sábado, 21 de mayo de 2016

Sobre el tema del mes de junio

Esta próxima reunión tiene varios temas que comentar:


  • Celebramos mayo en junio, y junio casi en julio, junto a mayo
  • El tema es el trabajo que era como el tema de mayo, por aquello del día del trabajador

the administration

domingo, 15 de mayo de 2016

Viaje en el Club de Escribidores

Envié mi experiencia en el Club de Escribidores según lo solicitado el 2 de Mayo y me tomo la libertad de compartirlo con ustedes en el blog
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Viaje en el Club de Escribidores

Desde que pertenezco al Club de Escribidores las vivencias han sido muy diversas. Cada escrito es un viaje diferente con variadas emociones, donde nos conocemos en nuestra complicidad escrita con cada tema que nos planteamos.

Es un viaje que se inicia con muchas expectativas, desde que estamos al tanto del tema que un participante plantea. Es invitarnos a motivar nuestra creatividad positiva al escribir de temas inesperados; ya desde aquí iniciamos nuestro bienestar. Sentarnos a escribir reflexiones, vivencias, cuentos, poesías, crónicas y demás estilos que encontremos con el lápiz o teclado de nuestra computadora, es abrirnos a descubrir el camino positivo de cada uno.

Cuando el escrito se concluye, la emoción de montarlo en el block de escribidores es de orgullo y diversión al mismo tiempo, porque es unirse en la bitácora de viaje de cada escribidor que con asombro e interés será leído por todos.

Y si sumamos el placer y disfrute que tenemos al compartir juntos nuestros escritos, nos sorprendemos de lo trivial que es el momento: risas, halagos, agradecimientos, conexión y lo mejor aún, desarrollar relaciones y amistad.

Pertenecer a este Club, además de proporcionar bienestar, me da una sensación de logro con mis escritos, desarrolla mi optimismo y me siento bien conmigo misma. Es un club Vivencial, es un club Virtual, es un club que amplifica la Vida… es un Super Club Viajero de Escritura.

¡Sigamos así ESCRIBIDORES compartiendo nuestros escritos e invitando a nuevos viajeros a desarrollar escritura positiva!!!!
Janet Jiménez

Mayo 2016

miércoles, 11 de mayo de 2016


NO ME QUEDA TIEMPO


Manolo era amigo de mi familia y gracias a él conseguí trabajo como pasante de ingeniería en la empresa en donde se desempeñaba como gerente de planta. Manolo trabajaba de sol a sol, era lo que hoy se conoce como un "workaholic". La hora de salida era a las cinco de la tarde, pero siempre permanecía en su oficina por mucho más tiempo. Sus subordinados tampoco se atrevían a salir a esa hora, ellos se iban "fugando" a cuenta gotas, los más atrevidos escapaban a las seis y el resto de temerosos  acompañaban al jefe hasta su salida en la noche. Las evaluaciones de desempeño tomaban muy en cuenta esas horas de salida.

En los pasillos se comentaba que Manolo llegaba tan tarde a su casa que nunca veía a sus hijos despiertos. A manera de chiste se contaba la anécdota de que en una ocasión regresó de un viaje y el taxi lo llevó directo a su casa. Entrando le preguntó al hijo menor que jugaba en el jardín por su madre y el muchachito y que entró corriendo a la casa gritando: ¡Mamá, mamá,  aquí está un señor que te busca!
Se  veía siempre  abrumado,  y a pesar de tanto sobre tiempo había trabajo acumulado y los compromisos  se entregaban a última hora. Esa sensación de agobio se sentía en todo su departamento. Aun así, Manolo era considerado como un gran gerente dentro de la organización y un "líder" de grupo, de hecho, llego a ser tiempo después, el Director General de la empresa.

