lunes, 23 de julio de 2018

Bitácora gráfica julio 2018, CEC

La reunión de julio 2018 se celebró en la "casa-club", hogar de Don Luis. Tuvimos dos hosts con la llegada de Don Luis que compartió responsabilidades con Doña Arcángela. Fue una maravillosa degustación del vino "Casillero del Diablo" con chocolates de cacaos de Miranda, Aragua y mixtos. Los escritos anexos demuestran la profundidad del tema. Aun, estoy movido por la belleza y humildad del escrito de Doña Arca.

El tema fue "La religión", un tanto polémico sobre todo porque al final se "coló" el tema de las magias blancas y negras. Menos mal que la casa y el "Santo Secreto" estaba escoltado por la Virgen de Guadalupe.

Esta es la humilde mirada de quién ve las cosas a través del lente de una cámara...





















sábado, 21 de julio de 2018


Un vínculo de amor


        Tratar de hablar de religión es muy complejo. He sido una persona religiosa casi toda mi vida por lo que el tema toca fibras muy sensibles en mí. Escribo desde mi experiencia, mis iluminaciones y oscuridades. Y en respeto a la libertad de cada uno de elegir. Abordo el tema desde esta perspectiva.
     Hablar de religión es intimar con lo más profundo y definitivo que existe en nuestras almas. La palabra religión viene del término religió que no es otra cosa que el vínculo que se establece entre el hombre y Dios. Es necesario que exista un Dios y un hombre para que el vínculo se dé. Por lo tanto la religión es un vínculo personalísimo  entre cada uno de nosotros y Dios.
      En las religiones hay un momento en que Dios se  acerca al hombre, pero es el hombre quien en su libertad escoge la manera, la forma y el tiempo que se acerca a Dios. Dios no obliga, Dios invita. Por lo que el vínculo no puede tener basamento en la obligatoriedad.
     Durante siglos, históricamente, en Occidente, a la religión se le dio un sentido moralizador que culminaba en un castigo. Bien endeble debe ser un vínculo para que su sustento sea el miedo. Dentro de esta visión aparece la idea del dolor como purificador, sin darse cuenta que está visión desvalorizaba la grandeza de un ser que sufre, lo reduce a ser  sufridor. El dolor visto sólo en sí mismo perdió su sentido.
      En este momento el mundo Occidental miró a Oriente, donde el vínculo ancestral que los une a Dios está más asociado al placer, la serenidad o la intención de hacer de lo interno un Dios. Pero en esta tradición encontró multiplicidad de dioses hedonistas y castigadores. Volvíamos a reducir el vínculo  a lo que el Dios puede darme de placer o de miedo.
     También en Oriente encontramos algunas mal llamadas religiones, porque el vínculo no existe, en ellas Dios es inexistente. Son códigos éticos donde la relación con Dios no es necesaria. La meta, el fin anhelado en  algunas de ellas es un Nirvana cargado de la nada. Cargado de la posibilidad de vaciar la mente y el alma. Propone una huida del dolor, la vejez y la muerte. Si aquella visión, antes nombrada, tenía significado en un dolor sin sentido, esta huye de aquello que es inevitable.  
      El mundo filosófico, en su imposibilidad de explicar racionalmente a Dios y el vínculo que nos une a él, declaró “Dios ha muerto”. Entonces el vínculo ha muerto. La incertidumbre tomó su lugar. Con el correr del tiempo está declaración hizo que el mundo materialista creyera  que Dios estaba en el confort, el consumo, el placer, la posesión, el poder, etc., etc., etc… El vínculo inexistente, ausente de Dios  se vació  de  sentido, reducido al anhelo de un iphone, o un McDonald. 
    A estas alturas, ustedes preguntarán ¿Dónde está ese vínculo? En la más sencilla de las respuestas: en nuestra capacidad de amar. Comprender que el vínculo debe ser trascendente y transformador.  
    Trascendente en cuanto nos conecta con el origen y el fin de ese amor. Cuando creemos en Dios, el cimiento del vínculo está en la fe, la esencia humana encuentra sentido porque Dios es amor. Cuando libremente acepto el vínculo  al que Dios me invita: “amar al prójimo como a mí mismo”, y puedo amarlo porque él, Dios, me ama, la religión adquiere sentido. La entendemos como un acto de amor, de realización en eso que  Dios  nos ofrece.
    Transformador porque pone de manifiesto lo mejor del ser humano que somos en la contingencia de los días. La manera de amarlo a él es amando a los otros. Amar a los otros exige generosidad, bondad, fraternidad, fidelidad, benevolencia, solidaridad,compasión, misericordia, laboriosidad, aceptación, autenticidad…La mejor versión de mí mismo lleva implícito el amor y esté nace en ese vínculo maravilloso donde todo tiene sentido: el dolor, la alegría, la pasión, la fidelidad y sobre todo la gratitud. No esperemos encontrar a Dios en otra parte. Está en nuestra capacidad de dar lo mejor de nosotros mismos. En nuestra lucidez para entender que lo que da sentido a la vida es el amor. Y que el amor nos pertenece a todos y cada uno de nosotros como seres humanos.
   
