La Esperanza en cada día
Me despierto en la mañana y doy gracias
por un nuevo día. Abro los ojos y la luz
matutina me empuja a moverme, en mi mente escribo: “hoy será un buen día”. Es
un pensamiento de esperanza, de aliento y de todo aquello que me puede ser
favorable en la jornada que inicia.
Pero no niego que ha habido días en que
me he preguntado: ¿Sigo en el camino que me traza el día?, ¿dejo que las cosas
pasen?, ¿olvido mis acciones y espero? Son pensamientos que me invaden en pocos
segundos, tan rápidamente que me consumen. Pero llega un destello con fuerza y
confianza que ilumina mi mente: "Me
apoyo en la esperanza”.
Volver a soñar cada día, confiar que
puedo hacer de mi vida mi mejor versión, me da las fuerzas y la serenidad que
en el mundo se encontrará un mejor camino.
Tener esperanzas o no tenerlas hace una
gran diferencia. Hay momentos en los que la vida se vuelve algo confusa y sin sentido si no tenemos
esperanzas. No tener esperanzas nos hace indiferentes nos lleva al desaliento.
En cambio, la esperanza es como una
madre amorosa que nos da fuerzas. Que nos motiva a que seamos creativos en las
circunstancias difíciles, que nos retan y que nos hacen crecer.
Tenerla cada día es como ir acompañado de un halo protector que nos recuerda que existimos y que buscamos un sentido a nuestra vida. Un halo que que nos invita a pensamientos posibles, a un lenguaje poderoso y que nos da serenidad y confianza para no perder el rumbo de aquello que anhelamos.
Tenerla cada día es como ir acompañado de un halo protector que nos recuerda que existimos y que buscamos un sentido a nuestra vida. Un halo que que nos invita a pensamientos posibles, a un lenguaje poderoso y que nos da serenidad y confianza para no perder el rumbo de aquello que anhelamos.
La Esperanza en mí día a día es la
confidente de mis inseguridades, es mi aliada, me acompaña, me da valor, me da
confianza y siempre me da la seguridad de que… “hoy será un maravilloso y poderoso día”.
Janet Jiménez
Abril, 2015
Las palabras tienen mucho poder. Y si las decimos con esperanza, mucho más ¿verdad? Te abrazo.
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