CHOCOLATE CALIENTE
SANANDO EL ALMA
Un chocolatico
caliente,
vibrando en mis
papilas
Es deleite de
dioses,
haciendo bailar
mis sentidos
Haciendo brotar
poesía de mis venas
Roja su sangre
se imanta,
en los marrones
arena de mis penas
Chocolate del
exilio y el insilio
Entre cuatro
paredes sosiegas mi hastío
Vibras en mis
calles muertas
Cercenas el
cascaron de mis horas negras
Llenas el vacío
sin fondo de la soledad
Salvas mis sentidos
colgados en la nada
Mis penas son todas
azules
Vienen y van
caminando al cielo
Tienen
silencio, soledad y canas
Van hurgando y
vaciándose,
en cada chocolate
para el alma,
que los abraza
y los redime
Mi chocolate
negro y caliente
Es la tinta de
mis escritos
de ayer y de
siempre
Es el testigo
de mis delirios
De mis verdades
secas
De mis gritos
sueltos
Por donde tal vez
trajina mi historia
Mi poesía chocolate
en mano
Está buscando
asilo
Está buscando
hogar
Está huyendo de
rimas trágicas y vacías
Mis poemas están
tribulando
En un trigo que
se niega a ser pan
En un cacao que
se niega a ser chocolate
y medicamento
para el alma
La casa de la
madre es la casa ancha
Donde se
arremolinan las penas
Donde la cobija
espanta todos los fríos
Donde el pan
sacia todas las hambres
Donde el
chocolate caliente
Bate con furia
a la melancolía…
Gudelia Cavero
Hurtado