalezas y competencias". 

Cada vez que terminaba un plato, le servía a mi esposa. Se lo colocaba en una mesita que había dispuesto en la entrada de la habitación. Todos los platos les parecían excelentes, los conseguía ¡exquisitos! Eso sí me preocupó, porque uno de los síntomas del corona virus es precisamente  la pérdida del gusto y del olfato. Me preguntaba: ¿será que está perdiendo el gusto?; ¿o está tratando de halagarme para que quede fijo en el puesto?

Al séptimo día de aislamiento, ya era tiempo de realizarse la prueba de detección del Covid. Fuimos al laboratorio ¿y el resultado?   ¡Negativo!  
Estoy comenzando a creer  que lo de mi esposa fue más "Coba" que "Covid", todo para hacerme cocinar. Más de cuarenta años insistiendo -sin éxito- en que aprendiese, para que viniese este Covid y en menos de una semana lograrlo. 
Gracias a Dios, que se descartó el Covid, porque comentan los afectados, que el virus deja resabios, no solo de salud, sino financieros. El paciente podrá recuperarse, pero la deuda que queda con la clínica ¡es de morir!

Todos tendremos experiencias y lecciones que recordar de este terrible año de la pandemia. Muchas tristes y dolorosas. Debemos estar agradecidos, los que podamos contarlas. He decidido no guardar malos recuerdos, solo conservaré los buenos momentos, y entre ellos estarán: la decisión responsable e inteligente de mi esposa de aislarse (que aprecio como una demostración de amor), mi  incursión en la cocina y ¡mis primeras arepas!

Lionel Álvarez Ibarra
Diciembre 2020


Enviado desde mi iPad

Entre Calidoscopios y rieles

 

   Siempre me ha fascinado la idea del calidoscopio. Versátil, flexible, mientras más se mueve, más colores aparecen. Afortunadamente comparto con gente  cuyos calidoscopios se mueven con una agilidad increíble. No queda sino admirarlos y aprender de ellos. Observarlos desde la curiosidad, desde sus propuestas  y preguntarse ¿De qué me sirve a mí todo esto?  En el calidoscopio, cada color tiene su lugar, pero todos en movimiento. Las formas se juntan y separan, se mezclan y dan lugar a nuevos colores. Aprender es aceptar que nuevos colores hagan parte de ti.

    Vivir en  estos tiempos de pandemia quizás sea una de las experiencias más demandantes en cuanto a aprendizaje de nuestras vidas. Encerrados  en el mapa indescifrable de la incertidumbre, nos vemos obligados a hacernos más dueños de nosotros mismos, a mover el calidoscopio en nuevas direcciones.

    Para comprender la vida, muchos escritores y poetas han utilizado la metáfora del tren. En estos tiempos de parálisis,  yo solo llegué a caminar entre sus rieles. Caminos paralelos que se extendieron simultáneamente: uno, cargado de miedo; el otro, de fe.    

   Mi miedo nada tenía que ver con el encierro o la inseguridad a la que el mundo entero se enfrentaba. Por el contrario, apareció con fuerza  un temor que creía superado: el de soltar a Santiago.  Tenía  miedo de olvidar su voz, su risa. Miedo a que se me olvidara lo que se sentía en su presencia.

     La aceptación del miedo hizo posible una mirada escondida. Siempre vi en Santiago a un espíritu libre, dispuesto a llegar a la montaña más difícil. Mi instinto maternal reaccionó sintiendo miedo.  Esta historia  se repitió muchas veces: cuando decidió que iba a competir en manos libres, cuando se iba a escalar tepuyes, cuando se fue de mochilero por un año por Latinoamérica, cuando se fue a escalar Los Pirineos… Así muchas veces. Su entusiasmo y amor por la montaña te ganaba para acompañarlo en su pasión. Entonces el miedo se disipaba.

    En uno de sus diarios  Santiago escribió: “Que al ver hacia el cielo con humildad y con la esperanza de llegar a un lugar más elevado, sean  la medicina para nuestro corazón y nuestra alma”. Estas palabras me mostraron su voz y el sentir de su presencia. Entonces  vi claro lo  que mi hijo vino a enseñarme con su vida: no es posible amar desde el miedo.    

   Las lágrimas se hicieron presente. Como magia de alquimista transformaron el miedo en paz.

  En  los días siguientes asomó un miedo nuevo, el de perder amigos muy queridos. Este miedo vino acompañado de la tristeza de ver a algunos partir. El calidoscopio del aprendizaje se movía tan rápido que me era imposible asimilarlo.

    Del otro lado de los rieles, en el lado de la fe, vi aparecer mis fortalezas una tras otra. La contemplación de la belleza como refugio. El amor al conocimiento como impulso para certificarme de Master Coach. A veces, desconcentrada, se hacía necesario cambiar el fluir por el compromiso. La generosidad me permitió crear una red de apoyo vecinal que al día de hoy se convirtió en proyecto. Mi curiosidad por el mundo estuvo en el origen de encuentros familiares para el disfrute. Somos de esas familias dispersas en muchos países, y una vez al mes organizamos viajes maravillosos a lugares extraños. Degustamos sus comidas y conocemos sus culturas, todos juntos en una pantalla de zoom. La gratitud, esa ventana que me permite ver la belleza en cada color del calidoscopio. La perspectiva me ayudo a separar lo importante de lo banal, a sumar de los días vividos. El amar y ser amado me afianzó en mí y en mis amores. Debo reconocer que el amar se me hace fácil. El abrazo cercano de Rafael inunda mi ánimo.

