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domingo, 21 de mayo de 2017

Mayonio

Mayonio se encontraba frente al cadáver de su abuela que acababa de fallecer. Sobre su hombro izquierdo, la mano de la enfermera Alicia que la atendió en los últimos momentos. Su cara dibujaba una leve sonrisa y miraba también, la cara  de la sonreída difunta.   Cualquiera que hubiera visto la escena, pensaría en la rareza de dos mujeres sonreídas, una viva y una muerta,  como quién lo hace en complicidad extrema o justo en los desvaríos de la adolescencia desde cuando se comparten secretos ocultos

Mayonio fue criado por su abuela materna ya que su madre falleció el día de su parto hace ya 30 años en este mismo día un 25 de julio. Muchas veces le preguntó Mayonio a su abuela acerca del origen de su nombre, pero siempre obtenía la misma respuesta:
-Mayonio era un emperador romano

-Pero abuela, no aparece en ningún libro, ¿No será otra cosa?

-No hijo, tu madre quería que te llamaras como un emperador romano y que nacieras un 25 de julio. Solo los hombres importantes nacen un 25 de julio.

La verdad es que la madre de Mayonio quería llamarlo Julio Cesar y que naciera el 25 de julio por Cesarea, como los Cesar, pero la vida se le adelantó y le tenía otros eventos preparados.

 Mayonio no entendía cómo, si era” descendiente” de la realeza romana, tenía una vida tan extraña. Casi había crecido; cuando niño actuaba como grande y ahora como grande actuaba como niño; que casi se caso, a no ser porque la novia desapareció, o casi pasaba en los exámenes; es decir, su vida se movía en lo justo, en los límites, o al menos así lo veía él, en retrospectiva. Lo que si era absoluto era la soledad que sentía. Su madre fallecida al nacer, su padre desconocido (y que nunca conocería pues fue una decisión de su madre que naciera de inseminación artificial), sin hermanos ni nada, y ahora, le tocaba a  su “mamaíta”.

Hasta ese momento no había comprendido la causa de su personalidad, sentía como si a su vida le faltaba una pieza importante, con la cual podría seguir adelante.
Pero Mayonio en la sala de la clínica y para variar tiene emociones encontradas; está triste por la partida de lo único que tenía, pero está tranquilo por las verdades develadas. Mayonio, aun llorando se voltea y mira a la enfermera y le dice, “Gracias”.
Momentos antes, casi en el momento justo de la partida, Mayonio con la mano tomada de su abuela, la observa.

-Parece que quisiera decirte algo, dice Alicia

-La verdad es que está como ansiosa y quiere como hablar

-Quizá quiera decir tu nombre, ¿cómo te llamas?

- Me llamo Mayonio

-¿Verdad? Hace treinta años ayudé con un parto y se llamó Mayonio, al bebé, que casualidad, ¿no?. Pero este se llamó Mayonio Tobías
-Yo me llamo Mayonio Tobías

-No puede ser, ¡te consigo treinta años después!.

- A lo mejor me puedas contar el origen del nombre, de mi nombre

-Claro, lo recuerdo perfecto. Tu madre murió al tu nacer. En el momento del parto te caíste en el tobo, aquel donde cae la placenta. Todos los bebes que caen en el tobo los llaman Tobías.

-¿Y Mayonio?

-Ah, es que no naciste un 25 de julio sino el 31 de mayo, eran las 12 de la noche cuando naciste y se fue la luz. Cuando volvió la luz, el reloj estaba parado en las 12. Yo estaba llenando la ficha de tu nacimiento y le pregunté al partero, ¿qué fecha ponía, si mayo o junio?. El doctor estaba como concentrado y solo repetía lo que le preguntaba: -Mayo o junio… mayo o junio. –Y de repente dijo, -Ponle Mayonio….uhmmm… Mayonio Tobías, por lo del tobo. Esto lo hizo porque la madre falleció y ella estaba sola; aun no sabías de la existencia de una abuela.

Lo que no sabía Alicia sonriente que miraba a la abuela feliz por la verdad develada, es que Mayonio entre su tristeza, también sintió una paz interior, un alivio por lo que escuchó en ese momento y que al mirar a su abuela, compendió que eso era lo que estaba tratando de decirle antes de partir.

Hoy, 10 años después, Mayonio corre en el parque detrás de su hijo y su esposa. Ya ni recuerda cómo se siente el vivir entre dos aguas, en el límite. Ahora tiene una vida plena, ahora juega con su hijo Julio Cesar, nacido un 25 de julio.