Irma Wefer

La Religión

                 La religión
Entre lo sagrado y lo profano sería interesante ver como la religión va a lo largo de este continuo independientemente de cuál sea la religión  que  profesemos.
La religión con una serie de paradigmas que determinan  tu fe en ese ser superior marcada por todos los valores que de ella se derivan y que sirven de hilo conductor de nuestras vidas.
Guao tema por demás controversial y que me hacen reflexionar sobre ese ser superior como se llame Jesucristo, Jehová, Mahoma, Buda y otros tantos Dioses que pudiera nombrar.
¿Pero será  que el ser humano requiere tener un ser superior en quién  creer?
Interesante interrogante, bueno yo siento que si, quizás esa creencia esta vinculada a mi proceso de socialización en la cual estuvo presente la religión Católica  desde el momento que me bautizan bajo esta fe,de que habrá un mundo mejor despues de la muerte y que debemos cumplir toda una serie de preceptos para lograrlo.
Pienso que la familia marca esa religión a medida que vas creciendo, tanto es así que mi educación formal estuvo en manos de monjas, imaginense  si marcó mi  referencia de vida hasta los quince años ya que en este momento comienzo a cuestionarme ciertos dogmas   y consigo cambiarme a un Liceo Público "El Gustavo Herrera" que en su momento era uno de los mejores del este de Caracas; desde este momento comienzo a entender que hay otras creencias y prácticas religiosas que también conducen a la existencia de un ser superior al ser humano.
A lo largo de mi vida tuve la experiencia de una compañera de trabajo socióloga de profesión, que me dice que ella no creía en nadie que nunca le había hecho falta creer en ningún Dios que eso no existía. Pero hasta el momento no se que pensar ya que a esta misma persona
un buen día subiendo de la Guaira con una piedra que le lanzaron al carro le descerebraron  a  su hijo de tres años  y ella me comenta que se sintió en el limbo porque no sabía a quien pedirle por la vida de su hijo, entonces siento que si hace falta que el ser humano tenga fe en algo superior DIOS ,es decir, se llame como se llame.
A medida que voy avanzando en edad se va incentivando en mí una mayor creencia de ese Dios superior capaz de reconfortarme  en mis momentos de dolor, de tristeza, de agobio, de incertidumbre; el hablar con el y orar me restablece  y le vuelve a dar color y alegría  a mi vida y soy capaz de ser feliz conmigo misma y con mi entorno.Entonces la religión indiscutiblemente me hace ver la vida de determinada manera y en la adultez a pesar de todas las interrogantes que la misma produce consideró que somos capaces de tomar lo mejor de la religión que te conduzca a la felicidad que sería el fin último de la existencia.
En estos momentos  de mi vida construyó mi felicidad con esa fe en ese Dios superior, que siempre me acompaña en cada uno de los pasos que debo dar en este transitar por este plano, siempre con el optimismo de que vendrá para nosotros algo maravilloso tanto en lo personal como para nuesta maravillosa patria Venezuela que tanto amo.
Pienso que en los momentos de crisis es mas importante tener fe  que una religión ;  poseer fe en ese ser superior que todo lo puede y que vela por nosotros a pesar de las circunstancias del momento . La fe para mi  es pensar que todas las  circunstancias por más negativas que sean  seran superadas estoy segura de ello.
La religión podríamos decir que es un moldeador de la conducta del ser humano para bien o para mal dependiendo desde donde la mires.
Tengo recuerdos de cuando estuve en el pueblo de Cusco en Perú  en donde las iglesias católicas estaban con la adoración de los santos propios de esa religión,  pero como los que construían las iglesias eran los indigenenas de la zona ellos construían las imágenes que ellos adoraban, es decir, independientemente cual sea tu religión  se representa ese Dios de manera diferente, como que existe en la esencia humana esa necesidad que debe ser satisfecha de creer en un ser superior.
Autor:
Jesucita Peters Salcedo.

