sábado, 16 de noviembre de 2024

y nos volvimos ellos/Marìa Elena Garassini

 “Y nos volvimos ellos”

Siempre allí presentes, modelando comportamientos, decisiones, propuestas,

posturas, rutinas, entretenimientos, relevancias, asombros, inquietudes,

tranquilidades… en fin una forma de abordar la vida, esa vida que nos toca vivir.

Desde la tierna infancia alguien nos alimenta, nos viste, nos pasea, nos enseña,

nos acompaña, nos educa, nos hace surfear las olas de la vida con un tipo de

tabla particular y con experiencias de manejo de olas de diferente tamaño e

intensidad. Nuestros progenitores son esos primeros adultos significativos ,“role

model”, que inicialmente van tomando decisiones por nosotros, después tomarán

decisiones con nosotros y finalmente respetarán, valorarán o rechazarán

nuestras decisiones. Hacer una retrospectiva de ese viaje con ellos, es un ejercicio

de memoria emocional selectiva, evocando situaciones variadas que, por alguna

razón, fueron importantes para nosotros.


Mi madre me evoca situaciones de meticuloso cuidado, asociado a rutinas y

rituales que me brindaron seguridad como niña, como adolescente, como joven,

como pareja y finalmente como madre y abuela… y entonces, en algunas cosas,

me volví ella.

Mi padre me evoca situaciones de momentos especiales, cuidados especiales,

actividades especiales, fines de semana, vacaciones, que me brindaron seguridad

como niña, adolescente, como joven, como pareja y finalmente como madre y

abuela. No puedo dejar de nombrar a mi padre como “rol model” de profesional

(médico gastroenterólogo) y persona que es curioso, estudioso y practicante del

cuidado personal y la salud integral propia y ajena… y entonces, en algunas

cosas, me volví él.


Cuando vamos creciendo empiezan a aparecer otros significativos en nuestras

vidas. Un desfile de familiares extendidos como tías y tíos, abuelas y abuelos,

primos y primas empiezan a aparecer y nos acompañan en diversas situaciones

como encuentros familiares, de celebración de diversos eventos, que nos modelan

mucho el cómo divertirse y compartir los espacios con otros, para atenderlos o

dejarse atender, conversar , comentar, reír o llorar. Aunque estuvieron todos allí,

quizás las más significativas sean mis abuelas, de quienes aprendí a servir y a

consentir a otros… y entonces, en algunas cosas, puedo haberme vuelto ellas.

El mundo educativo, que inicia desde el preescolar, la primaria, el bachillerato, el

pregrado, postgrados, y múltiples formaciones profesionales, han estado llenas de

otros significativos que se convirtieron en maestros, modelos e inspiración en mi

vida. Puedo recodar a mi maestra María Auxiliadora de tercer grado, modelo de

preocupación genuina por sus alumnos, su aprendizaje y su bienestar, también

recuerdo a la profesora Ligia, de historia universal en bachillerato, modelo de

creatividad para hacer vivir a sus alumnos los sucesos de la historia. Llego al

ámbito universitario y recuerdo a la profesora Alida Cano, modelo de integración

de la vida familiar y profesional, de la profundidad y adecuación para atender y

estudiar el desarrollo humano, así como de cercanía, cariño y hasta la actualidad

,“hermosa amistad “. 

Recuerdo también una formación en terapia familiar que nos

facilitó el Dr. Andrés Nazario con Fundana, en convenio con la UNIMET, quien fue

un verdadero “role model” para una profunda comprensión y aceptación de la

diversidad y el abordaje sistémico de personas, parejas y familias. Recuerdo otro

gran maestro, el Dr. José Arturo Luna, director y profesor del Instituto Colombiano

de Logoterapia y Análisis existencial, de quién aprendí todo lo que se de ese

maravilloso modelo de comprensión del hombre. De alguna manera, en algunas

cosas, me volví ellos, o por lo menos eso quisiera.


Este escrito, que se convierte en un homenaje a los otros significativos en mi vida,

quienes fueron fuente de inspiración y aprendizaje, y “me volví ellos” o más

bien, “me volví una combinación de ellos”, ha sido un gratificante viaje por mi

vida llena de situaciones y personas afortunadas. De nuevo termino otro de mis

escritos con el mantra “gracias a la vida que me ha dado tanto”.


María Elena Garassini

No hay comentarios:

Publicar un comentario