     Con nuevos aprendizajes sumé colores a  mis cursos del perdón. Hasta estoy incursionando en temas nuevos como son la honestidad y la coherencia.

     Saber caminar entre rieles paralelos se convirtió en una fortaleza más. Jung me clasificó en la categoría de sanador; en la mitología griega representado por Quirón, el sanador herido. Desde la humanidad de mis heridas puedo sanar y ayudar a otros a sanar. Los dioses eternizaron a Quirón  en la constelación de Sagitario. Soy sagitariana. Como todo sagitariano: expansiva; y, como toda luciérnaga: alegre y perseverante con su luz.

    En mi calidoscopio descubro colores de una belleza nunca imaginados. Los aprendizajes han sido muy profundos. Permanecen en mi disposición a amar con pasión eso que hago, a darme generosamente a quienes amo; a contemplar el mundo desde la admiración, la gratitud y la compasión. Si a ello sumo la experiencia del amor de Dios, que no me abandona, el miedo se hace recuerdo y la fe  camino.

Irma Wefer

miércoles, 9 de diciembre de 2020

Cuéntanos tu experiencia con la pandemia

María Elena Garassini

 Muchas cosas ocurrieron durante la pandemia. Muchas cosas mundiales, muchas cosas nacionales, locales, familiares, laborales , personales. Se despertó en mi un gran curiosidad, un gran compasión, una gran reflexión.

Cuando algo es mundial, de forma natural, ocurre un gran experimento social donde a toda la población se le somete a unas variables y es posible estudiar el comportamiento de las personas, familias, comunidades, organizaciones, ongs, países y un sin finde etcéteras.

Seguir por la prensa, twiter, chats, amigos y familia, en diferentes partes del mundo, los acontecimientos, anécdotas, duelos y hasta apoyo psicológico a personas que habían perdido familiares a causa de la pandemia, o en medio de la pandemia, fue de alto reto intelectual, profesional y emocional, pero agradezco a la vida haberlo vivido, comprendido y aprendido.

Vivir la pandemia en Bogotá, la ciudad donde vivo en este momento, también ha sido una experiencia de mucho aprendizaje, y de agradecer la vida privilegiada que tengo en este capítulo de mi vida, en un apartamento amplio, céntrico, rodeado de ventanas que me permiten apreciar preciosos árboles frondosos, con espacio para que todos tengamos un lugar privado de trabajo virtual con computadora y buena conexión a internet, además de trabajo que se virtualizó de manera sencilla, y con relaciones que me permitieron participar en muchos eventos.

La vida y la convivencia en familia, en pareja, con amigos, solo, o con la realidad que a cada persona le haya tocado vivir en el confinamiento, evalúo como la más significativa y retadora. Hacerse de rutinas asertivas, negociar con uno mismo y/o con los demás el funcionamiento de las jornadas diarias en los días de semana y los fines de semana. Aprender a respetarnos los espacios y las necesidades, entender los episodios de sensibilidad, frustración, miedo, cansancio o hastío propio o del otro, aprender a encontrar momentos de esparcimiento juntos o solos. ¡Cocinar con Juan ha sido una actividad en pareja que hemos disfrutado un montón! Por otro lado hacer seguimiento a familiares o amigos con sus propios retos durante la pandemia y el confinamiento y apoyarlos afectivamente, en momentos de compañía virtual, en necesidades económicas o laborales, en situaciones de enfermedad o de pérdida, en fin estar allí para ellos, ha sido un ejercicio de solidaridad y compasión que nos hace más humanos y nos lleva de nuevo al agradecimiento de lo que tenemos y de tenernos mutuamente.

El valor de aprender y tener acceso a la formación por medio de la tecnología ha sido un verdadero disfrute para mi que soy tan inquieta. A principios de este año y la llegada de la pandemia y el confinamiento lo evalúo hoy como una “diosidencia”. Desde que llegué a Colombia hace casi tres años, he estado muy atenta a incorporarme en procesos de formación en áreas que siempre han sido importantes y quería profundizar. Al recién llegar a Bogotá en febrero de 2018 me inscribí en un curso en la Universidad Javeriana de Resiliencia y Duelo donde tuve la dicha de tener tres maravillosos profesores y uno de ellos me invitó a pertenecer a un grupo de estudio sobre la Resiliencia que tenían en la Universidad, al cual me incorporé enseguida y nos reunimos semanalmente a leer, intercambiar ideas, colaborar en proyectos, eventos, escritura de libros, en fin, un disfrute en equipo, maravilloso, que han sido una excelente compañía virtual también durante la pandemia.