DIOS QUIERE QUE SONRÍAS

La conferencia había transcurrido de manera muy agradable esa fresca mañana de octubre. Explicaron como las emociones afectan la bioquímica de nuestro organismo, y que de  acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el 85 por ciento de las enfermedades que nos aquejan son psicosomáticas. Nada ocurre dentro de nuestro organismo sin que la mente haya dado una instrucción y esas instrucciones las gira a través de sustancias químicas: los neurotransmisores. Todo ronda alrededor de nuestros pensamientos. Cuando una persona experimenta rabia, ira, remordimiento, o cualquier otra emoción similar, su cerebro da la orden de liberar cortisol, una hormona que afecta nuestro organismo y nos puede conducir a la enfermedad. Afortunadamente nuestro cuerpo también puede generar sustancias como la dopamina, neurotransmisor asociado a la alegría, al entusiasmo, la vitalidad y el optimismo. Una estrategia para liberarla es sonreír. Todas las mañanas podemos levantarnos, vernos al espejo, sonreír y dar gracias a Dios por el nuevo día y manifestar que nos sentimos mejor que nunca. Esa sencilla estrategia logra "engañar" a nuestro cuerpo y hacer que libere dopamina y mejore nuestra salud. La primera sesión de la charla terminó y nos permitieron tomar un receso.

No sé si por convencimiento o por pura chanza, pero durante el refrigerio todos reíamos y disfrutábamos de nuestras sonrisas, con excepción de dos señoras apartadas del grupo que tomaban café y permanecían muy serias. La conferencia se reinició y cuando ya estaba retomando el interés de la primera parte, una de esas señoras pidió intervenir y manifestó que no estaba de acuerdo con eso de que una mera sonrisa nos pudiese sanar.  Opinaba que los científicos no creen en Dios y es por eso que aparecen esas teorías que son contrarias a sus enseñanzas. Insistía que lo único que puede sanarnos es Dios, todo lo demás es desperdicio, y por allí se fue explayando hacia diferentes aspectos religiosos. Los asistentes comenzaron a impacientarse por el desvío que pudiese tomar la intervención.

El conferencista, retomando la palabra y el control, le preguntó como se llamaba y ella respondió que su nombre era Aixa, entonces cortésmente le dijo: "Aixa, gracias por tu participación. Acá respetamos las creencias religiosas de cada uno de los asistentes. Todo lo que hasta ahora hemos explicado ha sido estudiado por la ciencia y no tiene nada de exotérico ni religioso. Generalizar que todos los científicos no creen en Dios pudiera ser errado. En un país como los Estados Unidos por ejemplo, en donde trabajan tantos científicos, las estadísticas indican que alrededor del 95 % de su población creen en la existencia de Dios. Sugiero entonces revises tu apreciación, porque hoy en día, la mayoría de las investigaciones científicas sobre espiritualidad y religión, reconocen el poder y la influencia beneficiosa que ejercen sobre la salud y el bienestar de las personas. El solo sonreír por supuesto, no asegura tu curación, pero estas poniendo la bioquímica de tu cuerpo a trabajar a tu favor".

