miércoles, 29 de abril de 2015

La duda

La duda se ha colado por una ventana que se abrió en ese instante desgraciado, en el momento en que no hacía falta, pero que llegó de todas maneras.

La duda es como una polilla. Se mete en ese clóset que es el alma con muchas ganas de instalarse para siempre. 

Se va comiendo todo lo que hay allí a pedacitos, sin remordimiento. Minuto a minuto, sin descansar. 

A la duda no le importa que no tengamos abrigo en el próximo invierno o faldas cortas para el verano. No hay naftalina que la espante, sólo la verdad acaba con ella. 

La duda le está dejando la ropa del alma como un colador, y yo aquí me apuro a tejerle un suéter de esperanza.

martes, 28 de abril de 2015

Esperanza Tricolor



Es imposible no ver el dolor y la desesperación de una Venezuela que a diario grita en silencio el arrebato de su dignidad. Hoy estamos desnudos ante el mundo, es uno de esos episodios de la historia en que las sociedades son empujadas al extremo en el cual muestran lo peor y lo mejor de sí mismas. Sin duda hemos sido testigos de ambas cosas.

He seguido de cerca diversos debates que se han planteado en nuestro entorno sobre la difícil pero soberana decisión de abandonar el país, y lejos de los epítetos y juicios que han sido emitidos por los que se quedan y por los que se van, pienso que ambos, tienen en el fondo algo de temor y valor.

El que se queda tiene la valentía de asumir y enfrentar el desgaste del cada vez más acelerado proceso de deterioro de la calidad de vida, a la vez que se atemoriza de lo nuevo y lo desconocido que implicaría comenzar una vida desde cero fuera de su tierra, familia, amigos y zona de confort. Por el contrario, el que se va, asume el reto de arriesgarlo todo con valor, de dar el salto hacia un vacío incierto que puede estar pleno de éxitos pero también de fracasos, al mismo tiempo, siente el terrible temor de quedarse y engrosar en esta ruleta rusa llamada país, las trágicas estadísticas que ya son parte de nuestra cotidianidad.

Pero lo cierto es que ambos tienen toda la razón, los dos son tan venezolanos como el alma llanera, a la vez que muy valientes por la decisión que están tomando. Aunque no sea de una forma tan consciente ni evidente, tanto los que se van como los que se quedan, tienen algo en común que los une, y es que toman sus decisiones basados en la ESPERANZA, o como yo lo defino: ESPERAR CON ANSIA. Ambos ven en el futuro al menos una posibilidad de éxito, a pesar de todas las dificultades que tendrán que atravesar, (porque lo único certero es que ambos tendrán que atravesar y superar muchos obstáculos).

El instinto humano de vivir, de surgir y de superar la adversidad es más poderoso que cualquier cosa. Ese pequeño concepto humano, del que dicen “es lo último que se pierde” ha sido la fuente de los más increíbles milagros de la humanidad,  aferrándonos  a la vida y esperando con ansia el destello de luz que nos devuelva la paz y la serenidad perdida. Entonces irse o quedarse no es el meollo del asunto, hasta donde nos tengamos que ir, o hasta donde nos tengamos que quedar, debemos mantener encendido ese faro que guíe nuestro barco a puerto seguro.

Martin Luther King dijo: “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol.” Y es que la esperanza nace y vive en aquello que ignoramos, que es muchísimo, y se va desvaneciendo en aquello que ya conocemos, que es prácticamente nada.

Oscar Morillo

Abril 2015

Moviendo la lámpara

No hay espacio de Esperanza que no atraiga, como invitado no deseado, a su Yan, la desesperanza. Y a veces siento que es más la incómoda invitada quien convida a la dueña de la casa como si de su fiesta se tratara.

En esta eterna lucha entre dos fuerzas aparentemente opuestas, pareciera que una de ellas atentara con arropar por completo a la otra. Pareciera que se esforzara por hacerla desaparecer por completo con el fin de extender inexorablemente sus dominios. Sin embargo, esto sin lugar a dudas es sólo posible en el compás del tiempo.