La diosidencia (1) que ocurrió a principios de año tiene que ver con la inscripción en un diplomado sobre Logoterapia que ofertaban de manera virtual , principalmente en Colombia y México, con encuentros presenciales acordados con las personas que se encontraran en la misma ciudad. Lo inicié en febrero y me mantuvo leyendo, asistiendo a las clases y haciendo discusiones y actas de lo aprendido cada semana, casi como estudiar un pregrado jajaja, pero fue tan interesante y cómo continuábamos en confinamiento decidí tomar el segundo nivel del diplomado tres meses más, con la misma intensidad concluyendo con el análisis de un caso súper detallado que nos permitió aprender un montón. Seguido a eso inició la preparación del II encuentro internacional de Logoterapia y me invitaron a preparar un taller y a hacer cualquier intervención artística ( cantando dos canciones con mi hijo menor Santiago que aprendió a tocar guitarra durante la pandemia). Ahora me han integrado al equipo del Instituto colombiano de Logoterapia y empezaré a apoyarlos en varios proyectos que están construyendo para iniciar el próximo año. Yo le comenté a la coordinadora del Instituto que “La logoterapia o terapia del sentido y yo nos estábamos buscando y felizmente nos encontramos aquí en Bogota”.  Este encuentro con la Logoterapia y este grupo de seres humanos que la promueven aquí en Colombia ha sido uno de los mayores regalos que la pandemia me ha dado.

El tiempo dedicado a mi misma ha sido un lujo durante la pandemia. Tener todas mis necesidades vitales resueltas resulta un privilegio y me ha permitido tener maravillosas experiencias durante esta pandemia que han servido de amortiguadores y catalizadores para la falta de movilidad, insignificante en mi caso, que nos ha impuesto el confinamiento.

Doy gracias finalmente a la vida, y a Alberto, como el coordinador de nuestro club de escribidores el poder habido retomar la escritura, y poder compartirla en forma virtual mensualmente, en unos encuentro maravillosos que han sido “chocolate para el alma en estos tiempos de pandemia”.

Un abrazo a todos

Lele


(1) Coincidencias de Dios, o con Dios. Aclaratoria para los que nos leen de lejos

martes, 1 de diciembre de 2020

Mis vivencias en pandemia 2020

 

Caracas, Noviembre 2020

Autor: JesucitaPeters Salcedo.


"Mis vivencias en pandemia 2020"

Mirar estos meses transcurridos en pandemia, para mí es como una película de ciencia ficción, es estar en una vorágine de acontecimientos nunca antes vivido.
Me resulta tan novedoso, que no sé cuál es la estrategia para convivir con covid19 , a pesar de que existen infinidad de recomendaciones posibles.


Me asomó al balcón de mis emociones y las miró confluyendo con el prisma de mis colores favoritos, a cual más escoger;es como un tobogán, hay días que estoy  alegre para lanzarme del mismo y otros que ni siquiera puedo subir sus escaleras, así transcurren los días de confinamiento,incluso puedo perder la noción del tiempo pues al no salir de casa se me mueve el piso de mis rutinas cercanas.


La pandemia para mi cursa en sus inicios con dolores físicos que decido cocinar a fuego lento para poder asimilarlos, pues me reconozco en estos momentos vividos con la mayor de las vulnerabilidades humanas, nunca antes experimentado  en el tren de mi vida; caramba, cuando apenas comienzo a disfrutar de mi soledad, irrumpe violentamente este quebranto de salud que mueve en mi las fibras de la orfandad más profunda nunca antes vivida, definitivamente no sabemos lo que nos depara el destino.


Aprendizajes muchos que llenan el jardín de mis emociones y sentimientos,eventos importantes personales (el nacimiento de mi segundo nieto, la boda de mi hija, el cumpleaños de mi primer nieto).es decir, todo lo esperado e imaginado desde que tienes hijos.


El camino recorrido en pandemia no ha sido fácil, pero hoy puedo mirar hacia atrás y sentir que ya paso esta afección física que hacía que  el sonido del canto de las guacamayas no sonara   igual, tanto es así que el primer día que logró salir de mi habitación y ver la luz del sol me puse a llorar y no sabía hasta ese momento la importancia y su significado en mi vida, ya que damos muchas cosas por sentado.

Quizás otro aspecto que me enriquece es el aprender a postergar y a sublimar  en tiempos de pandemia y pensar que el arcoíris de mis afectos importantes,  llegarán a mi vida como remanso de paz para nutrirme, hasta saciar mis ansias contenidas de ese contacto personal con mis amores.


Hoy día ya bastante recuperada trato de reestructurar mi tiempo para seguir en confinamiento, complementando   mi día con actividades físicas, todas realizadas dentro de mi apartamento, media hora camino y luego media hora de ejercicios para fortalecer mi pierna derecha,  ya mucho mejor de mis dolencias, una vez más pensar que voy hacer de desayuno y almuerzo la cena para mí no es tan importante, pero lo cierto es que a pesar de que las personas les gusta mi sazón yo ya no quiero comer mi comida, lo que me insta a buscar y hacer  recetas nuevas para ver si acepto más los alimentos , la verdad  disfruto inventar recetas  y era una actividad que antes estaba limitada por mis actividades laborales.


Ya en este momento moviéndome para sacar la prórroga del pasaporte en este país que lo más elemental se convierte en una pesadilla, por cuanto se me venció en la pandemia, vamos a ver si hay luz al final del túnel y que pueda irme con mis hijas y nietos.

