jueves, 23 de diciembre de 2021
Letras de las canciones del encuentro navideño
sábado, 18 de diciembre de 2021
Mi niño Jesús/Irma Wefer
Mi Niño Jesús
¿Qué significa la presencia del Niño Jesús en mi vida? Es el abrazo necesario para caer de pie. Cascabel de risas y alegría que hace de cada día algo extraordinario.
Es el árbol cuya sombra protectora no tiene linderos ni extravíos. Es el ancla cuando a la deriva y sin vela no logro ver más allá de mi horizonte. Es la grieta que me esconde de mi misma. Es el silencio cuando las palabras no son capaces de nombrar eso que soy o siento. Pegamento de retazos, gesto que acaricia, o quizás un camino sin retorno.
En la noche más amarga se hizo cielo estrellado, para hacerme entender que cuando nos queda la bondad la luz no muere, solo se multiplica. Se vistió de zorro para que yo pudiera comprender que la soledad de la muerte no es más que la incertidumbre frente a la infinitud de la existencia.
También ha sido cómplice de mis batallas, dibujando estrategias. Cómplice en el grito que llama al viento para alejar las tristezas. Cómplice en el riesgo de vivir, en el riesgo de la entrega y el compromiso. Cómplice de mis poesías ocultas, de las pasiones que alimentan mi alma, de mis argumentos fuera de toda lógica. Cómplice en la locura de dar, en la locura de amar.
¿Cuándo vino el Niño Jesús a mi vida? Cada día que he vivido. Su presencia, su amor y su ternura han hecho de mi vida un milagro.
Irma Wefer
San Nicolás vs. el niño Jesús
El niño Jesús vs. San Nicolás
Deben haber pasado más de 55
años. Difícil ubicarlo exactamente, pero fue un año difícil. Por un lado
prohibieron las importaciones pero siempre estuvimos acostumbrados a tener un
pino natural en la sala. De hecho no creo que existían aun, los pinos
artificiales en las tiendas. Ese año a la usanza caraqueña y a su ingenio, ya
que no hubo dinero para pinos naturales, ni uvas ni manzanas, mi madre tomo una
rama del patio y la pintó de blanco. Para pintar no tomó pintura sino jabón Ace
para lavar la ropa, muy espeso y con muy poco agua y que al secarse parecía
traída del mismo polo norte. Era una rama fea, irregular, seca y blanca. Con
luces y pelotas, hacía recordar de alguna forma, a la navidad.
Era pequeño entonces. Igual,
el 24 en la noche los cinco hermanos nos encerraban en un cuarto, esperando que
llegara San Nicolás y no fuera ser que si nos veía, se fuera sin dejar nada. En
mi casa no había chimenea, así que me imagino que entró por la puerta de vidrio
quedaba justo al patio de atrás, que lindaba con el zoológico el Pinar. A veces
pensaba que ojalá no se equivocara de casa y se metiera en la jaula de los
leones. Esa noche hubo regalos al pie de la vieja y fea rama. Igualmente al
escuchar el grito de mi padre decir: _YA LLEGOOO, sirvió para salir corriendo.
No importaba que llegara de último porque Santa se tomaba el trabajo de
colocarle nombres a los regalos.
Mi Papá era alemán y mi Mamá
de Maracaibo, pero hija de maracucha y un alemán. Ahora en perspectiva me
parece interesante como nuestras costumbres se hicieron únicas, producto de un
desaforado gesto de integración de costumbres. En mi casa venía un viejito
barbudo, pero en cambio a los vecinos los visitaba un bebé en pañales. En casa
nunca faltó el nacimiento al lado del arbolito. Ahí estaban como en casi todas
las casas de la gente que conozco. La diferencia justo estaba en quién era el
encargado de traer los regalos; el viejito o el bebé. Los españoles se dejaron
de pendejadas y le dieron el trabajo a tres Reyes Magos que venían del Oriente.
Tiene sentido pues ellos si le trajeron regalos al hijo de Dios; oro, incienso
y mirra.