Nunca lo consideré una mala persona y lamento no haya vivido la experiencia de las organizaciones modernas en donde el liderazgo se obtiene por el respeto que se gana ante su gente y nunca por temor como fue su caso. Ese continuo estrés en que vivía su departamento no era del todo perjudicial, lo malo era que no permitía drenarlo para llevarlo a niveles manejables. Esos breves paréntesis de 15 minutos para tomarse un café -y que a Manolo no le agradaba- es fundamental para la creatividad y la productividad.  Esa hora de almuerzo con tranquilidad, socializando con los compañeros, sin celulares ni emails, son necesarios para la recuperación de la concentración. Los pájaros regresan al nido mucho antes de que caiga el sol, muy raro que los vean trabajando por allí de sobre tiempo, y hasta el mismo Dios apartó un día de descanso luego de una semana de ardua creación. La recuperación a largo plazo también es importante, por ello las merecidas vacaciones anuales son impostergables. Las personas  exitosas y felices son las que saben dosificar esa recuperación.

El líder moderno motiva a sus colaboradores a cumplir con el horario, les hace reconocer que el trabajo es muy importante, pero que también lo son sus compromisos fuera del ámbito de la empresa. La satisfacción laboral se incrementa al encontrar flexibilidad para una vida equilibrada, que combine las responsabilidades del trabajo con los compromisos y obligaciones en los demás roles sociales (padre, hijo, esposo, hermano, amigo, ciudadano...) además de poder dedicar tiempo a su cuerpo, mente y espíritu.

Me conseguí a Manolo hace unos meses, recordamos mi tiempo de pasantía y aproveché para agradecerle nuevamente su apoyo en esos inicios de mi carrera. Me contó que sus tres hijos están viviendo fuera del país y en esos momentos su esposa estaba visitando a uno de ellos. Entonces lo sentí solitario. Comencé a preguntarme: ¿Estará pagando la factura de una vida entregada solo al trabajo?, ¿Será que no siente la ausencia de los hijos? A lo mejor no, total, nunca estuvo con ellos.

Lionel Alvarez Ibarra
Mayo 2016

El trabajo del Payaso Flacuchín. CUENTO


 Resultado de imagen para dibujos payasos felices


Había una vez un Payaso muy gracioso llamado Flacuchín que tenía en un cofre un ejército de pulgas. Se comentaba que era una de las mejores agrupaciones de pulgas, porque se decía que eran listas, saltarinas y muy trabajadoras. El Payaso se sentía muy orgulloso de tenerlas, las llevaba a sus fiestas en tarros de cristal y las mostraba a los niños para que disfrutaran sus particulares cualidades y piruetas. Su trabajo era intenso, divertido y siempre sorprendente; con canciones y música ponía a bailar a los niños y a sus pulgas logrando espectáculos siempre incomparables donde las risas se escuchaban a lo largo de mucha distancia.  

Flacuchín además tenía un secreto muy bien guardado, sus pulgas eran mágicas y habladoras. Después de largas jornadas de trabajo, durante las noches, juntos se acompañaban y con sus fascinantes trucos, cuentos y risas todos dormidos se quedaban.

Un día muy lluvioso Flacuchín despertó triste y melancólico, sorprendiendo a sus mágicas amigas pulgas. Con melancolía en sus palabras el payaso les comparte que se siente muy agobiado por no tener más tiempo para entregar a los niños más risas y diversión. Al escuchar a Flacuchín las pulgas se comenzaron a poner nerviosas y se les ocurrió invitar a nuevas compañeras de actuación, sus amigas ocultas las hormigas de la noche. Entre todas diseñaron y le mostraron al payaso nuevos actos llenos de ilusión y alegría. Hicieron malabarismo con las migas de pan que recogían las hormigas. Pulgas y hormigas se unieron exhibiendo saltos y piruetas que hicieron reír a Flacuchín.

Y así fue, como viendo aquellos espontáneos, sinceros y persistentes animalitos, que le enseñaron al Payaso Flacuchín que, no hay agobio ni desazón si se trabaja en equipo y en colaboración.  Desde su alegría podía entregar más diversión, risas e incluso ir a mayor cantidad de niños, apoyándose en sus compañeras y compartiendo de formas diferentes su trabajo de llevar regocijo y recreación como el Payaso Flacuchín.