Al colocarme mentalmente en el  taijitu (representación gráfica del Yin y Yan) más que cuestionar  las razones por las cuales decaigo en el lado oscuro de la desesperanza, me pregunto qué antorcha y en qué lugar colocarla para hacer  notar el lado luminoso.

Conozco lo que está mal. De una forma casi espontánea,identifico las amenazas creando seres mitológicos de apariencia aterradora. A cuenta de poseer los recursos, le doy paso a todo aquello que de manera instantánea opaque la luminosidad que puedo ofrecer y en ocasiones hasta me cuestiono si una pequeña lamparita hace diferencia en el curso de la historia.

Y es desde allí donde empezaron a brotar las ideas. Es desde este punto donde nacieron los descubrimientos de dónde alumbrar. Comprendí que puedo alumbrar con poca eficiencia un estadio con una lámpara de 60 watts, pero sí una pequeña buhardilla donde se generen muchas ideas.
Comprendí que sólo en el hacer está la posibilidad de cambio, desde lo pequeño, desde lo cotidiano.

Es allí, desde el lado luminoso que puedo contagiar a mi entorno, tan sólo moviendo la lámpara.

César Yacsirk
Abril 28, 2015

Algo bueno tiene que pasar

En tiempos de escasez e inflación se hace grande. Mi esperanza exige poco, se alimenta de las cosas sencillas de la vida.

Florecer. Tomé esta foto en una calle de Caracas, con los ojos de mi esperanza
Donde yo veo colas para comprar ella ve gente que cree y anda por ahí con sus esperanzas engrandecidas. Cuando yo siento que el final del día llega y me queda una larga lista de pendientes, ella ve un hermoso atardecer naranja y la mirada de mis niños con ganas de jugar.


Mi esperanza demanda poco, a veces casi ni se siente, pero cuando las ganas me fallan ella está ahí. Aparece, me abraza y me cuenta al oído el futuro bonito que ella ve. Algo bueno tiene que pasar, dice. Mi esperanza es generosa.

Nayari Rossi Romero.-

Mi Esperanza

Mi esperanza es la amiga que me hace cosquillas para que me despierte y no deja que me duerma, me susurra al oído y me invita a cantar, bailar y a soñar de una manera entusiasta y amable conmigo misma, no me permite el abatimiento ni asustarme por la realidad.

Es tener la certeza de que mi lucha, mi trabajo y tantos años de esfuerzo no quedarán en vano, no se perderán. Ella me invita a confiar en mí misma, en los demás, en mi país y en el mundo...
Es confiar en lo que en ocasiones me cuesta tanto creer.
Cierro los ojos y me veo feliz, sana, abrazando la vida, en mi país, mi casa, con mis hijos y nietos, con todo lo que amo.

Nutrir mi esperanza es una tarea diaria. Siento que es mi deber, es mi motor para mantenerme en el camino. A ella le confío mis miedos para que los abrace y los calme y con su amor se haga mas fuerte, llenándose con una sonrisa su rostro.





Yvette Henríquez


lunes, 27 de abril de 2015

MI ETIQUETA LA ESPERANZA

SOS…¡La esperanza se me ha perdido!,

quien la vea, que me la devuelva.

¿Vivir sin esperanza?, no concibo la vida sin ella,

cuando se me escapa, mi vida se convierte en cuadritos sin sentido.

SOS…¡La esperanza se me ha congelado!,

de tanto tropezar, de tanto hurgar imposibles, se me ha agrietado.

Cuesta abajo se desliza y languidece,

perdiendo  su esencia, palidece… atrofiando mis sueños.

SOS…¡La esperanza se me ha enredado!,

se ha convertido en una maraña sin pies ni cabeza,

enredada en su propia maleza, arrugada y sin brillo,

ya ni siquiera gime, ya ni siquiera llora, así será… que está toda seca.