Eso si era notorio; nosotros
recibíamos regalos en 24 en la noche y los criollos de al lado de la casa, el
25 en la madrugada. En la mayoría de los casos al despertarse los niños, aun
los padres estaban de fiesta así que no pasaba nada en particular. En el caso
nuestro, estaba claro que un viejito llegaba a la casa con una bolsa inagotable
de regalos, mientras que los otros solo decían: “llego el niño Jesús”. No tenía
una imagen sino solo el verbo, la creencia y el milagro. Para los cristianos está
claro que es mejor que sea el niño a que sea un viejecito europeo, gordo, que
vuela con renos que no hemos visto nunca, que tiene una fabrica con Elfos y
además que entra por las chimeneas. El niño por otro lado, estaba naciendo o
estaba de cumpleaños, y como niño Dios está autorizado para hacer milagros en
noche buena.
La primera vez que vi al
niño Dios, mi hermano Jesús, quizá haya sido aquella noche frente a la rama fea
y raída pintada de blanco que servía de cobijo al pesebre. Esa noche mi mamá
tuvo cuidado en colocarlo en el cesto lleno de paja, y entendí que no entendía el porqué nos
escondíamos de alguien que queríamos ver, a la par que aparecía el niño de la navidad y
si se dejaba ver. Esa noche, el niño estaba casi desnudo, con el pelo largo y
con una corona de luz, que años más tarde cambiaría por espinas. A su lado, la madre
de mi hermanito y su esposo, y detrás, una mula y un buey. En el techo de paja,
un ángel radiante que compartía las luces de las casitas de barro y cartón que
titilaba en la oscuridad. No recuerdo el regalo pero sí recuerdo los ojos del
niño nacido, que miraban los míos.
Alberto
El día que vi al niño Jesus/ Jesucita Peters
Fecha: 18 de Diciembre 2021
Nombre: Jesucita Peters S.
”El día que vi al Niño Jesús”
La verdad que el día que
vi al Niño Jesús, no fue en un día
específico del año, él ha estado presente siempre iluminando mis pasos en los momentos que acompañan mis añoranzas y
por supuesto siento como ese bálsamo de paz, tranquilidad y armonía inundan mi
sentir para el goce de lo obtenido, no sólo cosas materialessino las más
valiosas las que llenan el alma y que nos hacen sentir que vale la pena nuestro
transitar en este plano.
Ese Niño
Jesús impregnado en mí en función de la fe y desarrollada desde mis años
mozos, recuerdo como si fuera ayer cuando era niña dóndela imaginación nos
lleva por los senderos más inimaginables posibles y llegaba la fecha tan
esperada el 24 de diciembre con la ilusión de niño más maravillosa, que traía a
mí el disfrute de las emociones más dulces que uno pueda sentir ; en donde nos
poníamos los estrenos de ese día para esperar al Niño Jesús, importante no podíamos estar despiertos porque El Niño Jesús no nos dejaría nada de
obsequios, en tal sentido, hoy día me doy cuenta de conductas extrañas para
dejarnos los regalos en el arbolito y sobre todo que no nos diéramos cuenta,
pienso que de niños es una de las ilusiones y creencias más hermosas de la
inocencia de esas edades.
Recuerdo una vez que fuimos a pasar las navidades en la casa
de una tía, en donde vivía mi abuela materna también y una tarde de un sábado
mi abuela nos pide a los nietos que le compráramos cigarrillos porque ya se le
habían acabado y por supuesto nos íbamos todos los nietos al abasto quincalla
que quedaba a 2 cuadras de la casa, cuando llegamos allí nos conseguimos con mi
tía con el mostrador lleno de juguetes para El Niño Jesúsde cada uno de nosotros y mi tía al vernos a todos los
sobrinos e hijos, no le quedó nada más que tirar todo lo comprado por el mostrador
hacía atrás y regañarnos porque estábamos allí desvaneciendo la magia, al día
siguiente al ver los juguetes empezamos a atar cabos de quién era el verdadero Niño Jesús, pero aun así mi fe en él
sigue intacta . Además,no faltó la reprimenda de mi tía a mi abuela ya que hizo
todo lo que se le pidió que no hiciera, mucho
cuidado si vas amandar a los muchachos a
comprar algo al abasto quincalla.