Hoy infinitamente feliz por cuanto pude obtener la prórroga del pasaporte y comprar otro pasaje para salir si Dios lo permite el 16 de Diciembre.


Estos tiempos de pandemia quedarán en nuestros recuerdos como huellas imborrables  de nuestro transitar por este plano y que no se diga que a través de nuestros años hemos vivido cualquier cantidad de acontecimientos para contar.

 

Ya próximos a recibir las navidades 2020 con optimismo y mucha esperanza que lo que viene para la humanidad en general, es muchas experiencias que nos harán mejores personas.

lunes, 30 de noviembre de 2020





Desde la ventana de un segundo piso abro mis alas multicolor al llegar la primavera, frente a mí, un gran pino Norfolk de 50mts hace que gire 45º E, para dirigirme hacia la costa mediterránea de la ciudad condal. (3) 

Me recrean los pinos piñoneros; enormes cipreses que, como alfombras se intercalan con otros árboles que llaman Plátano de sombra, Ciprés, Aligustre y Almez. (1) Observo cortes ortogonales sobre las cuales enormes piedras se apiñan en murallas ancestrales (2), alrededor de las cuales convivió una ciudad medieval (3) fundada por otro Santiago, llamado Jaime I. 

Aproximándome a la inmensa playa, mis ojos que sobresalen hacen que la línea turquesa se pierda en el horizonte. Es entonces cuando advierto el bullicio del silencio. Sólo el viento, los rayos del astro Sol, junto al florecer primaveral multicolor dan cuenta de la fidelidad de los árboles, las flores, las abejas, los manantiales están expuestos fiel y consecuentes con el universo ¿y dónde se ha metido la joya de todo lo creado? ¿dónde está, que no lo veo?... en su recorrido diario por la Barceloneta, sobre su mecánica de yantas o dejándose acariciar por la lámpara que invita a mojarse en las aguas frescas del maresme (4), no le veo ni tan siquiera alrededor de sus salpicaderos, a los que va en busca de mojar su boca con elíxires que, animan su espíritu o degustan montaditos multisápidos. 

Vuelan a mi lado populares gaviotas y mientras buscan el cardumen de la lubina preferida, me observan atraídas por mi color rojo escarlata y mis alas azules y amarillas con algún verdor, que me hacen una especie extraña. Al mirarme, se acercan y descubren que hablamos la misma lengua. 

- ¿cómo te llamas? me preguntan. 

- Macao (5) llevó un tiempo por estos cielos despejados tan azules como el azul de mis alas. Atravesé́ un basto mar y toda una península para superar un parásito que se introdujo en una colectividad contagiada por secreciones purulentas que, han ensombrecido la luz de su progreso. De inmediato les pregunta. 

-¿dónde está aquí́ la colectividad? Todo está impecable en el ambiente, y me extraña que mientras toda la naturaleza está bella, ¡la gente no salga! 

Le responden los láridos (6) – Aquí llegó desde la tierra del Sol naciente; algo parecido a la peste de la que hablas. Le llaman virus, le llaman COVID19 y se ha extendido alrededor de la tierra. Para nuestra suerte, no llegó con efecto “aviar”; porque si no nos atacaría a nosotras...Por eso es por lo que los mamíferos humanos se resguardan en cuarentena. 

-¿y qué es eso? 

Le respondieron -Un encierro. Nosotras poco nos encerramos por aquí́. Incluso en el invierno nos atraen otras variedades de peces que visitan el mediterráneo en la estación. 

- ¡Caramba!... Por lo que decís, el planeta y sus seres vivos se envuelven en la diversidad y las semejanzas. Mas, sin embargo, la plenitud de la vida que florece, en el caso de los humanos, queda en entredicho, ante la pandemia. ¿cómo hacer para superar la cuarentena? 

Sus compañeras de vuelo le responden -Así́ como nosotras estamos conversando, el virus del COVID19 se trasmiten al hablar; salen unas gotitas donde es posible viaje el virus. Entre las medidas que toman, están: quedar confinados en bambollas(7) familiares, limitan reuniones, al salir han de colocarse mascarillas y mantener un distanciamiento físico de 2mts entre unos y otros, lavarse frecuentemente las puntas de sus alas; que llaman manos. Las consecuencias, se dice que suman pérdidas de muchos seres queridos, escasean oportunidades para alcanzar buena alimentación al perder lo que les permite comer; que refiere y nombran una palabra que al parecer implica traba....le dicen trabajo...mueren miles cada día, es tiempo para gestionar los miedos. 

Macao pregunta -¿y qué lo hace tan complicado? Porque nosotras las aves y los mamíferos, actuamos y nos coordinamos en manadas para realizar nuestros ciclos vitales, aparearnos, alimentarnos, desplazarnos, y hacemos lo que toca hacer en cada temporada. 

-En el caso de los seres humanos, es diferente. Responde gaviota. Hace una pausa y prosigue- Se dice que ellos son superiores, pues su cerebro es mucho mas dotado que el nuestro, ellos piensan y cada uno puede actuar según quiera. Desde que tu y nosotros existimos, han aprendido muchas cosas y sus nidos y lugares donde conviven, cambian y han crecido enormemente. Ellos coordinan distinto a nosotros, usan un lenguaje en la que habitan miles de palabras. 

