jueves, 24 de mayo de 2018

La Esperanza


Autor: Jesucita Peters S.

“La esperanza” es un estado de ánimo optimista basado en la expectativa de resultados favorables relacionados a eventos o circunstancias de la propia vida o el mundo en su conjunto.
“La esperanza”  para mi es una razón de vida, que me motoriza hacia la búsqueda de mejores circunstancias de ese aquí y ahora que puede proyectarse hacia el futuro.
“La esperanza” es esperar, que lo que ha de venir será mejor que lo que vivo actualmente, pero me hace reflexionar sobre los aspectos que imagino debo mejorar como persona en mi ámbito relacional en función de los distintos roles que puedo desempeñar: como amiga,   madre, docente, acompañante, tía, ciudadano, etc. para que eso que espero realmente llegue de la mejor manera a mi vida.
Quizás, el decir que es una razón de vida, es porque  si no tengo esperanza  no me proyecto hacia el futuro como algo sólido que me guía hacia lo que deseo, mi esperanza está más asociada a la acción  de  consolidar ese sueño que percibo como algo deseado pero que no puedo dejarlo en manos de otro para que llegue a mí, en tal sentido, si hago un recuento de mi vida podría decir que la esperanza siempre ha estado  en ese sueño de siempre procurar algo mejor, aunque no siempre  el resultado haya estado asociado a lo que esperaba.
“La esperanza” para el ser humano por lo general está asociado  a algo positivo, dicho popular “No hay que perder la esperanza”, “La esperanza es lo último que se pierde” porque para muchos, que no es mi caso, es dejar que el tiempo y las manos de terceros gestionen para que mejore lo esperado.
Ahora asociando la esperanza a mis emociones siempre tengo la esperanza de reír, compartir, amar, disfrutar al máximo los momentos que me da la vida por insignificantes que estos parezcan, pero que me hacen sentir plena en todos los ámbitos de mi vida.
Si me voy al plano religioso, la esperanza está asociada a la voluntad divina, está en manos de un orden superior  de que habrá un  lugar mejor en la eternidad donde iremos  al no estar en este plano, se convierte en rector conductual de mí peregrinar por este mundo y me conduce con rectitud y honestidad, valores cultivados desde mi ámbito familiar.
“La esperanza” me motoriza en función de mis afectos que en los actuales momentos están tan lejos y tan cerca en mis pensamientos que implica añoranza, idealización de esos momentos pasados de compartir, reír, discutir, abrazarnos,  sencillamente amarnos ; que sería de mi si no esperara volverlos a vivir, no lo sé.
“La esperanza” de que me hijas me den nietos, de poderlos acariciar y consentir me llenan de infinito amor por dar, cosa que ya espero con ansias en estos momentos de mi vida.
“Esperanzas” de poder contribuir en mi ámbito de acción por mejorar de manera positiva  la sociedad y mi entorno cercano.
“La esperanza” de tener un mejor país en lo económico, social, político y familiar y que hacer para lograrlo, siempre con pies en tierra contribuyendo con mi granito de arena.
Al reflexionar sobre la esperanza me surge un elemento que no puedo dejar de lado en estos momentos del país que nos tiene tan movidos y es la “Desesperanza Aprendida”, que no es más que la perdida de la motivación para alcanzar eso que imaginamos y soñamos, es quizás decir, para que lo voy hacer si los resultados serán los mismos, es mirar ese futuro o lo que deseamos sin posibilidad de que podamos influir en el resultado esperado, pienso que en nosotros está el inyectarnos de optimismo a pesar de las circunstancias, nosotros somos los agentes de cambio de nuestra propia existencia y gestionar todo lo que está a nuestro alcance para alcanzar nuestros sueños, rodeándonos  de esos espacios de experiencias positivas que nos nutran  y generen en nosotros  las ansias de vivir y disfrutar todos los aspectos de la vida que nosotros debemos construir para nuestro beneplácito, pienso que si tenemos esto en mente no habrá situación adversa por más frustrante que sea que no nos permita ver ese huequito de esperanza para cambiarla  en nuestro entorno cercano .
¡La Esperanza palabra Hermosa de Vida!
  

domingo, 20 de mayo de 2018

La fuerza de la esperanza



      Esperanza, palabra bizarra que comprende el presente y el futuro. Nace en el hoy y sueña el mañana. Aparece como sorpresa de un espíritu generoso que tiene mucho que dar y por ello espera.
    En tiempo de vientos y mareas  acaricia los silencios.  Suena como un eco que muestra la brillante luna al iluminar los lamentos. Hábil  jardinera,  no conoce la nostalgia y la tristeza, sólo cultiva la convicción de reconocer  lo hermoso y lo bueno.
       Profecía de la fe que derriba muros y construye ciudades. No quema como fuego, sino que acoge con su calor el sueño de los días por venir. Ladrillo tras ladrillo, nuestra decisión de seguirla nos hace más reales, y -¿por qué no decirlo?- más felices.
       Esperanza: expectativa convertida en confianza plena, dispuesta a vivir en espacios abiertos.

