Nota: como
la vida, estas líneas no son más que un
conjunto de ideas en construcción de un texto final que algún día escribiré.
Travesuras…espacios
de la memoria que pueblan las sonrisas.
Picardía que hace un guiño desdoblado en risa
abierta y contagiosa.
Acto trasgresor cargado de alegría, casi
siempre confiado a la inocencia.
De allí su
misterio y su fuerza.
Inocencia
plena que desconoce sus límites y se arriesga temeraria hacia la tentación que
no puede vencer.
Siempre
necesitada de un cómplice pues la soledad rara vez es traviesa. Cómplices los
hermanos, los amigos, los amantes, lo mejor de nuestras vidas. Convertidos en guardianes del secreto y la
aventura.
Al paso de
los años no sabemos si las travesuras las vivimos o las inventamos. Da igual. Basta
con que refresquen la memoria cual
confeti que ilumina cada rincón del recuerdo.
Desdichado
aquel que al mirar atrás no reconozca, con pícara nostalgia, las travesuras de sus
días. Ese no ha vivido.
Irma Wefer
Hola Irma! Gracias por tu escrito, y como dices, en soledad poco se puede hacer travesuras!, porque el que se ríe solo de su picardía se acuerda. Saludos.
ResponderEliminarGracias Lionel por leer estas inconclusas líneas.
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