Hizo referencia a otras investigaciones dentro de la psicología que sugieren que las personas religiosas muchas veces por dejar todo en manos de Dios, pudieran adoptar conductas bastante pasivas con respecto a sus vidas y salud. Está bien confiar todo en Dios, pero debemos también poner de nuestra parte.  Por algo -recalcó  - Dios dijo: "Ayúdate que yo te ayudaré",
Luego se preguntaba: ¿Porque no sonreír? ¿Qué nos cuesta? Los asistentes comenzaron a gritar: "¡Que se ría! ¡Que se ría!  Aixa no tuvo otra opción  y su cara se llenó de esplendor cuando una  sonrisa dibujó en su rostro, develando a la verdadera Aixa, una mujer que para ser completamente bella tan solo le faltaba eso ¡una sonrisa!

Al regresar esa noche a casa llamé a mi hermana, que es estudiosa de la Biblia, para consultarle sobre esa frase: "Ayúdate que yo te ayudaré".  Me explicó que era una expresión muy popular, pero que no aparecía tal cual en las escrituras, aunque recordó un versículo que pudiera transmitir un mensaje similar  y me dijo lo buscara en Josué 1:9.   Lo conseguí en mi Biblia y dice: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".

Lionel Álvarez Ibarra
Julio 2018

El Vino y El Chocolate vs La Religión.

Autor: Martìn A. Fernandez Ch.
fecha: 21/07/2018


En la misma mañana del último día para escribir, mientras hacía tiempo para que el computador se conectara a internet (no el internet al computador), debido a algún problema que seguramente está relacionado con su obsolescencia tecnológica, es cuando me siento a escribir el tema decidido para este mes “La Religión”,  y así luego, cuando pueda navegar, hacer mis investigaciones de trabajo.

Desde que lo enunciaron vengo pensando en sobre qué y cómo escribir esto. ¡Vaya tema! Por qué a los anfitriones no se les ocurrió que se escribiera sobre “El Vino y El Chocolate”, que son propio de ellos. Sería fantástico escuchar a Luis y Arcángela, con la elocuencia que los caracteriza, sobre cómo combinar esos dos frutos de la uva y del cacao, cuyos encantos dependen de la cepa, la tierra y su pureza. Además, el lugar de la reunión es en la bodega “Santo Secreto”, donde huele a viña y a barrica de roble, donde se siente el calor de la vendimia y donde se escuchan las pisadas de la uva en el Lagar. ¡Pues no!, hay que escribir sobre religión.  
  
Hasta el mismo Luis reconoció que el tema propuesto le era complicado, que no había podido entrarle, que no haya como empezar, que ya ha intentado varias veces pero que termina borrándolo para comenzar nuevamente. Espero leer su ensayo, que seguramente estará cargado de noches sin dormir implorando a Dios que le mande la musa (si supiera que no siempre baja sola). ¿Y Arcangela?, su silencio ha sido misterioso, como sirena ha navegado este mes sin pronunciar palabras en el chat del grupo.

