Tantos años vividos con aprendizajes, experiencias muy
variadas, con sus alegrías y tristezas que el agradecimiento se me hace
infinito. Y me pregunto ¿a quién le dedico este escrito? Agarro el lápiz y
comienzo a escribir…
Cuando camino por los parques o por una montaña, siento una
energía especial. Disfruto de las formas, los colores, los contrastes, sus
olores; mis cinco sentidos se activan al máximo. Me siento plena y con fuerzas
y tomo la fotografía en mi mente de la belleza que vivo.
En otros escenarios maravillosos, camino por la arena de las
playas, siento el agua que moja mis pies, las olas que van y vienen. Observo
las gaviotas, las diferentes aves que se dejan llevar por el viento, la espuma
del mar, así como mis huellas marcadas en la arena donde se hunden las pequeñas
conchas marinas con su diversidad de formas y colores.
Paseos y viajes por caminos recorridos, en carreteras
variadas que me transporta a una película de paisajes que pasan con velocidad,
y como actriz de reparto vivo tanta hermosura: montañas, lagos, ríos, nieve,
lluvia, sol, luna, estrellas. Quedo extasiada, sorprendida y maravillada con
tantas bellezas. Es un disfrute pleno que grabo en mi espíritu con la filmadora
de la curiosidad constante.
Y todas estas historias están protagonizadas por la Madre
Naturaleza. Bella, grandiosa, imponente. Que me hace sentir de manera muy
especial el agradecimiento. Donde vivo diversos sentimientos encontrados:
alegrías, nostalgias, impotencia, fuerza, solemnidad, dignidad, gloria. Mi
corazón se engrandece; es mi refugio donde encuentro nuevas ideas y ganas de
seguir adelante.
Y es a la Naturaleza a quien dedico el agradecimiento.
Gracias, gracias y gracias Dios por tan maravilloso regalo.
Y así, ya terminado mi escrito, bautizo mi relato con el
nombre: ¡Agradecer a la Naturaleza!!
Siempre grande, noble y leal, donde por siempre podamos disfrutarte y admirarte.
Y donde el cariño y el amor de toda la raza humana te cuide, te mantenga y te
conserve igual.
Janet Jiménez
Bogotá febrero 2017
Querida Janet, tus escritos siempre conectan y hacen sentir sensacines bellas...
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