lunes, 13 de junio de 2022

mi mejor compañía, la amistad

 Hicimos un MAYONIO, es decir, la reunión de mayo y junio, juntas. Se debió quizá a los dos congresos consecutivos en Unimet. Primero el de Investigación y luego, el nuestro de Psicología Positiva.

Fue como siempre una celebración. Irma fue Host de mayo y Alberto (yo) de junio. Desayuno francés. La foto nos muestra las sonrisas


Mi escrito:

Mayo: Tu mejor compañía

Junio: Amistad


Tu mejor compañía

-¿Quién es tu mejor compañía?, dijo uno al otro

-Pues, un ser completo, creo, sino sería como la historia de la media naranja: una “media mejor compañía”, -contestó

-¿Y cómo quién?

-Yo pienso que es uno mismo, ¿no?

-Entonces, ¿son dos?, ¿el que piensa y el objeto del pensamiento?

-Pues, solo basta que te veas en un espejo, no son dos, sino el reflejo de uno. El reflejo, solo es una ilusión

¿Ser mi mejor compañía es una mera ilusión? ¿Y si cierro los ojos frente a un espejo, estoy solo?

-No. Siempre te tienes, aunque cierres los ojos frente a un espejo. Solo baste que medio abras un ojo para darte cuenta que ¡ sigues ahí…!

-¿y si no tengo espejo?

-Bueno entonces, busca otros ojos para que te veas reflejado

-Ahh…ya veo, verse en los ojos de otro también sirve para reconocerse. Y ¿Qué pasaría si llego a ver más que mi reflejo en los ojos que me reflejan?

-Pasaría que a lo mejor no eres tú, tu mejor compañía. No necesitas verte cada vez que te sientas solo. El sentirse acompañado va mas allá que el mero reflejo

-¿Para ti, quién es tu mejor compañía?

-¡Déjame verme en tus ojos!, le dijo finalmente

Amistad

Y al verse en sus ojos, logró ver más allá que su solo reflejo. Logró verse a sí mismo y al objeto del reflejo. Dos pares de ojos que se miran, que se reflejan cada uno, y que se multiplican al infinito. Ya no son dos ojos que se ven y se reflejan; son dos cuerpos que caminan juntos, que comparten el reflejo del uno en el otro. Sin embargo, el reflejo del que mira es el mismo, de aquel que refleja. Y viceversa

-Eso llega a pasar. Te miras en los ojos de otro y junto a tu reflejo, llegas a ver el alma del otro. Dos cuerpos y un alma, dijo

Y a eso, lo llamé amistad


Alberto Lindner

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