Cuando estaba pequeña veía a mis abuelos que rondaban los
cincuenta años como personas viejitas, con falta de vitalidad donde había que
cuidarlos, mimarlos y además viviendo su retiro. Por esta vivencia, crecí con
la creencia que la vejez, o el paso del tiempo, es el declinar del ánimo,
colgar los guantes, jubilarse y esperar nuestro viaje de partida de este mundo.
Hoy por hoy esa creencia está totalmente erradicada. Mi mami
y mi suegro con 81 y 85 años de edad respectivamente viven sus vidas con entusiasmo,
activos, disfrutan sus amistades, su familia, caminan diariamente, trabajadoras,
comparten sus experiencias y para nada demuestran declinación y desanimo;
gracias a Dios también con salud. Personas como ellos son los modernos viejos
que hoy por hoy contamos, que nos muestran que hay un cambio en la vejez y que nos
motivan más a prepararnos y replantear ese cambio de vida.
Con mi experiencia también lo puedo evidenciar; en marzo
cumplí 60 años, mujer y madre realizada, esposa feliz, abuela, amiga, con una
familia que crece en ilusiones, vivencias y con nuevos horizontes por venir.
Cada día educo a mi cuerpo con ejercicios para ser más flexible, alimento mi
gimnasio mental para seguir trabajando, aprendiendo y seguir experimentando
nuevas acciones. Engrasando con pensamientos positivos, afectos y relaciones
todo el engranaje que conforma mi vida personal, espiritual y familiar.
Y cuando veo la definición de viejo o vejez en el
diccionario me encuentro con lo siguiente:
“Último período de la vida de
una persona, que sigue a la madurez, y en el cual se tiene edad avanzada.”
“Vejez es la cualidad de viejo (alguien de edad avanzada o algo antiguo y que no
es nuevo o reciente)”
Es una definición que me da una sensación negativa de la
vejez, la confronto con la realidad y me planteo un cambio en la misma que sea
más positiva. Pienso en la palabra, las letras que la conforman, lo que siento
a mi edad y se me ocurre lo siguiente:
V: Vitalidad nueva
E: Espiritualidad
J: Jovialidad
E: Experiencia
Z: Zanjar
Nueva Definición de
vejez: personas que viven en una madura vitalidad, profunda espiritualidad que
aplican sus experiencias vividas con jovialidad para zanjar nuevos caminos.
Así si veo mi vejez con esta nueva definición: trabajando
duro hoy, para ser una viejita con energía, salud, con mucha espiritualidad y
serenidad, escribiendo cuentos de mi vida para apoyar a zanjar los caminos de
mis seres queridos.
Janet Jiménez
Bogotá, Sept. 2016
Bello mensaje, yo también cumplo 60 en octubre, ahí vamos. Excelente escrito
ResponderEliminarMuy positivo cambio de definición, coincido en que los abuelos nuestros, son muy distintos a los abuelos de nuestros hijos y muy seguramente a los abuelos que seremos... Yo también lo observo en mi familia
ResponderEliminarQue sabroso es leerte Janet. Y más sabroso es saber que eres prueba de lo que escribes. Me inspiras. Muchas gracias.
ResponderEliminarHola Janet; Me complace mucho leerte y me alegro que te sientas bien acompanada de seres queridos que han llegado a la vejez en buenas condiciones y tu con la sabiduria para saberlos tratar con el amor y paciencia que se merecen. Tambien me gusto tu nueva definicion de vejez. Me imagino te costo algo darle inicio a esa Z al final. Confieso que me dio miedo porque la asocie a ZANJA, como abrir la zanja a donde vamos a caer. Que Dios bendiga a toda tu famila.
ResponderEliminarMe identifico con tu vivencia, Janet! Creo que nuestras generaciones tenemos ya una interesante experiencia en eso de desaprender lo observado, aprender viviendo y de lo vivido, y redefinir para continuar viviendo.
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