La verdad que El Niño
Jesús me ha llenado de regalos maravillosos y yo agradecida por todo lo
recibido. Me ha llenado de ilusiones y esperanzas en los momentos más aciagos
de mi existencia y pienso que el que
tiene el norte de no hacer mal a nadie,siempre tendrá la certeza de
recibir lo mejor, cultivando la fortaleza del perdón y el agradecimiento por lo
recibido.
Hoy más que nunca brilla la estrella de Belén para iluminar
el camino hacia el Niño Jesúspara
bien de toda la humanidad.
Mis mejores deseos a
todos los hombres de buena voluntad que adornaran
mi mesa en esta navidad y agradecida de poder compartir nuestra tradicional
elaboración de las hallacas en familia, con su respectivo ponche crema y las
gaitas infaltables; hoy día mí familia que antes era pequeña, para mi regocijo,
puedo considerarla más numerosa, no podría estar más feliz por el Niño Jesús que me ha dado tanto.
Recibamos estas
navidades con profundo amor, paz, perdón
al lado de nuestros afectos más preciados y los que no estén cerca los
llevamos muy cerca en nuestros corazones para nuestro disfrute y el de ellos.
Que el Niño Jesús nos bendiga y le agradezco
porque éste grupo siempre exista en el tiempo, gracias por existir y estar
amigos escribidores, mis mejores afectos para ustedes y sus familias.
¡A recibir el 2022 con infinitas esperanzas que será para
mejor y que podamos abrazarnos y reencontrarnos!
jueves, 16 de diciembre de 2021
CEC Dic 2021. Santiago Porras
Cuando me encontré con el Niño
Jesús – Santiago Porras Rojas
Encontrar
al Niño Jesús tiene tela para contar sobre encuentros con el Niño Jesús, en mi
infancia y como adulto.
En mi
casa, ya desde el 18 de noviembre, por allá en 1964 mi papá traía unas cajas de
cartón, donde estabantoda la iconografía de una Belén,donde las figuras mas
grandes eran: un establo, la mula y el buey, los 3 reyes magos, el Ángel, la Virgen
María, San José, la Estrella de Belén, el pesebre y el Niño Jesús.
De
tal forma que el primer encuentro fue en una caja, posiblemente de Ajax. Allí
encontré al Niño Jesús y lo seguimos encontrando cada noviembre en alguna caja
de cartón.
En el
nacimiento no colocaban al Niño Jesús, pues lo esperábamos para la media noche
del 24 de diciembre, quien debía aparecer en el pesebre el día 25 que es
Navidad.
En
cuanto al encuentro había algunas circunstancias exigentes para el niño que yo
era, especialmente, respecto a pedir considerando que traeríasólo lo que pudiera.
Además, debía dormirme para que el Niño Jesús viniera, al parecer la idea era
no encontrarme con él mientras me colocaba los regalos alrededor del nacimiento.
Así
al levantarme, mi encuentro con el Niño Jesús lo representaba un regalo. Mi
felicidad estaba en haber encontrado un juguete anhelado, juntos con otros que
eran como una especie de “ñapa”. Confiaba en que ese regalo me dejaba saber que
él sabía quien era yo y el regalo era la manera de saber de él.
En
una segunda etapa, las tradiciones alrededor del encuentro con el Niño Jesús;
sin ser consciente de ello, empezaron a contagiarme de tal manera que,
encontrarme con él me invitaba a conectar con el canto de aguinaldos. El
significado del encuentro, en esta oportunidad era hacerme parte de una
preparación, de una integración con otros a fin de llegar alegres al día de navidad.
Al
estar aprendiendo a tocar el cuatro venezolano, nos entusiasmó crear un
conjunto aguinalderoentre mi hermana Elisa y mis primos Pascual y Andrés, que
llamamos “Los Cañoneros”. Hicimos nuestro “Logo” redondo con cartulina azul
claro, donde coloreamosun cañón haciendo “Pum” que nos lo colocábamos con un
ganchillo en una franela blanca. El repertorio era único, de una sola pieza
parrandera, el aguinaldo “Fuego al Cañón”.Recibimos muchos aplausos y
peticiones (Bis), luego incluimos “Niño Lindo”. En verdad que el Niño, aunque
no lo encontrara ya estaba allí en mis ilusiones.