Janet Jiménez

Bogota, mayo 2016

Duro trabajo

Nayari Rossi Romero
Al principio no lo notaba. Me despertaba de un brinco con el sonido del despertador, de inmediato visualizaba la lista de cosas pendientes, las tenía por categoría: resolver hoy, resolver hoy para no tener que resolver mañana, pendiente desde hace un mes y algún día lo haré, tareas importantes pero postergables.


Iba al baño. Mientras me cepillaba los dientes simulaba verme al espejo, un día me di cuenta de que no veía mi reflejo sino que contemplaba una especie de pantalla del computador con las actividades del día.


Un baño de agua fría y un café bien oscuro me bastaban para activarme y salir.


En el camino respondía mentalmente los correos electrónicos más urgentes. Verás, pensar es parte de mi trabajo y me lo tomo muy en serio.


Llegar a la oficina era como estar en mi espacio de tranquilidad. Pasaba de pensar a actuar. Empezaba a resolverlo todo rápidamente. Tal como lo había pensado. Me animaba cuando lograba seguir el plan. Ese es mi ideal de éxito.


No pierdo mi tiempo: desayuno mientras reviso correos, hago comidas sencillas que no ameriten de mucho espacio. Almuerzo rápidamente un sánduche o algo así, preferiblemente frío para no perder tiempo esperando mi turno para calentar la comida. Sigo trabajando.


A las 5:30 todos se están yendo, entonces yo aprovecho para dedicarle tiempo a las tareas que surgen de la nada, esas que te llegan de pronto como cuando el cliente te dice: oye y por qué no hacemos una maqueta que además tenga muñequitos que se muevan de verdad, me gustaría tenerla para la semana que viene para la presentación que te comenté. ¿Cómo decir que no? Trabajo es trabajo.


Como te dije, al principio no lo notaba. No ponía atención a ese pequeño dolor en el cuello de todos los días. Tampoco me resultaba raro mi aumento de peso. Pero un día me fue imposible despertarme de un brinco con el sonido del despertador. Simplemente no escuché la alarma. Dormí 4 horas más de las usuales. Me desperté con mareos, no pude levantarme de la cama. Tenía una gran confusión, no entendía cómo no escuché el despertador y lo primero que me vino a la mente no fue la lista de cosas por resolver sino un pensamiento que me retumbó tanto como para generar una jaqueca insoportable: me agobiaba mucho no cumplir con mis tiempos de entrega.


Ese día tomé una decisión. Comencé el duro trabajo de liberarme de mi adicción.  

Pepe grillo y el agobio laboral

María Elena Garassini 

En la fiesta de las conciencias PEPE GRILLO siempre llega antes que el anfitrión ni siquiera se haya bañado. Alguien abre el intercomunicador y le dice: “ cuando llegues la puerta estará abierta , así que pasa y siéntete como en casa”.

PEPE GRILLO entra y lo sobrecoge la soledad del lugar. Algunos implementos festivos están a la vista pero obviamente sin arreglar. Ante tal realidad rápidamente mira la hora en su celular y constata que son las 8 :30, y todavía dudando de si mismo busca el grupo de whatshap y verifica que la invitación era a las 8:00. Una vez constatada su duda busca un lugar donde sentarse y comienza a observar a su alrededor constatando que hay cosas que puede empezar a arreglar.

Decide entonces gritar hacia el interior del apartamento para ser escuchado por lo anfitriones: “Fulanita, fulanito quieren que pique el pan, acomode los vasos en la mesa, ponga música con mi ipod …” ante lo que obtiene como respuesta un: “si vale”…
Media hora después se incorporan los anfitriones y van llegando los demás invitados.
La frase: Me agobia mucho no cumplir con mis tiempos de entrega es la frase más escuchada en algunas conversaciones. PEPE GRILLO no suele decirse esa frase a si mismo y en la fiesta descubre que en muchas de las conversaciones donde la frase aparece se encuentran personas que son de sus equipos de trabajo. El agobio a los tiempos de entrega es una plaga…

También recordó la primera vez que escuchó la palabra PROCRASTINACIóN , le pareció sonaba como una grosería, y de las feas… y alguien le explicó que era la postergación, incluso en algunos casos crónica, de actividades o tareas implicadas en algún rol , contexto, etc. En ese momento pensó que quizás no lo sabía porque nadie se los había dicho nunca y miró a su alrededor y vio muchas personas que NUNCA padecerían de ese mal, pero también algunas que vivían con él.