- ¿Cuál es el tema de este mes? –me preguntó mi novia en estos días.
- ¡La Religión! –le respondí entre dientes, en tono de poco ánimo.
- ¡Pero qué bonito! –me dijo con cierta emoción. A ella, esos temas les encanta porque es muy espiritual.
- Deberías escribirlo tú.
- No, ¡Qué va! Tú eres a quien le gusta escribir, no a mí.
- Es que no tengo idea sobre qué tópicos escribir.
- ¡Cómo no sabes! Escribe que la religión es importante para la humanidad, creer sobre un Dios todo poderoso, que él nos ama y quiere lo mejor para nosotros, que nos creó para que seamos felices y que somos seres espirituales. ¡Eso lo debes saber tú! ¡Vamos a misa todos los domingos!
- Tienes razón, pero el tema es más amplio, no solo se limita a nuestra religión católica.
- ¡Ah, bueno! Tú eres el escritor.
- ¡Ojala fuera escritor! –le dije de manera jocosa –Una vez, en un libro de Martín Seligman, creo que se llama “Niños Optimistas”, leí en unas de sus páginas que la religión es importante para fomentar el optimismo en los niños.
- ¡Qué interesante es eso! Chao mi amor, te amo –me dijo mientras me daba un beso en los labios. Ella tenía que salir a su clase de tango, una actividad que empezó recientemente y que le encanta. Trató de convencerme de que me metiera a acompañarla, pero no me llama la atención aprender a bailar ese estilo, a mí me gusta el estilo libre.    

Ciertamente, la religión es importante para el ser humano, con ella viene la fe y luego, el optimismo. En el proceso continuo de la construcción del bienestar, un elemento fundamental es la espiritualidad, que es algo que se fomenta con la Religión. Esto lo he sentido cada vez que tengo mi encuentro con Dios en la misa, donde se escucha la palabra y se reza acompañado de personas que en ese momento comparten con uno. Pienso, que la religión no ha sido creadora de conflictos en la humanidad, ni lo será en el futuro. El problema radica en cómo los seres humanos la interpretan.

Mientras estaba escribiendo estas ideas, no dejaba de pensar en “vino y chocolate”, y me imaginaba a Arcángela, algo alegre por su cuarta copa de vino (siguiendo las indicaciones del somelier Luis para catar los vinos), exponiendo sobre el chocolate y el origen de su cacao. Tema bien divertido hubiese sido, pero había que escribir sobre Religión.

FIN   

Metamorfosis profesional.

De mi temprana adolescencia recuerdo, cuando en el colegio el departamento de psicología, me aplicó un test vocacional, la experiencia fue muy excitante, una compañía especializada en dicho asunto brindó apoyo al departamento. Yo respondí con absoluta sinceridad y me emocionaba recibir los resultados.

Finalmente llegaron, y allí estaba escrita una descripción de mi personalidad; todo indicaba que mis inclinaciones eran hacia una vocación de servicio. Luego una lista de profesiones sugeridas.

1- Vocaciones religiosas: Sacerdote, monja, misionero
2- Bombero, rescatista, voluntario
3- Enfermera, médico, odontólogo
Etc.

¿Monja yo? ¡Bueeeeeno... no quería ser exactamente monja! Pero sí era muy espiritual y religiosa. Nacida en una familia profundamente católica practicante. Mi abuela recibía todas las semanas en Don Pedro a un grupo de oración carismático, no se faltaba a misa los domingos, ocasionalmente compartíamos almuerzos familiares con sacerdotes invitados, fui educada en un colegio religioso, etc. Yo quería y era muy querida por las hermanas concepcionistas; además de ser su alumna era su vecina (Don Pedro queda diagonal al colegio La Concepción de Montalbán). Pero ¿monja yo? a esas alturas yo ya era novia de Antonio (mi esposo), quien compartía junto conmigo la curiosidad por los resultados del test, no lo dudé y lo llamé, le dije ¡monja,me sugirieron ser religiosa!, a él no le hizo ningún sentido y rápido preguntó ¿y qué más?.

¡Estudié odontología! así que me gradué y a la semana exacta me casé con Antonio. Recién casada, recién graduada y con mi currículo, mi primer empleo fue en Salud y Familia una asociación civil sin fines de lucro vinculada al Opus Dei, donde llegué bajo la recomendación de una colega que conocí en mi pasantía en el BCV. Así fue como mi profesión me llevó a conocer esta prelatura personal de la Iglesia Católica.

A los años me convertí en mamá (una nueva vocación y profesión de ejercicio tiempo completo) inscribí a mis hijas en el Colegio Los Campitos (del Opus Dei) y fue allí donde realicé los diplomados 1 y 2 de psicología positiva, ese año saliendo de mi zona de confort retiré a mis hijas del colegio.