De
camino entre la niñez y la juventud, Tuve un encuentro con el Niño Jesús en vísperas
del día de Reyes junto con papá, quien debía realizar un trabajo en la ciudad
de Valencia (Carabobo). En las calles había mucha gente y muchos buhoneros
vendiendo de todo, mi papá me invitó a pasear por la feriadonde me atrajeron
los juguetes, en especial un revolver cañón corto Smith Wesson 38 con sus balines
de pólvora. La compra no se realizó, papá dijo “es muy caro”. Volvimos a la
habitación del hotel, y mencionó que se le olvidó comparar una cajetilla de cigarrillos.
-Anda
a la cama y duérmete, mientras yo voy un momentico a comprar cigarros.
Obediente,
me acosté y cerré los ojos, y no podía dormirme. Cuando sentí que regresaba,
cerré mis ojos y fingí dormir. Mi viejo se acercó para verificar que estaba dormido
y al darse la vuelta,entreabrí los ojos y lo veo que toma una bolsa que traía y
sacó una caja con el revolver que colocó al lado de mis botas REX. Entonces
despejé la X y me encontré con un Rey Mago y al mismísimo Niño Jesús.
Nadie
antes me dijo nada de esto, pero lo que me gustó de este engaño venial fue
descubrir que yo también podía ser el Niño Jesús o un Rey Mago. La
representación fue en conjunto, trabajamos en equipo mi hermana y primos y,
como los reyes magos, un año mas tarde les dejamos a nuestros padres y tíosal pie
del nacimiento, unos chocolates y unas frutas que encontramos en la cocina para
que se sorprendieran al regresar del cine.
Poco
a poco comprendí que el Niño Jesús, se hizo grande y que todos los años nacía,
volvía a morir y resucitar. Entonces encontrarmecon el Niño Jesús empezó a darle
forma a una tradición vinculada con las virtudes humanas, entre las que
destacan otras fortalezas atemporales con las que alcanzamos a sostener una
convivencia fraternal y darle un nuevo significado a mi vida y nuestras vidas;
es decir, todos poseemos la cualidad para encontrar al Niño Jesús en otros y
ser encontrados por el Niño Jesús.
También
en ocasiones para otros podemos haber sido apreciados como el Niño Jesús.
Cuando
nos nace un hijo, un sobrino o un nieto es posible experimentar ese encuentro
milagroso con la esencia de la humanidad; la ternura hecha carne y hueso.
Cuando ante las adversidades, perdidas o desdichas conseguimos empatía,
compasión o solidaridad hay la certeza del encuentro con el Niño Jesús. En
momentos de compartir intereses, actividades o celebraciones allí nos
encontramos con el Niño Jesús
Encontrarme
con el Niño Jesús,es este instante en el que la Navidad
Es
Tu nombre
Allí habita para nosotros
El significado delencuentro
Que genera emociones positivas
Con las que accedemos
A encontrarnos con el Niño Jesús
en Belén
Al compartir palabras y deseos
cada día
Con aprecio al valor
De muchas acciones compasivas y
generosas cargada de bondad
Empatía, misericordia y alegrías.
¡Feliz Navidad¡
2021-2022
¡Feliz Año Nuevo¡
Encontrarse
con el Niño Jesús es una experiencia tan relevante y a menudo hasta
imperceptible, cuando estoy distraído en el mundo material y temporal.
¿Qué
me invita a encontrarme con el Niño Jesús? Creo que cada uno puede encontrar
esa actividad que lo procure.
Cantar
aguinaldos y parrandas para mi es una manera de encontrarme con él y así
ocurrió el pasado domingo, cuando saliendo de un confinamiento mínimo, logré
ser una entre muchas voces que cantamos en concierto de Misa de Gallo a la
Venezolana, dirigidos por el profesor Luís EduardoGaléan. Fue reconfortante, combinar
armonías y voces que anunciaban de la fiesta del encuentro de la divinidad
hecha semejante, y al cantar hacer vibrar a más de un centenar de personas con
la vida compartida en los latidos de todos, hechos uno con motivo de la
Navidad.