SOS… ¡Mi esperanza ha tocado fondo!,

su  dolor retumba y la herida sangra, haciendo pedazos su piel.

¡Que pare y encuentre la mesura!... que se acueste y se quede dormida,

para que mañana…vuelva a calzar una nueva mañana.

¡Alas dormidas de mi pensamiento!... la nueva era de la esperanza

se asoma  en el horizonte, con una nueva forma de hacer caminos,

con una nueva forma de pisar espinas, sin que los pies sangren,

sin que el viento se atore y ahogue el aliento.

La maestría, en la gerencia de la esperanza emerge,

 mi título y mi etiqueta llevarán impreso:

“Sin esperanza, no vas al baile de la vida”.

“Sin esperanza, no hay porque seguir caminando a la deriva”…

Es tiempo de que los árboles con las hojas muertas,

succionen la sabia de la vida… desde su más hondo suelo.

Es hora de que las raíces se hagan más profundas,

para que el vendaval, apenas parezca una ventisca.

Quiero tener a la esperanza galopando entera detrás de mí.

La quiero, cerca, muy cerquita a mis caídas extendiéndome su mano.

La quiero, cerca…¡muy cerquita!…

dilatando su caricia en la sombra de mi alma.

Mi nueva esperanza está naciendo…esa que nada la destruye…

…La Esperanza Bambú…

Esperanza lumbre del mañana…siempre estarás en mi mañana,

cuando mi hoy se quiebre…

GUDELIA CAVERO HURTADO

domingo, 26 de abril de 2015

La Esperanza en cada día


La Esperanza en cada día   




Me despierto en la mañana y doy gracias por un nuevo día. Abro los ojos y la luz matutina me empuja a moverme, en mi mente escribo: “hoy será un buen día”. Es un pensamiento de esperanza, de aliento y de todo aquello que me puede ser favorable en la jornada que inicia.

Pero no niego que ha habido días en que me he preguntado: ¿Sigo en el camino que me traza el día?, ¿dejo que las cosas pasen?, ¿olvido mis acciones y espero? Son pensamientos que me invaden en pocos segundos, tan rápidamente que me consumen. Pero llega un destello con fuerza y confianza  que ilumina mi mente: "Me apoyo en la esperanza”.

Volver a soñar cada día, confiar que puedo hacer de mi vida mi mejor versión, me da las fuerzas y la serenidad que en el mundo se encontrará un mejor camino.

Tener esperanzas o no tenerlas hace una gran diferencia. Hay momentos en los que la vida se vuelve algo confusa y sin sentido si no tenemos esperanzas. No tener esperanzas nos hace indiferentes nos lleva al desaliento.

En cambio, la esperanza es como una madre amorosa que nos da fuerzas. Que nos motiva a que seamos creativos en las circunstancias difíciles, que nos retan y que nos hacen crecer. 

Tenerla cada día es como ir acompañado de un halo protector que nos recuerda que existimos y que buscamos un sentido a nuestra vida. Un halo que que nos invita a pensamientos posibles, a un lenguaje poderoso y que nos da serenidad y confianza para no perder el rumbo de aquello que anhelamos.

La Esperanza en mí día a día es la confidente de mis inseguridades, es mi aliada, me acompaña, me da valor, me da confianza y siempre me da la seguridad de que… “hoy será un maravilloso y poderoso día”.

Janet Jiménez

Abril, 2015

martes, 21 de abril de 2015

Extracto de la novela que escribo: La esperanza de David


Está pronto el amanecer. Las lágrimas parecen haberse agotado por completo y se han secado por sí mismas. Está extenuado, sumido en una calma extraña. Tras la ventana una bruma resplandece anunciando un día nublado, aunque posiblemente sin lluvia.