Comenzaron a estudiar en el Colegio Claret, donde mi mamá es profesora de física Se esperaría en este momento que regresara al ejercicio de la odontología. ¡Pues NO! se me presentó la oportunidad de estudiar teología y filosofía y actualmente lo estoy haciendo, simultáneamente me ofrecieron en el nuevo colegio de las niñas trabajar como profesora de religión de 1ro a 3er año de bachillerato y "ZAZ metamorfosis profesional", así fue como llegué a hacer lo que hago hoy; y más que a hacer yo diría a "ser" quien "soy" hoy.Nunca imaginé el bienestar personal que conseguiría allí... rodeada de adolescentes que se confiesan "ateos" pero rezan conmigo, que me acompañan a servir en comedores para pobres (indigentes, ancianos y niños), son mis alumnos aquellos que responden en los cuestionarios que la Santísima Trinidad son " Wonder Woman, Batman y Spiderman" pero que vacían los closets de sus casas y con un inmenso amor entregan generosamente y en perfecto estado ropa, toallas, cobijas, etc. a las personas de las que se han encariñado. Aquellos que se resisten a rezar el rosario pero que bien dan sopa en la boca a niños de la calle. Y que me dicen que el año que viene quieren seguir rezando conmigo al Dios que según ellos no existe...

El test no estaba muy equivocado, únicamente que el cómo de mi vocación ¡solo Dios lo tenía claro!

Elinor Ribas

jueves, 19 de julio de 2018

Mi Religión: ¡ser venezolano!


Muchos de nosotros somos productos de inmigraciones. Con la segunda guerra mundial vinieron muchos de Europa; españoles, italianos, portugueses, alemanes, judíos. Aprendimos a convivir con ellos y a hacerlos parte de nuestra cotidianidad. El barbero era italiano, el del abasto era portugués, los chinos, los de la esquina. Mis vecinos eran españoles y mis mejores amigos eran italianos. Yo tuve una infancia feliz y recuerdo haber comido sopas clarificadas con arroz y pasta con tomate en abundancia. Así, crecimos hablando una especie de idioma ecléctico formado por tantas palabras de tantos idiomas de donde sin dudas, nació el portuñol o Itañol. Mi padre, vino antes de la guerra, entró por Maracaibo y conoció a mi madre que era maracucha, pero de madre criolla y padre extranjero. Como decir, ¼ criollo solo. Con ese cuarto criollo me enfrente al nacionalismo inocuo interno. Mis amigas portuguesas aun lo recuerdan pues, en lo más intimo, se sienten extranjeras en su propia tierra. Ya más grande mis mejores amigos fueron muy venezolanos, mitad margariteños y mitad de Carabobo.

En aquellos tiempos en que me “sacaban en cara” que era extranjero, yo les hablaba de mi cuarto de criollo y me recreaba en fantasías familiares, aun no corroboradas, que decían que el capitán Wilson, aquel Edecán que acompañó a Simón en su lecho de muerte, podía ser mi tatarabuelo. Siempre se dijo, y era usual que cuando viajábamos a la ciudad de Coro, visitáramos sus restos en la Catedral donde reposa. Yo lo hice. Así es que, con mi cuarto de tanque de venezolanidad y con las historias de gesta independentista, podía colocarme a la altura de los nacionalistas inocuos que blandían orgullosos el origen. Era normal que en alguna fiesta me dijeran que las hallacas alemanas no eran criollas, que las auténticas eran de donde se libró la batalla de independencia; es decir que las mejores, eran las hallacas “independentistas”