Es un
encuentro suculento del que nos alimentamos para celebrar la condición de ser
uno alrededor de la humildad. Allí los hechos dicen más que las mismas
palabras.
domingo, 12 de diciembre de 2021
¿Qué quisiera dar y qué quisiera recibir, hoy?/Tibaire García
Título: ¿Qué quisiera dar y qué quisiera recibir, hoy?
Me coloco ante esta pregunta, pienso, medito, y se agolpan en mi mente las respuestas. Las voy mirando una a una desde afuera, como si no me pertenecieran, en perspectiva, y descubro que todas ellas me muestran amor. Conducen, representan o invitan al amor.
Quisiera dar...
Un abrazo infinito a mi María Gabriela, mi hija del alma. Un abrazo que empiece y no termine. Que le diga "te amo", "te acepto", "me gustas tal y como eres", "no te sobra ni te falta nada", "tú puedes", "valido tus sentimientos, necesidades, inquietudes y deseos", "te bendigo por siempre, hija mía".
Quisiera dar...
Una mirada más relajada, comprensiva y compasiva a quienes me han herido, notándolo ellos o no. Sabiéndolo o no. Queriéndolo o no.
Quisiera dar...
Abrazos, besos y palabras que acompañen en la contención, alivio y aceptación por el papá ido, por el papá que se siente, que aún duele y no se ve, a mis amados Jesús y Kami.
Quisiera recibir...
Abrazos, abrazos...¡abrazos! De esos que he deseado tanto y que mi ser por completo ha necesitado en estos dos interminables años de pandemia.
Quisiera recibir...
El olor, la presencia, la sonrisa, la mirada, el café, la palabra cariñosa, el abrazo, la ocurrencia traviesa, de mi María Gabriela amada.
Quisiera recibir...
El amor del compañero. La pareja. La que no tengo y deseo. Su afecto recíproco y generoso. Su amistad y compañía. Su aceptación, respeto, reconocimiento y validación. Su deseo de piel, matizado de un profundo sentimiento amoroso. Su risa. Su apoyo y ayuda. Su alegría. Su ligereza, serenidad, compasión y empatía. Su compromiso con la vida, con sus amores, con él y conmigo. Su abrazo siempre a la mano.
Siempre quiero recibir la bendición de la salud. De mi salud. Un cuerpo fresco y en franca armonía, al que quiero darle atención, escucha, amabilidad, sentido, sueños, límites, risa, movimiento apropiado, alimento conveniente, vínculos amorosos, estructura, compasión y todo el esplendor y la magia de la naturaleza que Dios me ha regalado, con sus verdes, azules, ocres, sonidos y olores.
Tibaire García Pérez
28 de noviembre de 2021
El Sagrado Corazón de Jesús
Dar y recibir. El Sagrado Corazón de Jesús
A veces, uno suele no escuchar a su voz interior. No sé cómo llamarla porque suele aparecer como un saboteador, y en otras ocasiones, como un sabio. En mi época de estudios, y de cuando practicaba bioenergética, análisis transaccional, le decían a esa voz, “el pequeño profesor”. Resulta que a veces nos pasan cosas que se repiten y aunque esa voz alerta acerca de los riesgos, no le hacemos caso. Eso también pasa con el cuerpo cuando se resiente y avisa, pero nos hacemos cargo cuando hay que hacerse cargo.
Igual pasó con mis llaves. Durante muchos años he llevado las llaves de la casa en el cinto de la correa, con una suerte de ganchito. Hoy no puedo decir a que se debe ese hábito. Ahora me parece un absurdo; <las llaves de la casa colgando hacia afuera de la hebilla del pantalón>. Y no es solo eso, sino que en tantos años, como 10, tuve varios eventos desagradables. El primero trabajando en Guarenas, aparecieron. Luego, el segundo, las dejé pegadas en la reja de la casa de mis padres, aparecieron, la tercera cuando se partió la delgada tela del pantalón marrón (mi preferido), saliendo del carro, apenas hace tres meses, y esta última que les voy a narrar.