Siguió en el compartir de la fiesta donde intercambió alegrías, proyectos, duelos, sueños , pero sobretodo preocupaciones donde el centro era: Me agobia mucho no cumplir con mis tiempos de entrega.

Tras la fiesta mucho pensó y en sus equipos se centró,
tras mucha reflexión y momentos de compasión llegó a una humilde conclusión:
Yo soy parte del AGOBIO en mis equipos en cuestión,
quizás dios me ha dado un Don, no tener la procrastinación,
mucho apoyo debo brindar a los que luchan sin parar,
para los lapsos respetar y así las tareas entregar,
de esa manera el AGOBIO reduciré y a mis equipos acompañaré,
para mi fortaleza colocar siempre al servicio del colectivo bienestar.



lunes, 2 de mayo de 2016

Club de Escritura Creativa y Psicología Positiva

Hoy, nos `pidieron que hiciéramos una reseña del club. La petición la hizo el Presidente de Soveppos y con la coordinadora de la revista de la asociación de PP. -"Tienes que entregar el texto mañana antes de las once y treinta am", dijo. Yo dije que yo lo podía escribir pero que "me agobiaba mucho no cumplir con mis tiempos de entrega". Pero teniendo una visión sobre el trabajo que me pidieron, me senté a escribir y me des agobié..Acá el producto.
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El Club de Escritura Creativa y Psicología Positiva

Nuestro club es una asociación de personas que luego de transitar por las sendas de la positividad, desde los estudios de los Diplomados de Psicología Positiva de la Universidad Metropolitana y desde los Estudios de Escritura Creativa, decidimos juntarnos para seguir escribiendo, ya que reconocemos que el oficio del escritor se hace en la práctica, es decir, escribiendo. Y hacemos honor al camino seguido, tratando de escribir sobre temas que estimulen la generación de emociones positivas y que de alguna manera promuevan el bienestar entre nosotros, e igualmente entre quienes nos siguen y nos leen.

Contamos con una coordinadora general, que además es la creadora de la idea, desde febrero del 2015. Ella es Ángela Feijoo, periodista, escritora y quién durante un tiempo considerable nos acompañó en el proceso de aprender a volar , escribiendo.  La magia de escribir se siente, cuando lo podemos hacer en prosa, poesía, crónica, cuentos o novelas.

Tenemos sede en Caracas, aunque contamos con gente ilustre de Maracay, de Valencia, Cartagena de Indias, y de la Colonia Tovar. Compartimos permanentemente nuestros escritos, a través de las herramientas digitales, y personalmente, como para demostrar el afecto que nos tenemos, en una cita de una vez al mes, en una tarde cualquiera, al caer el sol, viendo al Ávila, y desde la Universidad Metropolitana. Las reglas se han ido construyendo entre todos, en las vivencias que hemos tenido, y hemos conciliado que podemos tratar un tema en particular para cada sesión, que es decidido  por el anfitrión del mes, quién escoge tema, hora y fecha. Los demás, nos adecuamos en la medida de lo posible. La magia está en la libertad que sentimos. Lo mas importante de nuestro encuentro personal, no es solo compartir, ni leer, sino escuchar de la propia voz del autor, la magia hablada de lo escrito. En este proceso, también aprendemos a escuchar mejor.


Alberto Lindner, escribidor.
Nota: si te quieres incorporar al Club solo te pedimos que hayas hecho el Diplomado en Psicología Positiva y que se lo manifiestes a SOVEPPOS mediante correo.