Ya han pasado mucho más de cuarenta años de eso, y con veinte años de revolución, las cosas han cambiado mucho. Ahora somos un pueblo de emigrantes. Ahora vamos a los sitios de quienes acogimos y con quienes convivimos. Dura tarea será para ellos, en el entendido de esas raíces profundas de donde se siente un arraigo clavado en la roca, inamovible, indisoluble. Pero la gente se va. De aquellos, mis amigos independentistas, de aquella familia grande con raíces en el llano y en oriente de más de 60 personas, solo queda una. La verdad no sé cómo no se ha ido también. Ellos ahora son en la mayoría, ciudadanos americanos que le juraron respeto y obediencia a la bandera estrellada azul y blanca; el resto están es España, ya ciudadanos españoles con vida en rojo y amarillo y algunos otros en Argentina y Panamá. Toda esa descendencia de la gesta libertaria se fue a hacer vida en otras partes, a comer hallacas con otros nombres, a besar otras tierras, a oler otros aires, a respetar otras banderas, a dejas descendientes lejanos y extranjeros. Y yo me pregunto:

 ¿qué pasó con ese orgullo tan profundo que sentimos?, ¿dónde está el legado de Simón?

El hijo de alemán, aquel de ¾ de emigrante con el sueño libertario del edecán de Bolívar, aun sigue en pié en el país. Todos se van, y lo ves, lo sientes, porque vivimos en una constante despedida; pero yo sigo acá, y no me voy. Mi padre alemán se hizo venezolano antes de que yo naciera por lo que perdí el derecho de solicitar algún reconocimiento del origen. Soy solo venezolano y a mucha honra y orgullo. En la diáspora, las despedidas y los desapegos, de los que nos quedamos, nos nace una necesidad de dar más por esta tierra que nos parió, de seguir luchando por ella, de transmitir lo que se sabe, en mantener viva la esperanza y en contar los mundos posibles que llegamos a vivir y que logré compartir con mis padres y amigos en una infancia feliz. Yo quiero eso para los niños que están ahora, a los que no recuerdan, a los que no saben, a aquellos que van a reconstruir esta hermosa patria de Bolívar, que acogió a mi padre, a mi abuelo, y al padre de mi abuela. ¿Por qué nos quedamos? Eso no lo sé. Debe ser un sentimiento místico y religioso que nos hace trascender más allá de la realidad país. Yo nací acá, no tengo otra patria y por nada del mundo se la voy a regalar a quienes no la merecen y la han despreciado tanto y por tanto tiempo.

Decía Ortega y Gasset que “cuando el hombre cree en algo, cuando algo le es incuestionable realidad, se hace religioso de ello”. Así es Venezuela, así es vivir acá y haber nacido en Caracas. Además de creer en Dios y en mi, se hace necesario profesar por el más puro y bello legado que me dejó mi padre inmigrante; su amor incuestionable por esta tierra bendita.

Alberto

La religión y la necesidad de sentido vital


Darle sentido a nuestras vidas , encontrar el por qué de nuestra existencia, entender que misión tenemos en la vida, son preguntas que todos los seres humanos nos hacemos . 
Desde los primeros seres humanos se han ido encontrando respuestas a estos interrogantes . Los fenómenos naturales y la razón incipiente dieron las primeras repuestas 

El hombre, en búsqueda de explicaciones que sacien su necesidad de sentido, empezó a organizarse y crear instituciones que le permitieran canalizar, en forma razonada, sistemática y estructurada sus necesidades existenciales.
Las Religiones empezaron a llenar esta necesidad y los hombres fueron encontrando en ellas las respuestas anheladas .

La necesidad de sentido vital existe en todos los hombres y la religión o las religiones les ofrecen una alternativa de respuestas.
Muchos hombres, muchas religiones ... y solo algunas (muchas o pocas) necesidades existenciales cubiertas .

Las religiones son las respuestas de los hombres a su propia necesidad de sentido.
Tema amplio y complejo, multifacético y polémico, personal y colectivo, fácil y difícil.
Mi respeto a todas las religiones y a aquellos que la practican, pero ante todo, mi curiosidad ante el comportamiento humano y su variopinto actuar.

Me pregunto y te pregunto:

¿Cómo has satisfecho tú la necesidad de sentido ?