Esas llaves cuentan historias, se parecen a nuestra vida y a sus apegos. Vamos acumulando llaves hasta llegar a tener tantas que no sabemos para qué sirven, ni la mitad de ellas. Era domingo, como a las 2 de la tarde, salí de casa y me colgué las llaves del cinto. Llegué al supermercado, hice las compras hasta que en algún momento hice la reacción de costumbre para saber si las llaves aun colgaban. ¡Y esta vez, no!. Nuevamente apareció esa sensación desagradable de entre pánico, rabia, susto, y ansiedad. Un coctel desagradable. Mi mente hizo lo de siempre, recorrió lo que hice desde que cerré la reja, me colgué las llaves y caminé. –“Se me cayeron acá”, pensé, y pregunté en el supermercado, barrí debajo de los estantes, pregunté a los clientes, a los vigilantes; luego salí y subí la calle, y nada. Había llegado el día en lo que esa voz me alertaba siempre Sin embargo me dije:. –“Van a aparecer”
Un caos, no solo estaban mis llaves, sino las de la reja del edificio. Recordé un resbalón por causa de una piedra, bajando la calle que se fue por el desagüe y me pregunté, ¿Serían mis llaves?. Y creo que tuve la seguridad que eso pasó y así lo informé al presidente del condominio. Se me cayeron y las pateé. ¡No había otra explicación! Es raro que en tantos años nadie haya reportado pérdida o robo de llaves; a lo mejor eligen callar.
Ya en casa, recordé como me han aparecido las cosas que he perdido. Me lo recomendó mi amiga Janett de cuando yo estudiaba arquitectura y ella ingeniería. –“Pídele al Sagrado Corazón de Jesús que aparezca lo perdido, el siempre ayuda”, me dijo. Esa noche lo busqué en Internet y se lo pedí de corazón a corazón. También decía que San Antonio era bueno encontrando las cosas perdidas, así como hace con los grandes amores, quizá por eso me acordé de ella ese día.
El mismo domingo busque un juego de llaves que dejé en la casa de mi familia, y pude entrar a casa. El lunes las copié, completé un juego nuevo y de 30 llaves bajó a 8. –“Esto es una gran enseñanza”, me dije como para equilibrar el desconsuelo. Ya no era un llavero de colgar sino de colocarlas en el bolsillo. Así había resuelto al menos, la mitad del problema: la necesidad.
El martes ya lo daba por hecho, no era justo que le exigiera al Sagrado Corazón que me ayudara en tan difícil tarea. A las 3 pm del martes, sonó la puerta de mi casa; era el portero, y me preguntó: -“¿Usted perdió sus llaves el domingo?” y una maravillosa sensación de esperanza recorrió mi pecho. –“Si, yo le dije al presidente del condominio que creía se me cayeron en un desagüe”. El portero continuó: -“Alguien encontró una llaves y se las dio a un vigilante de un edificio. El vigilante acaba de subir a pie y yo estaba en la puerta y me preguntó si sabía de alguien de este edificio que había perdido unas llaves. Se llama Santiago, está en el Conjunto Casa de Campo, suba de una vez”, exigió. Y terminó diciendo: -“No sé porque se me ocurrió que pudiera ser usted”
Agarré mis nuevas llaves, mi esperanza, y subí, casi corriendo, con el Sagrado Corazón de Jesús en una mano y la fe, en la otra. Santiago fue amable, me mostró las llaves y reconocí de inmediato el brillo de la luz tostada del sol del atardecer, en ellas, del rayo de la esperanza, del agradecimiento profundo. Lo que puede darle no se compara con lo que recibí; era lo que tenía. Recuerdo que en un gesto de humildad, me arrodillé y agradecí ante Dios.
Hoy, a un mes del evento, recorro mentalmente los dos días en que esas llaves hicieron su travesía hasta llegar al origen, nuevamente. Hoy soy agradecido. Creo mucho en la esperanza y aun más en la Fé. Hoy entiendo acerca de las fortalezas que me acompañan, y de aquellas cosas que aun no podemos explicar con palabras, y que hemos compilado en lo que llamamos “espiritualidad”. El camino al propósito de vida es largo, pero es maravilloso. Hoy agradezco nuevamente al Sagrado Corazón de Jesús.
jueves, 9 de diciembre de 2021
Reunión de diciembre 2021
CEC
Club de Escribidores de Caracas
Tema de diciembre 2021
"Ese día que vi al niño Jesús"
Host: Don Omar
Sábado 18 de diciembre de 2021
10:30 am
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