Justo en ese momento divisan a tres humanos sentados en la orilla de la playa del Bogatell. Deciden dirigirse hacia ellos. Las gaviotas y Macao se posan sobre un banco de cemento contiguo y escuchan la conversación humana, mientras dice uno de los contertulios. 

-Ese virus no existe y si existiera exageran con esas medidas. Las mascarillas nos asfixian y se están llenando de dinero, a costa de nosotros. Además, el servicio de salud de este país es el peor del mundo. Cada día todo va fatal aquí́. Tenemos derecho a salir a la calle y protestar. ¡Venga ya! 

-Tienes razón, quieren encerrarnos por meses, me volveré́ loco sin poder salir, asfixiado con las mascarillas en el metro o en los vagones de los trenes. ¡Hay que protestar! 

El que ha estado callado tomó la palabra -¿saben cuántos fallecimientos ocurrieron en este país en el 2019? 417.625 fallecidos ¿saben cuántos mas tendremos en el 2020, de acuerdo con indicadores oficiales? 85.000 mas, y al parecer esconden la cifra, la cual dicen es superior. Entonces el virus si nos afecta. Por eso hay que seguir las medidas preventivas. Estamos desconociendo la supremacía de la realidad, además el virus está esparcido alrededor del mundo. 

Las aves, elevan vuelo juntas y una de las gaviotas toma la palabra. -Por lo que dijeron están como nosotras las gaviotas cuando competimos por un pez, y ocurre que al final ni una ni otra nos quedamos con el premio. Sin embargo, no alcanzo a percibir aquello que sí hacemos, frente a una amenaza; cerramos filas para hacernos fuertes y ser efectivos en la resistencia e impedir que nos eliminen. 

Interviene Macao -Uhmmm! Ahora que recuerdo uno de mis familiares guacamayos, que es muy inteligente y ha sido capaz de reproducir palabras de los humanos, me contó que lo que les pasa a ellos es que prefieren hablar de lo que les agrada o desagrada, y no de las sensaciones o de un fenómeno llamado emociones, que es lo que impulsa sus actos. 

Entusiastas sus compañeros curiosos, preguntan a Macao -Cuéntanos mas ¿y entonces? 

Macao prosigue -Escuchando a mi primo llamado Lengua redonda, me dijo que, en la historia de vida de los humanos, por miles de años los peligros, las pérdidas y las ofensas han amenazado su supervivencia. Al igual que nosotros, cuando intuimos peligro nos protegemos, pero en nuestro caso, somos libres y nos desplazamos gozando de la naturaleza. Al volar livianos disfrutamos del mundo que nos rodeas y las amenazas llegan cuando llegan, sin tener que estar pensando como los humanos, continuamente en los amagos de peligros. De esta manera, nuestras vidas transcurren fluyendo a través de los cielos y todas las bellezas que nos ofrece la experiencia de vivir. 

-¿y qué pueden hacer ellos para contar una buena historia de su vida?. Preguntaron las gaviotas. 

-Por lo que me cuenta mi primo el loro, que ha estudiado su lenguaje, la riqueza de este dispone de unas 8.000 palabras, que están escritas en un inmenso glosario llamado “diccionario”. Ellos, además poseen de una fortaleza, le dicen optimismo, que les permite apreciar lo mejor de una situación. 

Aproximándose, una de las gaviotas interviene diciendo -¡Imagínate si nosotras las aves habláramos! Aquí́ al encontrarte, agradezco al escribidor de este relato, que me ha ofrecido habitar palabras para animar a los humanos a cambiar el lenguaje por uno que utilice palabras que favorezcan su satisfacción con la vida, la confianza en sí mismo y en los otros; que nutran su salud física y mental, a fin de crear vínculos y relaciones duraderas. Gracias Macao, por contarnos tu experiencia con la pandemia. 

Macao vuelve de su experiencia diciendo -Viajar desde latitudes tropicales hasta las mediterráneas, me ha permitido impulsar la pluma para que, al escribir sobre el arte del lenguaje del bienestar, muchos reconstruyan su desempeño lingüístico, con el que alcancen bienestar sustentable entre sus activos y pasivos del patrimonio del bienestar. El lenguaje del bienestar propulsa cuidar nuestro cuerpo mas allá́ de las pautas saludables propias del contexto físico. También protegen el hablar armonioso entre las sensaciones y las palabras, para alcanzar nuestra gestión personal y relacional desde la confianza y desde el mejor lenguaje. Ello nos permite ser libre como las aves que vuelan con soltura y disfrutan al vivir una vida que, vale la dicha de ser bien vivida. 

Se posa Macao sobre el Norfolk y con su pluma al escribir inspira, al exhalar oxigena al ecosistema.

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1. (1)  Arboles mediterráneos 

2. (2)  Muralla Romana 

3. (3)  Barcelona 

4. (4)  Costa 

5. (5)  Guacamayo rojo, Guacamayo macao. 