Irma Wefer
  

sábado, 19 de mayo de 2018

Peranza y Nisperanza

Vivían en frutilandia dos amigas inseparables, Peranza y Nisperanza.
Peranza era optimista, proactiva, valiente y alegre; en las situaciones que se le presentaban no conocía el derrotismo ni la desmotivación. Tenía un don especial como el Rey Midas, y convertía las dificultades en tesoros, confiaba en sus capacidades, perseveraba en sus objetivos y sabía que contaba con el apoyo de sus padres, familiares y amigos. Sobretodo contaba con su amiga Nisperanza.

Nisperanza; en cambio, era insegura, excesivamente prudente, desconfiada y cobarde.
Estudiaba todo muy bien antes de tomar alguna decisión, no le gustaba correr riesgos, se limitaba a andar por lo seguro. Cuando se enfrentaba a alguna dificultad se entristecía amargamente. En su afán de perfección no observaba nada bueno en ninguna cosa. Quizás por ello su amistad con Peranza era tan necesaria como desconcertante.

Los rumores en frutilandia se oían por doquier. Comentaban:
“Peranza y Nisperanza no podrán ser amigas por mucho tiempo “
“Una amistad tan extraña acabará con alguna de las dos”

Las habladurías llegaron a oídos de los padres de Peranza quienes comenzaron a preocuparse porque Nisperanza contagiara su humor a su queridísima perita.

Una noche antes de acostarse mamá pera conversó con Peranza sobre la importancia de conservar su personalidad e influir positivamente en su entorno. Le dijo que tenía una misión importantísima:  “ transmitir la alegría de su corazón”.

Así fue como al día siguiente Peranza siguió siendo quien hasta ahora había sido pero enriquecida con un propósito. Su optimismo, confianza y alegría serían intencionales. Sería su propia mejor versión.

Peranza y Nisperanza conversaban mucho. Así que ante la curiosidad de Nisperanza que observaba el cambio de actitud de su amiga favorablemente, Peranza aprovechaba de explicarle los beneficios de vivir el presente con la mirada puesta en un mejor futuro. Le repetía continuamente que nada es permanente, ni siquiera los mayores problemas aparentes, y que en todo hay mucho que agradecer. Convencida Nisperanza de ésto ella misma comenzó a cambiar.

Así que poco a poco los rumores de frutilandia se transformaron en afirmaciones tales como:

“Es Peranza la ganadora!”
“ Quien ha ganado es Peranza, que ha logrado transformar a Nisperanza! Y su amistad ha permanecido hasta nuestros días”

Cuando se acercaba Peranza se escuchaban vítores de emoción:

“Es Peranza; es Peranza!”
“Es Peranza; es Peranza”

Elinor Ribas


MI TÍA ESPERANZA

Esperanza es la última tía que me queda por el lado de mi madre. A pesar de ser la mayor, sobrevivió a sus otras tres hermanas: Caridad, Alegría y Prudencia. En ocasiones me pregunto si esa longevidad tiene algo que ver con aquello de que "La esperanza es lo último que se pierde".
Luego de que enviudó y todos sus hijos emigraron, se quedó sola en aquel caserón, y costó algo  convencerla a que se viniera a vivir con nosotros. Es una mujer risueña y de mucha fe. Poco la invitan a fiestas y celebraciones, pero es infaltable en los momentos de tristezas y angustias. Cada vez que nos sentimos decaídos, allí está ella dándonos ánimos y diciéndonos que todo pasará y volverá a estar bien. Es algo gracioso porque a veces me recuerda a un personaje de una serie de televisión que se llamaba ¨La reportera del crimen",  una señora que siempre estaba en el lugar y el momento del homicidio ¡Que casualidad!  Y así es Esperanza, cuando todo va bien nadie piensa en ella, pero en los momentos de temor,  cuando las cosas van mal o no tenemos certezas acerca de cómo saldrán, allí nos acordamos de ella y algunos hasta preguntan: ¿Ya le avisaron a la tía Esperanza? Cuando tenemos algún ser querido enfermo de gravedad y el miedo nos invade, es cuando la luz de la esperanza se enciende. Esperanza es:  "temer lo  peor pero anhelando lo mejor".