Le provoca escuchar algo de música y se decide por Debussy. Inicia con Preludio para la siesta de un fauno. Unos pocos compases comienzan a surtir efecto. Parecen aliviarle. Un nuevo impulso comienza a dar vida a su cuerpo que ya estaba pálido y entumecido. Su mirada ahora tiene mayor vivacidad, como si ya no le pesaran los párpados. Una nueva energía recorre por su interior. Y piensa, que de todo lo que se fue, todavía está Susana; tal vez podría tener un nuevo comienzo con ella.

Súbitamente, en su mente las ideas comienzan a encajar con nitidez. Podría alquilar nuevamente las habitaciones. “Ella es muy buena para llevar esto y lo va a hacer con gusto”, pensó. ¿Estará dispuesta a volver a comenzar y dar una nueva oportunidad a lo nuestro?, se preguntó.

Ahora suena Claro de Luna. Una sonrisa se esboza en su rostro mientras cierra los ojos. Se olvida por un momento de sí mismo y de sus problemas y se entrega a la melodía. Sus ojos se humedecen, pero esta vez en un rostro diferente. Siente el pecho liviano, la cabeza despejada y el cuerpo ligero. No ha pegado un ojo en toda la noche, pero se siente fresco, con cierto furor por retomar su vida. Sale a caminar un rato por la ciudad.

¿Y si la invita a desayunar? Su corazón se agita de solo pensar que vuelva a ser tan dichoso como en sus mejores momentos con ella. Suena la Obertura de Tannhaüser en el Walkman que lleva consigo. Se siente gratamente conmovido. Se anima a marcarle. Sale la contestadora. Se fija en la hora y son apenas las 6.10 a.m. Continúa la caminata con vitalidad.

Observa a su paso la entrega de los diarios en los kioscos de la ciudad. Se detiene a mirar los titulares de la prensa unos minutos. Ocurrió un malentendido en Perú cuando las fuerzas armadas dispararon a una avioneta supuestamente comprometida con el Narcotráfico según información compartida con la CIA. Pero resultó ser una familia Norteamericana inocente. Piensa que esto se parece al malentendido con Susana. Esa noticia contrasta con el anuncio de la sonda enviada al planeta Marte. Prefiere pensarse como esa sonda, atreviéndose a explorar lo novedoso.

Víctor Calzadilla

sábado, 18 de abril de 2015

¿ Por qué necesito que escribamos sobre la esperanza?



Porque espero que Venezuela se renueve creativamente todos los días. Busco en las noticias, las conversaciones y en todos los rincones la aparición de ideas creativas producto de las puertas que se cierran, los espacios que desaparecen, el deterioro que carcome.

Porque espero que Venezuela se mantenga activa, creyendo en sí misma, activa mostrando lo mejor de sí, activa brindándole belleza a sus habitantes, activa coloreándonos la vida.

Porque espero que Venezuela promueva la agencia personal de los venezolanos, que aunque no somos todos ni tan iguales, ni tan chéveres, sí somos todos mejorables y perfectibles si encontramos oportunidades dignas y exigentes.

Porque espero que Venezuela nos cobije para desarrollar nuestra determinación, la determinación para lograr lo mejor de cada uno, para ofrecérnoslo, para ofrecérselo a los otros, para ofrecérselo al país.

¡No quiero dejar de creer en la ESPERANZA de los venezolanos!



lunes, 13 de abril de 2015

Esperanza = Esperar con Certeza


Se dice que es lo último que se pierde y es lo único que se necesita para dar el primer paso al frente.

Muchos dicen que es verde, aunque Diego Torres en su canción Color Esperanza nos invita a pintarnos la cara de su color sin asignarle ninguno en particular, así que inspírate e imagínala como más te guste.

Para mí la esperanza es como la bocanada de aire que tomamos después de contener la respiración por un largo período de tiempo, ¿has nadado bajo el agua alguna vez? Contén la respiración lo más que puedas y sé consciente del momento en que hagas tu primera inspiración. ¿Qué sentiste? un gran alivio ¿verdad?

Pues la esperanza es eso, el gran alivio de la vida, es la bombona de oxígeno cuando las adversidades nos dejan sin aliento.