Lele


martes, 17 de julio de 2018

Religión que une, Religión que separa.



Ya en un escrito anterior mencione un episodio de mi vida que hasta el día de hoy aún recuerdo.
Mi actividad laboral consistía en visitar a los pacientes-clientes de una renombrada empresa de seguros para: chequear si el motivo de ingreso coincidía con su póliza, e incluso si era la persona beneficiaria del seguro. Puede sonar a chiste, pero, más de un árabe o chino cambiado aparecía en la cama clínica.
Pero bueno, al punto. Saliendo de una habitación y al percatarme que tenía un espacio de tiempo antes de mi siguiente visita, decidí entrar al “templo” de la clínica. Mi sorpresa fue lo que vi. Un espacio sobrio, sin imágenes, cruces, sagrarios.
Solo un espacio para la reflexión, para el recogimiento. Un espacio para agradecer y pedir por mis seres queridos. Un espacio para la conjunción con Dios.
En ese momento sentí que la religión podría ser una camisa de fuerza a la espiritualidad. Sentía claramente la presencia de Dios sin ninguno de los iconos de mi formación religiosa.
La religión sin duda tiene su valor y lo ha tenido a lo largo de la historia. Cada una de las religiones existentes juega y ha jugado un papel preponderante en la humanidad.
En primer lugar, ha servido para transmitir valores morales que por estar compartidos han permitido una vida mas cívica. Esto sin introducir en la discusión, los desmanes cometidos por la religión y en nombre de Dios. Del Dios de la ideología política dominante. Cosas de hombres, no de Dioses.
En segundo término, a mi entender y coincidiendo con Don Mario Vargas Llosa, las religiones han permitido ser un muro de contención a la humanidad para no apartarse del camino, para no pecar. ¿La herramienta? El miedo o temor a Dios.
Quizá el método no es adecuado y ha ido evolucionando al pasar del tiempo. En la época de mi mama lo peor era ir al infierno. Pensar en toda la eternidad en llamas hacía reflexionar sobre meter o no la pata. En lo personal, me asustaba mas el limbo. Algo así como un espacio suspendido en la nada, sin hacer nada…por siempre. Por suerte, el Papa Francisco dijo lo que yo ya presentía: el limbo no existe.
Yo veo la Espiritualidad y la Religión como la Estrategia y la Táctica, como el “Qué” y el “Como”. Partiendo que la afirmación anterior sea verdadera, no tengo dudas del “Qué”, pero me cuestiono permanentemente el “Cómo”
Siento sin poder ni querer explicarlo, la existencia de Dios. Tengo dudas con las prácticas para mantenerme unido a Dios. Me pregunto con frecuencia si hubiera nacido en India, China o en un país árabe, realizaría las mismas prácticas religiosas.
La “Práctica” es importante, pero no la práctica impuesta por la religión que escogí. La práctica es importante siempre que esta te acerque a lo espiritual. La práctica debe llevarme al mismo punto en todas las religiones.
La oración, la meditación, la compasión por si mismo y por el otro. El Perdón, La Gratitud, la existencia y el respeto al prójimo mas que la velita, los golpes de pecho o los brazos extendidos. Creo en el significado simbólico de la vela y su luz, pero discrepo del colocar la lumbre y sentirme que ya cumplí. Discrepo de la visita a los 7 templos como una gincana social, pero comulgo con tener un momento de oración en uno, siete o quince templos.
Por cierto, volviendo al principio. No puedo pasar por un templo nuevo que siento la necesidad de honrar a Dios. No importa si es católica o no.

Cesar Yacsirk
Julio 2017

lunes, 9 de julio de 2018

Reunión julio 2018

MES DE JULIO 2018
Tema: La Religión
Host:
Don Luis
Doña Arcángela
Viernes 21 de julio ( se llegó a la luna)
2:00 PM
Lugar: el Santo Secreto, Urb. San Luis.
Quinta María y José, San Luis.