Hicimos un MAYONIO, es decir, la reunión de mayo y junio, juntas. Se debió quizá a los dos congresos consecutivos en Unimet. Primero el de Investigación y luego, el nuestro de Psicología Positiva.
Fue como siempre una celebración. Irma fue Host de mayo y Alberto (yo) de junio. Desayuno francés. La foto nos muestra las sonrisas
Mi escrito:
Mayo: Tu mejor compañía
Junio: Amistad
Tu mejor compañía
-¿Quién es tu
mejor compañía?, dijo uno al otro
-Pues, un ser
completo, creo, sino sería como la historia de la media naranja: una “media
mejor compañía”, -contestó
-¿Y cómo
quién?
-Yo pienso
que es uno mismo, ¿no?
-Entonces,
¿son dos?, ¿el que piensa y el objeto del pensamiento?
-Pues, solo
basta que te veas en un espejo, no son dos, sino el reflejo de uno. El reflejo,
solo es una ilusión
¿Ser mi mejor
compañía es una mera ilusión? ¿Y si cierro los ojos frente a un espejo, estoy
solo?
-No. Siempre
te tienes, aunque cierres los ojos frente a un espejo. Solo baste que medio abras
un ojo para darte cuenta que ¡ sigues ahí…!
-¿y si no
tengo espejo?
-Bueno
entonces, busca otros ojos para que te veas reflejado
-Ahh…ya veo,
verse en los ojos de otro también sirve para reconocerse. Y ¿Qué pasaría si
llego a ver más que mi reflejo en los ojos que me reflejan?
-Pasaría que
a lo mejor no eres tú, tu mejor compañía. No necesitas verte cada vez que te
sientas solo. El sentirse acompañado va mas allá que el mero reflejo
-¿Para ti, quién
es tu mejor compañía?
-¡Déjame
verme en tus ojos!, le dijo finalmente
Amistad
Y al verse en
sus ojos, logró ver más allá que su solo reflejo. Logró verse a sí mismo y al
objeto del reflejo. Dos pares de ojos que se miran, que se reflejan cada uno, y
que se multiplican al infinito. Ya no son dos ojos que se ven y se reflejan;
son dos cuerpos que caminan juntos, que comparten el reflejo del uno en el
otro. Sin embargo, el reflejo del que mira es el mismo, de aquel que refleja. Y
viceversa
-Eso llega a
pasar. Te miras en los ojos de otro y junto a tu reflejo, llegas a ver el alma del
otro. Dos cuerpos y un alma, dijo
Y a eso, lo
llamé amistad
Alberto Lindner
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