Es probable que la esperanza sea un poco miope y por eso tenga un paso delante de nosotros y así poder mirar mejor el futuro incierto. Proviene de la palabra esperar y se me ocurre que pueda tener una combinación curiosa con certeza, ya que la esperanza es como esperar con la certeza de que va a ocurrir lo mejor.

En el siglo XXI ya no solo se puede esperar sino que hay que actuar, debemos vivir con la esperanza de que todo mejorará, pero al mismo tiempo necesitamos ponernos manos a la obra para que eso se convierta en realidad. Debemos inspirarnos y ¡hacer que pase!

Es prima del optimismo y la fe, alegre, ingenua y muy activa, porque es la fuerza que nos hace avanzar, no se quedó quieta hasta que Pandora abrió de nuevo su caja para dejarla salir y por eso quizá tiene un espíritu aventurero especial, que la hace una compañera indispensable en cualquier camino que deseemos emprender cada día de nuestra vida.

¡No la pierdas nunca, avívala siempre!


Katerina Rojas
13 de abril de 2015



lunes, 6 de abril de 2015

Algunas historietas de Santiago

A los 2 años y medio a mi sobrino Santiago le diagnosticaron una condición especial, es Asperger, de allí en adelante tuvieron respuesta algunas de sus excéntricas conductas y surgieron muchas interrogantes que hoy a sus 7 años, todavía siguen en espera de ser aclaradas.

Santiago es un niño divino, mezcla de las excentricidades de 2 padres bohemios, estudiosos del cine y egresados de la Escuela de Artes de la U.C.V, posee un alto nivel de inteligencia y una sensibilidad casi extrema a los estados de ánimo de su entorno.

Generalmente sorprende con sus respuestas, que a veces parecerán ensayadas, muy histriónico lo cual lo ha llevado a representar varias obras en su Escuela, voluntarioso y sobre todo original. A continuación les comparto algunas de sus anécdotas recientes, mezcla de su condición,
mezcla de ingenuidad, que en su momento nos han hecho reír, enternecernos y en ocasiones sentirnos un poco azorados por considerarlas “imprudentes”.

Almuerzo en el Chef Chino: En ocasión del cumpleaños de mi hija Valentina, por ser esta amante de la comida cantonesa, decidimos llevarla a comer al Chef Chino, la invitación que surgió fue: vamos a comer a los chinos del Bosque. Santiago nos miró a todos un tanto sorprendido, pero como se trataba de una salida y en homenaje a Valentina, la más querida de sus primas, se entusiasmó y alistó para salir. Al aproximarnos al local, comenzó a preguntar qué íbamos a comer, a lo que todos invariablemente contestábamos: ¡chino!, ya verás que te va a gustar, parecía inquieto y poco convencido, pero seguíamos conversando de otros temas y lo logramos distraer. Llegamos al restaurant y allí no pudo contener su preocupación y le dijo a uno de los mesoneros, “señor nosotros no queremos comerlos, yo le explicaré a mi familia que los chinos no se comen, pierda cuidado”... todos estallamos en risa, para el mesonero, dado su corto español, el comentario no resultó muy entendible, afortunadamente, y nos tocó explicarle a Santiago que efectivamente no comeríamos chinos, sino comida china. Muy sonriente después de la explicación, se dispuso a probar los distintos platos que se pidieron, para concluir airoso, “me gusta la comida que preparan los chinos.”

Visita de Evangélicos: En días pasados, tocaron a la puerta de su casa y en un descuido de sus padres, Santiago fue a ver quién era. Se trataba de un joven que comenzó a comentarle de algunos temas bíblicos y lo entretuvo durante un rato. Cuando mi hermana se percató de la presencia del extraño en la puerta, se acercó para escuchar a Santiago que le decía al joven, “señor no iremos a la Iglesia, nosotros nunca vamos”, luego de cortar la conversación, mi hermana le reclama a Santiago el abrir la puerta sin autorización, a lo que el niño le responde: “Mamá este señor vino hablarnos de nuestros ancestros, me dijo que a Jesucristo lo habían matado unas personas, ojalá yo me consiga a esas malas personas, para patearles los traseros y orinarles la cara”, la madre intentó calmar su molestia y le comentó que el hecho había ocurrido hacía muchos años y que Jesús había resucitado, a lo cual se mostró Santiago muy complacido, diciendo: “excelente noticia mamá, me alegra que haya resucitado”.