6. (6)  Gaviotas 

7. (7)  Barcelona 


domingo, 29 de noviembre de 2020

Cuentame tu experiencia con la pandemia/Rafa Ceballos

 CUENTAME TU EXPERIENCIA CON LA PANDEMIA   (De Angel “Rafa” Ceballos, para el Club de Escribidores de la PP)

Apreciadísimos “LÁPICES VIBRANTES Y SALUDABLES”, esta vez nos toca continuar acompañando al “Cisne Negro” que le llegó a la humanidad y no sabemos cuándo se irá.  Lo que si debemos aceptar e internalizar es que estaremos construyendo una nueva vida la cual será mucho más interdependiente que nunca y es posible que no estemos preparado para ello.

Nuestra amiga Tiby, nos pide que le contemos la o las experticias relacionadas con presencia de esta “ave inesperada y cruel”, tema por demás ÚNICO, porque estoy convencido que nos ha cambiado y lescambiará la vida racional e irracional del planeta. No conozco los temas tratados mensualmente en el club desde que la pandemia fue decretada, pero me imagino que, si se ha tratado el proceso en que vivimos, ahí están identificados muchos momentos que han definido nuestro devenir.

Yo me reintegrehace 3 meses al Club, hoy super ampliado y nutrido de “lápices saludables y agradecidos”.En mis dos escritos, que están en el blog del Club, está plasmado, no solamente las experiencias que me ha dejado la pandemia, sino mi historia y aprendizaje dedos años antes que llegara ese “bicho”,cuando ya yo estaba viviendo una “pandemia personal e interna” de impacto existencial, que pocos conocieron, con excepción de Lele con quien compartí momentos aciagos vivenciales que su luz y aliento me sirvió de “bálsamo” e insumo para el laboratorio en viví y que experimenté para prepararme para esta “Corona Vida”. O sea, para mí el Covid-19 no fue casual sino un resultado y un inicio de grandes cambios que los Mayas pronosticaron que iba a suceder después del 2012,no el fin del mundo, sino el fin de un ciclo cósmico (5000 años) y el inicio de otros 5000 años de evolución trascendental que conocemos en película, pero que no tenemos el don se aceptar que eso será una realidad y solo nos divertimos y ver dar los  premios del “Oscar” al director, guionista y productor, como seres creativos e imaginativos . Sin ser un “maya” no hay duda que hoy estamos viendo con más claridad y sintiendo que el mundo está cambiando y nos toca, primero aceptarlo y luego reconocer que en esos cambios nuestro equilibrio emocional lo está percibiendo y nos está dando “pistas” para poner en práctica el “Habito 1” de S. Covey. Es por ello, si han leído mi historia,que se darán cuenta que para mí ha sido providencial este proceso el cual no tengo la menor duda, que también cambiará la mirada del observador que somos,formadoa raíz de nuestras creencias, paradigmas o valores limitantes o impulsores yque fueron inculcados y aceptados durante nuestra historia.

Por ello, para no ser repetitivo, quiero más bien compartir, basado en esta oportunidad que nos está dando la “matrix (vida)”,tres caminos secuenciales o interrogantes que siento me llevarán a un destino “más” cierto, para estar “mas” seguro, en paz conmigo mismo y con los demás. O sea ¡SER FELIZ!

 

1.  ¿Cómo activo mi “radar” interno para “darme cuenta” de las señales que el universo (¿Dios?) constantemente me da? ¿Cómo desarrollo mi capacidad de elegir bien y oportunamente?  y el significado que tienen mis elecciones en mis resultados.

2.  ¿Qué interrogantes delqué y a quien decidoprestarle atención?

3.  ¿Qué Hábitos de los 7 hábitos de Covey(mi lampara de Aladino) decido cultivar y cosechar?

!!! EMPECEMOS!!!

1.    La pandemia y el “encierro o cuarentena inducida” donde hemos estado viviendo, me ha permitido revisar “proactivamente” las etapas de mi vida y a comenzar a “darme cuenta”el efecto de la ley “Acción-Reacción” de las diferentes decisiones tomadas antes los “estímulos” y “respuestas” que experimenté, desde mis 10 años de edad. Desde, disfrutar los juegos inocentes y travesuras que me fueron levantando y formando mi carácter, hasta poner en una balanza mis desaciertos y logros físicos, mentales y emocionalesen mis últimos 5 años. Lo hice con una práctica que aprendí con nuestra querida Angela, escribiendo sin parar y dejando deslizar mi “lápiz vibrante”, sin juicios. Se los recomiendo, ahora que podemos encontrar y usar el tiempo que a uno le tocabamoverme en la ciudad.

En ese “viaje”, pude reafirmar que muchas de nuestras transformaciones y las de los seres que nos acompañan, pasan antes nuestros ojos sin “darnos cuenta”, a través de los lentes de la Reactividady de la Resignación que en la vida trascurre como un letargo inconsciente en el cual nos sentimos a merced del destino. Nos enseñan desde niño “caminos hechos” y nos obligan a repetir contenido, creencias y pautas de conducta sin posibilidad de elegir, de manifestar nuestra opinión   o de reflexionar el sentido y el propósito que tiene el incorporarlas en nuestra vida. Les confieso que he aprendido que la sabiduría comienza con ese detalle de “darnos cuenta” del porque estamos en este universo, porque somos de algo mucho más grade de lo que nos imaginamos.