Hace unas semanas la tía nos acompañó a despedir al último hijo y su familia que nos quedaba en Venezuela. Me había aconsejado los días previos a hacerlo con entusiasmo, sin tristezas,  como para que se fuesen más tranquilos. Pero cuando alzaba a mis nietas para abrazarlas y besarlas, las piernas me flaquearon, y no lloré porque detrás estaba ella, que me soportaba para que mostrara mi mejor sonrisa, haciéndoles sentir que era un viaje corto, de rutina y que  muy pronto nos reencontraríamos. 

Esa noche mi mujer estaba muy triste, luego de ver partir a sus nietas que tan apegadas a ella habían crecido. Traté de darle ánimos como lo hace Esperanza conmigo, pero fue como peor. Ella no cree en el optimismo de Esperanza, hasta se molesta: ¡Como me va a decir que esto va a mejorar! ¡Esto no lo arregla nadie y cada día va a estar peor! repetía entre sollozos.
Entendía la desdicha de mi esposa, pero defendí a la tía Esperanza, porque no era justo que descargara todas sus rabias y ansiedades en ella. Por supuesto que Esperanza está clara, ella sabe que la situación es crítica  y vamos por mal camino.  Pero tenemos que entender que  la plaga que ha atacado nuestro país no es poca cosa, una peste ideológica de las más malignas y peligrosas, dispuesta a todo y es precisamente en la desesperanza de la gente  -y con un sistema inmunológico debilitado- por donde busca avanzar y hacer metástasis.
Nunca debemos colocar la esperanza más allá de los límites de las probabilidades y de la razón, eso lo que nos puede conducir es a terribles desencantos. Una esperanza infundada es consuelo de tontos, pero una "razonable" puede ser de gran ayuda.
La esperanza es una de las emociones positivas más importante que podemos experimentar de frente al futuro; las otras son: la fe, la confianza, la seguridad y el optimismo. La esperanza y el optimismo siempre van de la mano, se la llevan muy bien, y es como una hermana para la fe. Todas han sido objeto de innumerables estudios empíricos por parte de la psicología positiva.  La buena noticia es que los investigadores han conseguido que se pueden aprender y desarrollar y que podemos "cultivar" esas emociones. También han encontrado que la esperanza constituye una fuerte barrera a la depresión.

Mi tía sigue en casa, siempre optimista y de buen humor. Me encanta estar con ella y siento me hace mucho bien su compañía. Hago caso omiso a las ocasionales críticas de mi mujer que la tilda de ilusa y tonta por seguir pensando que las cosas en nuestro país van a mejorar. No se cuanto tiempo más la seguiremos albergando, pero no quiero que se vaya, deseo seguir sintiendo sus abrazos y reflexiones, no quiero perder mi ultima Esperanza.

Lionel  Álvarez Ibarra
Mayo 2018

viernes, 18 de mayo de 2018

RECETAS DE MAGIA BLANCA: LA ESPERANZA


Capítulo final. La Esperanza

Ese día el abuelo Jencaaz había amanecido inquieto. Daba vueltas por la casa vieja haciendo que la madera crujiera tras cada pisada. A lo lejos, la gente escuchaba como una letanía formada por sonidos sucesivos Los clavos de la madera hacían su parte y agregaban al sonido de los pasos, otro más sonoro, metálico y fino. Agloj lo escuchaba. Trataba de identificar el origen de los sonidos y la sucesión de efectos, en su mente.  Agloj, la pequeña maga, escuchaba con atención y componía con los sonidos, suaves canciones que tarareaba entre sus labios.

Pero con los sonidos, llegaron los olores. Primero fue el olor a mango verde cocinado al fuego con su concha, para hacer el manjar de mango; luego fue el de la guayaba madura que se cocina en agua caliente y se deja vencer ante el calor. Por último fue el olor a papelón; un olor significativo que estaba intacto en su memoria. Agloj salió corriendo hacia el abuelo mago que no detuvo su marcha aun cuando Agloj lo increpó y solicitó respuesta:
-Abuelo, ¿no sientes los olores en la casa?, preguntó

-No hija, no huelo a nada, solo estoy pensando, por eso camino, algo se apresura a pasar y no sé que es, respondió. Agloj pensó también que lo olores que percibía se debían al roce de los pies del abuelo mago contra la madera cansada y rebosada de olores que por años habían estado en la cocina de la casa.

