sábado, 21 de julio de 2018


DIOS QUIERE QUE SONRÍAS

La conferencia había transcurrido de manera muy agradable esa fresca mañana de octubre. Explicaron como las emociones afectan la bioquímica de nuestro organismo, y que de  acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, el 85 por ciento de las enfermedades que nos aquejan son psicosomáticas. Nada ocurre dentro de nuestro organismo sin que la mente haya dado una instrucción y esas instrucciones las gira a través de sustancias químicas: los neurotransmisores. Todo ronda alrededor de nuestros pensamientos. Cuando una persona experimenta rabia, ira, remordimiento, o cualquier otra emoción similar, su cerebro da la orden de liberar cortisol, una hormona que afecta nuestro organismo y nos puede conducir a la enfermedad. Afortunadamente nuestro cuerpo también puede generar sustancias como la dopamina, neurotransmisor asociado a la alegría, al entusiasmo, la vitalidad y el optimismo. Una estrategia para liberarla es sonreír. Todas las mañanas podemos levantarnos, vernos al espejo, sonreír y dar gracias a Dios por el nuevo día y manifestar que nos sentimos mejor que nunca. Esa sencilla estrategia logra "engañar" a nuestro cuerpo y hacer que libere dopamina y mejore nuestra salud. La primera sesión de la charla terminó y nos permitieron tomar un receso.

No sé si por convencimiento o por pura chanza, pero durante el refrigerio todos reíamos y disfrutábamos de nuestras sonrisas, con excepción de dos señoras apartadas del grupo que tomaban café y permanecían muy serias. La conferencia se reinició y cuando ya estaba retomando el interés de la primera parte, una de esas señoras pidió intervenir y manifestó que no estaba de acuerdo con eso de que una mera sonrisa nos pudiese sanar.  Opinaba que los científicos no creen en Dios y es por eso que aparecen esas teorías que son contrarias a sus enseñanzas. Insistía que lo único que puede sanarnos es Dios, todo lo demás es desperdicio, y por allí se fue explayando hacia diferentes aspectos religiosos. Los asistentes comenzaron a impacientarse por el desvío que pudiese tomar la intervención.

El conferencista, retomando la palabra y el control, le preguntó como se llamaba y ella respondió que su nombre era Aixa, entonces cortésmente le dijo: "Aixa, gracias por tu participación. Acá respetamos las creencias religiosas de cada uno de los asistentes. Todo lo que hasta ahora hemos explicado ha sido estudiado por la ciencia y no tiene nada de exotérico ni religioso. Generalizar que todos los científicos no creen en Dios pudiera ser errado. En un país como los Estados Unidos por ejemplo, en donde trabajan tantos científicos, las estadísticas indican que alrededor del 95 % de su población creen en la existencia de Dios. Sugiero entonces revises tu apreciación, porque hoy en día, la mayoría de las investigaciones científicas sobre espiritualidad y religión, reconocen el poder y la influencia beneficiosa que ejercen sobre la salud y el bienestar de las personas. El solo sonreír por supuesto, no asegura tu curación, pero estas poniendo la bioquímica de tu cuerpo a trabajar a tu favor".

Hizo referencia a otras investigaciones dentro de la psicología que sugieren que las personas religiosas muchas veces por dejar todo en manos de Dios, pudieran adoptar conductas bastante pasivas con respecto a sus vidas y salud. Está bien confiar todo en Dios, pero debemos también poner de nuestra parte.  Por algo -recalcó  - Dios dijo: "Ayúdate que yo te ayudaré",
Luego se preguntaba: ¿Porque no sonreír? ¿Qué nos cuesta? Los asistentes comenzaron a gritar: "¡Que se ría! ¡Que se ría!  Aixa no tuvo otra opción  y su cara se llenó de esplendor cuando una  sonrisa dibujó en su rostro, develando a la verdadera Aixa, una mujer que para ser completamente bella tan solo le faltaba eso ¡una sonrisa!

Al regresar esa noche a casa llamé a mi hermana, que es estudiosa de la Biblia, para consultarle sobre esa frase: "Ayúdate que yo te ayudaré".  Me explicó que era una expresión muy popular, pero que no aparecía tal cual en las escrituras, aunque recordó un versículo que pudiera transmitir un mensaje similar  y me dijo lo buscara en Josué 1:9.   Lo conseguí en mi Biblia y dice: "Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas".

Lionel Álvarez Ibarra
Julio 2018

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