¿Cuál es el secreto? Simple, estar alerta a todas las señales fuera de lo comúnque llegan a nuestra consciencia y que alguien (You know who) oel universo,te la proporcionapara que tú las cuestiones y decidasactuar en consecuenciaCuando el proceso del “darse cuenta” nos acompaña en nuestra cotidianidad, ampliándonos cada vez más la visión que tenemos del mundo y de nosotros mismos, abrimos un espacio inmensurablepara la sabiduría y nos convertirnos en “creadores” activos.

2.    En este proceso reflexivo y viral, tenemos que estar dispuestos hacernos cargos de preguntastransformacionales como:

          ¿Estoy siendo lo que quiero ser?

          ¿Estoy haciendo lo que quiero hacer?

          ¿Estoy teniendo lo que quiero tener?

          ¿Estoy dando y recibiendo lo que quiero dar y recibir?

          ¿Estoy pidiendo los que necesito o más bien lo que quiero?

          ¿Estoy en paz conmigo y con mi familia y amigos?

          ¿Estoy viviendo a plenitud y conscientemente mi presente?

Esta es una parada de amor hacia nosotros mismos. Es un momento de hermosa honestidad ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

Reconocer “asuntos pendientes” que no han sido cuidadosamente atendidos y cerrados, por lo general nos perturban y nos hacen atraer inconscientemente situaciones y hasta resentimientos que no deseamos, pero nos hace esclavo de tales circunstancias. Algo aprendí en la PP, que reafirmo y resultacrucial es que para ser libre y autentico, el perdonar y agradecer es la vía, para poder aceptar y “soltar con confianza” nuestrasrespuestas. Normalmente lo que más nos molesta de las cosas que hacemos y los juicios que tenemos hacia “hechos” o “personas” que están en nuestro círculo de influencia, nos está dando pistas de lo que no podemos ver de nosotros mismos. Por ello, ¡Vale la pena explorar volviendo los ojos hacia adentro!(un espejo ayuda). Ese es el arte de la Psicología, pero la PP nos enseñó que, sin ser psicólogos, en cada uno de nosotros habita un psicólogo confiable con las 4 dimensiones que nos hacen maestros de nuestro ser y devenir.

Como las creencias son subjetivas y son una adaptación de la realidad de las cosas, aunque parezca absurdo, pueden ser limitantes o negativas y restringen el enorme potencial que tenemos para alcanzar nuestras metas. El estar aislado por la pandemia y abrir espacios profundos de reflexión, me ha permitido retarlas, para reconocer y reafirmar que vivimos haciendo elecciones constantemente “sin darnos cuenta” o “dándonos cuenta” y que, al hacerlas conscientes, se abre un entramado de posibilidades y oportunidades importantes. Por ello, hay que retarlas con imaginación creativa y creer que te dan un significado que te convierte en un “creador con luz propia”.

Vivimos en una etapa especial que ser un “roble” no da resultados. Debemos ser “Palmeras” o “Bambú” y si es el chino mejor ya que nos ofrece la oportunidad mágica de, ante situaciones adversas, hoy al frente de nuestras narices, ser flexible y resistente a los severos “vientos y huracanes” de nivel “5” que están presentes, no importa dóndeo con quien te relacionas.  Esto lo cultivé durante dos años antes que llegara la pandemia, que como me han leído o escuchado, para mí ha sido providencial en las respuestas positivas que han sido producto de mis “elecciones proactivas” (Habito 1 de S. Covey).

3.    EL tercer camino elegido durante esta pandemia y su visible impacto, que repito, durará mucho más de lo que nos podemos imaginar, sin importar cuanto nos quede de vida, fue reactivar, reafirmar y lo esencial, practicar “un día a la vez”, valores, creencias y acuerdos internos impulsadores que limpiarán “piedras” y “escombros” de mi ruta de vida para llegar a un 2021 con un claro amanecer de “frescos y livianos”  retos de bienestar con sentido.

 

En mi caso ha sido retomar lo que aprendí hace 25 años. Vivir conscientementelos “Hábitos 1 y 5” de siete (7) que tiene la “Lampara de Aladino” de Stephen Covey”, para fortalecer mi Victoria Privada y luego expandir miVictoria Públicay nunca lo contrario (No se puede Dar lo que no tienes). Los que no hayan leído o interpretado en toda su extensión y profundidad el legado que desde hacer más de 40 años S. Covey nos dejó, los invito, después de la biblia, que tanto respetan, ponerlo en su “cabecera de cama” y compartirlo con su corazón y con los corazones que habitan es su morada.“Frotar el libro o cada habito es como frotar la lampara de Aladino”, créanme.

 

El Habito 1“Ser proactivo”, marca el inicio de nuestras acciones terrenales, es la “gasolina”que hace posible la coherencia entre la mente y el corazón y es el inicio del viaje desde la “Dependencia” o “Ser Dependiente” como nacemos. (Tus cuidas de mí, Tu logras esto por mi o Te culpo a Ti)para llegar a la “Independencia” o Ser Independiente (Yo puedo Hacerlo, Yo soy Responsable y Yo puedo Elegir).

