Vivían en frutilandia dos amigas inseparables, Peranza y Nisperanza.
Peranza era optimista, proactiva, valiente y alegre; en las situaciones que se le presentaban no conocía el derrotismo ni la desmotivación. Tenía un don especial como el Rey Midas, y convertía las dificultades en tesoros, confiaba en sus capacidades, perseveraba en sus objetivos y sabía que contaba con el apoyo de sus padres, familiares y amigos. Sobretodo contaba con su amiga Nisperanza.
Nisperanza; en cambio, era insegura, excesivamente prudente, desconfiada y cobarde.
Estudiaba todo muy bien antes de tomar alguna decisión, no le gustaba correr riesgos, se limitaba a andar por lo seguro. Cuando se enfrentaba a alguna dificultad se entristecía amargamente. En su afán de perfección no observaba nada bueno en ninguna cosa. Quizás por ello su amistad con Peranza era tan necesaria como desconcertante.
Los rumores en frutilandia se oían por doquier. Comentaban:
“Peranza y Nisperanza no podrán ser amigas por mucho tiempo “
“Una amistad tan extraña acabará con alguna de las dos”
Las habladurías llegaron a oídos de los padres de Peranza quienes comenzaron a preocuparse porque Nisperanza contagiara su humor a su queridísima perita.
Una noche antes de acostarse mamá pera conversó con Peranza sobre la importancia de conservar su personalidad e influir positivamente en su entorno. Le dijo que tenía una misión importantísima: “ transmitir la alegría de su corazón”.
Así fue como al día siguiente Peranza siguió siendo quien hasta ahora había sido pero enriquecida con un propósito. Su optimismo, confianza y alegría serían intencionales. Sería su propia mejor versión.
Peranza y Nisperanza conversaban mucho. Así que ante la curiosidad de Nisperanza que observaba el cambio de actitud de su amiga favorablemente, Peranza aprovechaba de explicarle los beneficios de vivir el presente con la mirada puesta en un mejor futuro. Le repetía continuamente que nada es permanente, ni siquiera los mayores problemas aparentes, y que en todo hay mucho que agradecer. Convencida Nisperanza de ésto ella misma comenzó a cambiar.
Así que poco a poco los rumores de frutilandia se transformaron en afirmaciones tales como:
“Es Peranza la ganadora!”
“ Quien ha ganado es Peranza, que ha logrado transformar a Nisperanza! Y su amistad ha permanecido hasta nuestros días”
Cuando se acercaba Peranza se escuchaban vítores de emoción:
“Es Peranza; es Peranza!”
“Es Peranza; es Peranza”
Elinor Ribas
No estoy seguro si pasó el mensaje. Te decía que me gustó, sobre todo esa incógnita entre saber si es peranza o es manzana. Saludos
ResponderEliminar🤣 😂 me has hecho recordar la adivinanza “oro parece, plata no es!” 🤣😂 quien no adivine... 🤣😂
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