Encuentro en el Ascensor: Bajaba Santiago en el ascensor del edificio donde vive, conversando con su abuela. En el piso 09 se subió una señora vecina, que lo saludó y comenzó a preguntarle ¿cómo estás? y ¿cómo te portas?, muy serio y ceñudo, Santiago le hizo la siguiente observación: “Señora Carmen, estoy hablando con mi abuela, es de muy mala educación interrumpir y usted ni siquiera nos ha pedido permiso para hablar”, a mi mamá se le enrojeció rápidamente el rostro y se deshizo en excusas a la señora Carmen, esta a su vez le dio la razón al niño y le comentó, -tienes razón Santiago no me había dado cuenta de que estaban hablando-, a las palabras de la señora Carmen levantó Santiago el pulgar de su mano derecha y le indicó, “muy bien señora Carmen, ahora sí lo está haciendo muy bien, espere que termine de hablar con mi abuela y entonces converso con usted”.

Cuando propusieron el tema del mes, enseguida pensé en mi querido Santiago, mezcla de ingenuidad, picardía y arrojo, por lo que quise contarles alguna de sus anécdotas.

María de los Ángeles Sueiro Marzo 2015

Ingenuidad

Debo confesar cuán difícil fue escribir sobre este tema, es ahora, después de leer

sus maravillosos escritos cuando llegan a mi mente suficientes elementos que me

permiten hablar por breves instantes de éste tema tan fascinante.

La palabra sin duda, suele asociarse a la niñez, ¡y no debe confundirse por

supuesto con la ignorancia!

Recordé un cuento que me encanta y que lo he regalado tanto que no tengo

ninguno y tendré que comprarlo nuevamente. “El expreso Polar” y me gusta tanto,

porque habla justamente de que los adultos perdemos la ingenuidad, pero el

protagonista del cuento, aun cuando creció conserva esa dosis de ingenuidad

necesaria, que te mantiene atado por un hilito de plata al mundo de la fantasía

para nunca perder el camino.

La ingenuidad de los pequeños de la casa enternece ¡y nos divierte!, y en mi caso

hasta me entristecía un poco darme cuenta de que mis hijos habían descubierto

algunas realidades que los acercaban irremediable y aceleradamente al mundo de

los adultos; y es que ésta (la ingenuidad) va siendo reemplazada por la “malicia”,

lo que de alguna manera nos protege y  en algunos casos nos aleja  del  peligro.

En mi mundo profesional la misma ingenuidad que en los niños nos divierte, puede

convertirse en el mayor enemigo de las personas con discapacidad intelectual ya

que los convierte en seres vulnerables, susceptibles de engaños, chantajes,

estafas, así que, lo que quiero prolongar en un niño, debo cortarlo lo más rápido

posible en un niño con discapacidad intelectual  al que guío hacia la

independencia para evitar que quienes los deben proteger y cuidar se

aprovechen.

Mi personaje característico favorito que aún suele arrancarme - ya no carcajadas

cómo hace años-, pero si sonrisas de ternura, vive en un barril de madera, es

travieso y muy, muy ingenuo y le encantan las tortas de jamón. Y digo que, “es”,

en absoluto presente, porque el autor falleció hace poco, pero el personaje morirá

para mí cuando yo muera.

Así que queridos lectores, muchos de mis escritos terminaran diciendo, “que el

cascabel aún suena para mi”  y su sonido siempre me devolverá lo necesario para

poder entrar en el mundo de los niños ¡y poder juegar!

¿El cascabel suena para ti?

Gladys Boza