 

Los Hábitos 2 y 3, pilares de la Victoria Pública, son complementarios y habilitadores y aseguran que una vez el H1vivay se integre en nuestro ADN emocional, tu vida personal cambia y estaremos preparados para llevarnos el mundo con las manos, con o sin pandemia. Es el “Hábito de la elección”, es continuamente abrir un espacio existencial entre un estímulo y una respuesta (poner una pausa mental) y usar los 4 dones que Dios nos ha otorgado, el Autoconocimiento, la Consciencia, la Imaginación creativa y la Voluntad propia, antes de dar una respuesta o tomar una acción. Les aseguro, “lápices evolutivos” que, si hacen consciente este hábito, sus vidas y la claridad del horizonte de sus sueños se despejarán amigablemente. Hagan una prueba.“Your money back will be granted”

 

El Habito 2,“Tener un fin en Mente” (tu brújula interior) y el No.3 ,“Hacer Primero lo Primero” , hacen la trilogía o pilares para que te sientas libre de las influencias externas, una de ellas, en el caso que nos compete, “LA PANDEMIA”.

 

El Habito 5 “Entender antes de Ser Entendido”, el hábito de la EMPATIA, te abre todos los caminos del “alma” para lograr romper la inacción propia que siembra el  “miedo y la incertidumbre” , para hacerte responsable y comprometido a actuar, de acuerdo a tu “elección”. “Aquí nadie te quita lo bailao”,que para crear una relación con otros, solo tienes que construir una relación hermosa contigo primero de aceptación, de crecimiento y de valoración, incluyendotus incompetencias.

 

Los hábitos 4 y 6, nuevamente son complementarios para fortalecer, preparar y terminar de limpiar el camino hacia la “interdependencia”, nivel mágico de la convivencia social. Claro que todos seis (6) hábitos son importantes, pero para mi y lo que me generó una claridad de romper las fuerzas limitantes que viví en los últimos años, fue el H1 y el H5, dos “vacunas” (sin efectos secundarios) que elimina el “virus” de la decadencia e infelicidad. No he hablado del Hábito 7, que es el hábito de la renovación de los 6 primeros, importante pero no es fundacional. ¡Ah!, no sé si saben que también existe el Habito 8 del mismo autor, “El hábito de la Grandeza”, pero 1ro. lo 1ro. Este hábito pudiera ser un tema para otros encuentros en el club.

 

Así apreciada Tibby, a tu pregunta de mis “experiencias” en este viaje “pedregoso”, mis respuestas son hoy una “vida consentida”  Y la pandemia, “para mí”, ha sido una LUZ de Dios, que cada día no me resisto en aceptar que él habita en todos nuestros corazones, pero nuestras falencias, incompetencias y la práctica del “ANTI HÁBITO1”, nos bloquea la conciencia y nos inhibe en buscar y encontrar un “espejo”,muy cerca de cada uno de nosotros, para descubrir,quién es el que al final tiene el poder de la elección y la poderosa capacidad de lograr un bienestar integral para prepararnos para nuestra “segunda vida”, porque de que la hay la hay.

 

Como en nuestro club somos “lápices impetuosos y proactivos”, voy a abusar del espacio que me dieron para terminar,auto decretando, lo que pienso que debo hacer en el 2021 y si desean seguirme, no tengo la patente para evitarlo y demandarlos. ¡Son solo 5 elecciones!

 

1.    Focalizarme en lo que tiene sentido en mi vida profesional y relacional (la jubilación no está en mi diccionario y Dios decidirá cuando lo acompañe a bailar “Jerusalém” con él)

2.    Transformar el “miedo y la incertidumbre” en palancas de trasformación y compromisos buscando un propósito superior con coherencia entre mi pensar, sentir y actuar. La creatividad se fertiliza en los espacios de mayor incertidumbre y el miedo es un anticuerpo que se inhibe usando nuestros 4 dones. (arriba lo describí)

3.    Fortalecer y construir relaciones y lazos de Alta Confianza, siendo congruente en mi pensar y actuar, tal como soy hoy, pero de manera inquebrantable.

4.    Preguntar a todos los seres que están en mi círculo de influencia (familia, amigos, relacionados) que es lo que ellos valoran y que es lo + importante para su existencia, en la nueva era post ciclo cósmico que acaba de comenzar desde el 2012. No es para copiarme, sino para acompañarlos y disfrutar el camino, como hacemos con el baile “Jerusalem” y,

5.    Disfrutar “un día a la vez”todos los momentos mágicos que la vida nos ofrece y no nos “damos cuenta” que tenemos un“poder mágico” de hacerlos realidad y compartirlos con nuestros allegados.

“Lápices danzantes, vivientes y proactivos”, que estas navidades del 2020, sean un “punto de inflexión” paraprepararse para un expansivo, nuevo y personal 2021, con una lealtad interna consigo mismo en su máxima expresión, viviendo tres (3) acuerdos mágicos y expansivos, el de la Responsabilidad (H1), el de la Empatía (H5) , y el de la Confiabilidad, valor habilitador de la CONFIANZA. (la suma del H1 y H5). “LA CORONA DE MAXIMA VICTORIA PRIVADA”. Nos vemos en enero del gran año 2021.

FELIZ NAVIDAD Y UN 2021 PARA SEGUIR CULTIVANDO NUESTRO DEVENIR