-¿No hueles a papelón?, volvió a preguntar al abuelo

-Los olores que percibimos a veces, están en sintonía con los recuerdos que nos los evocan. Si estamos pensando en alguien ausente, es posible que olamos lo que recuerda a esa persona, explicó

-Mi mamá… dijo suavecito, a lo que Jencaaz le preguntó que había dicho.

-Me huele a mi mamá, dijo casi gritando a la vez que corría a su cuarto en la búsqueda del diario de su madre, que había escondido en su lugar secreto, justo detrás de un cuadro a mano derecha del sillón que usa para leer en las tardes, pues la luz de una ventana en el lado opuesto permite la entrada de la cantidad exacta para no encandilarse o no tener que forzar la vista.

Con mucho cuidado retiró el cuadro, que tenía a dos jinetes montados a caballo y uno a pié. “esos son los tres poetas de la historia”, recordó que decía su mamá. Sacó con mucho cuidado su libro, que ahora brillaba por fuera como si estuviera encendido en fuego. Lo abrazó intensamente y todas las imágenes  de su madre comenzaron a brotar desde su memoria olvidada, inclusive recordó que aquel idioma extraño en el que cantaba canciones desconocidas, era el Esperanto, un idioma creado y nacido a principios del siglo XIX, en la tierra de sus abuelos. Entendió que Esperanto es “espero” en español, y que espero, es esperanza en esperanto. Aquella esperanza que había tenido por años y en la necesidad de recordar lo que había vivido de niña y sabía, le tenía que dar sentido a su vida.

-Todo tiene sentido ahora, dijo con los ojos brillantes cargados de lágrimas que esperan un segundo para brotar.

Entonces abrazó mas fuerte el libro, repitiendo una y otra vez: “mamá, te recuerdo ahora”. Agloj ahora comprendía que todo tenía que ver: su abuelo de jengibre, canela y azúcar, las estrellas de cinco puntas que le pidió el abuelo, sus amigos del bosque que le mostraron los sabores y hasta las espigas del viento y sus atributos… todo cuadraba perfectamente, como un acertijo descubierto. Ahora sabía quién era y de donde venía. Mientras abrazaba el libro de la esperanza, recorría todas y cada una de las páginas de su interior, el diario que su madre había escrito cuando ella estaba en su vientre; el legado que quería dejarle para cuando se diera cuenta que era una maga blanca. No tuvo la necesidad de abrirlo nuevamente porque sabía todo lo que decía, pero con una única excepción: la última página que su madre maga escribió después de ella  nacer.

Agloj hizo exactamente lo que la primera vez dijo que no haría; y era leer la última página de primero. Encontró lo que sabía desde la mañana, iba a encontrar. La última receta de la última página del diario era “la Paledonia de papelón” Agloj en ese momento y en absoluto silencio, pues su abuelo ya no caminaba en el piso de abajo, cerró los ojos y dejó que las imágenes y recuerdos llegaran a su cabeza. Recordó que aprendió de su madre la magia blanca de hacer las recetas; el punto de fuego, el punto de melaza, el punto de mezcla, las grasas y las harinas.

-“Querida Olga, si quieres hacer esta receta mágica, debes preparar primero el melado de caña, lo dejar reposar y es al día siguiente que vas a mezclar los ingredientes”, le decía su madre entre recuerdos.

-Sí.  Mamá usaba un cacharro metálico para mezclar los ingredientes y siempre usaba una paleta de madera. El cacharro era gris con el fondo negro curtido por el tiempo, con un asa roto pero que servía para moverlo de una mesa a otra, mientras que la paleta era como del tamaño de un brazo; me imagino que era para que el calor no quemara-, se decía en silencio

Agloj abrió los ojos que ya habían derramado sus lagrimas, tantas, que el abuelo tuvo que secar las escaleras de madera, pues bajaron por los escalones como las olas y podían llegar a dañar los muebles de la sala. Con los ojos bien abiertos, leyó la última página.

-“Paledonia de papelón”, decía el título escrito con puño y letra. –“Receta de magia blanca y dulce”. La niña leyó muy lentamente la única receta del libro cuyo contenido desconocía. La repasó y la volvió a leer y asì nuevamente por horas, hasta que se borraron las letras, de tanto leerlas, quedando blanca nuevamente la hoja. Todas ellas ahora estaban bordadas en el alma de quien ama y recuerda a la vez.

-El mejor homenaje a MT será hacer la receta nuevamente, esa que no conozco. Agloj bajó por la escalera aun húmeda y encontró a su abuelo con el fregador en las manos, con su sombrero negro de pico, su bata blanca y su natural sonrisa. Estaba vestido de mago, como celebrando la ocasión.

-Las lágrimas también son buenas para la tristeza y para el alma, le dijo

El papelón es un derivado de lo dulce de la caña de azúcar que se cocina en grandes pailas y luego se endurecen como piedras. El primer proceso es devolver a la caña de azúcar la liquidez. Agloj consiguió en casa, un papelón con forma de cono, del mismo tamaño de la paleta de madera. Lo colocó en el cacharro junto a cuatro tazas tipo desayuno, de agua. El fuego medio, al hervir el agua, derrite al papelón y lo convierte en un melado dulce, suave, y manejable. Agloj decidió colocar en el hervor, todas las especias que le dieron nombre al abuelo. Le colocó, para cuatro tazas de agua, una cucharadita de canela, dos de jengibre, un cuarto de clavos de olor, un cuarto de nuez moscada y una de anís dulce. Al enfriarse, Agloj filtro la mezcla para retirar palitos, o abejas que caen en la paila, seducidas por el dulzor.

Al día siguiente, se recogen cuatro huevos frescos, de las gallinas del patio de la casa y se colocan con todos los demás ingredientes, sobre la mesa. Primero se le agregan los huevos a la mezcla hasta que todo quede incorporado. Luego, desde una taza llena a ¾ de aceite, se agregan varios chorritos  y la harina de trigo, en forma alterna. Agloj tuvo el cuidado de cernir la harina para que no formara grumos y para que sean absorbidos de mejor manera, los líquidos. Al primer cernido, se le agregan una cucharadita de bicarbonato y dos de polvo de hornear. La cantidad de harina va a depender de lo líquido de la mezcla, así que Agloj recordó como decía su madre:

-“Se le agrega harina hasta que la mezcla haga pliegues al sacar la cuchara del interior”, dijo en voz baja. 

-Esta es la mezcla base dijo, - ahora solo queda trabajar con imaginación.

Agloj sabía que se le puede colocar pasitas, ciruelas, y frutos secos como la nuez o el maní. Esta vez, le puso solo pasitas negras. Luego colocó gentilmente el contenido en un molde y lo cocinó a 350 grados por una hora.

El olor inundó la casa. La masa negra, crece con las harinas y se esponja. Los olores de la melaza de caña junto a las especias, producen sensaciones mágicas en el olfato, y más cuando la probamos.

Agloj decidió celebrar su nuevo cumpleaños e invitó a su abuelo, a la Tía Maruja, y a sus amigos del bosque. En la puerta antes de entrar, los invitados pudieron leer: “Esperanto, espero, esperanza…”

Alberto
PD: estas seis entregas de “Recetas de Magia Blanca y Dulce”, son un homenaje a mi madre, que sin dudas, fue una maga



ESPERANZA DEL EMIGRANTE

Por Martín A. Fernández
Fecha: 18/05/2018


Esperanza porque soy optimista
Sabiendo de espinosos obstáculos
Para tener un mañana con alegría
En donde tengamos un país en paz
Rompiendo las cadenas que nos amargan la vida
Andando en libertad y con valentía
Nada puede detenernos en esta ruta
Zafarnos con furia de esta tiranía
Actuando unidos en esta lucha

Esperanza es mi estado
Sobreponernos al sufrimiento
Por tantas fracturas de familias
Emigrados a tierras desconocidas
Rumbo a vidas de incertidumbre
Anclados dejan sus corazones en esta patria
Nunca olvidando a los que se quedan
Zanjando heridas profundas en las almas
Ante la esperanza de reencontrarnos algún día

Esperanza porque es posible
Superar esta desgraciada dictadura
Porque existe en lo más profundo de nosotros
Esa semilla de hermosura divina
Raíces de libertadores en nuestra sangre
Ante tanta injusticia fermentarán con bravía
Naciendo así una nueva patria
Zafra de esperanza para el regreso
A ese añorado reencuentro del ido con su tierra querida

jueves, 17 de mayo de 2018

Reunión de mayo 2018

Club
Mes: mayo 2018
Tema: La esperanza
Host: Jesucita Peters
Lugar: su casa en La Urbina
Hora: 2:00 pm
Fecha: sábado 19 de mayo de 2018