miércoles, 24 de octubre de 2018

el regreso


Autor:JesucitaPeters S.


El regreso

Siempre el regreso supone un camino de partida a veces puede estar lleno de alegrías y otras no tanto.
Como no hablar de las partidas que hacen que el corazón se acongoja  por el significado que guardan con el rugir de las olas cuando afloran nuestras emociones,  que no saben si abrazar para que no se vayan como el viento ante la tempestad  o simplemente dedicarnos a contemplar y servir de arco para que la flecha vuele a nuevos horizontes inciertos donde nuestra alma y el amor inmenso estarán  siempre con ellos pues son el fruto de nuestras entrañas. 

Siempre tenemos ese deseo de verlos regresar pero a costa de qué, aquí   la razón se impone al corazón aunque este palpite como en una noche de truenos  ensordecedores   de un invierno feroz y se arrugue y lloré  por la distancia, nos sobreponemos ante el dolor y aprendemos a vivir a través de sus triunfos y fracasos que nos hacen más comprensivos ante el devenir de los eventos de sus vidas y que tratamos de acompañarlos en esta distancia que cada día se hace más inconmensurable. 

Regresar sería verlos como un arcoíris de emociones, experiencias, aprendizajes, caídas y subidas de ese caminar que nos dice que el que se fue ya no es el mismo, es hoy otra persona  más fuerte, que casi no reconozco por su crecimiento y fortaleza que hace que le admire infinitamente  por las herramientas que le ha dado este caminar  para afrontar esto que llamamos vida.
La mochila  que trae a cuestas está llena  de aprendizajes construidos en mi ausencia, pero indiscutiblemente valiosísimos  para emprender  su regreso si eso fuera posible.

Pensar en el regreso es como desandar  el camino andado, será eso cierto  no lo sé y en estos momentos ni siquiera me lo planteó , aun teniendo la vivencia y el dolor de la soledad que hace que la miré desde sus diferentes aristas y me permito pulirlas y hacer que estas funcionen para   mi propio  beneficio, a veces hasta la bendigo y cuando lo hago reflexionó y veo que no es tan malo estar sólo; no sé si es que estoy aprendiendo a disfrutarla en su justo valor y no magnificarla en detrimento de mi crecimiento  y plenitud personal.

El regreso, que de cosas puede guardar y significar, es así como cuando estamos por un  período largo de viaje  y queremos regresar porque añoramos nuestra cama las cosas que  nos son familiares, el olor de eso que llamamos hogar, el regreso en estas circunstancias podría ser grato y placentero para el que lo siente. ! Ah!, pero el regreso a situaciones poco placenteras  podrían crearnos un nivel de desazón a nuestra existencia comparables al volcán que sólo deja destrucción y dolor a su paso, aquí  nos preguntamos  ¿Será necesario desandar el camino recorrido? Pienso que ésta es la pregunta obligada en cualquier circunstancia del transitar de ese recorrido que nos permite pintar nuestras vidas  de colores alegres y de otros menos luminosos.

Sabemos que lo pasado nunca será igual,  aunque tendemos a pensar que lo pasado fue mejor, pienso que debemos seguir montados en el autobús de nuestras vidas con sus subidas  y bajadas  construir y enriquecernos con los que nos quieran acompañar en nuestro viaje y tomar de cada persona esa esencia que nos quiera regalar y ver que la idea quizás no es regresar ,sino seguir avanzando y recorriendo con el alma habida de esperanza, bondad, sabiduría, para tomar lo mejor del despuntar del alba con esos rayos de sol maravillosos que acarician mi piel para un nuevo día y llegar al ocaso del mismo, observando ese cielo de múltiples colores  para comenzar la noche con miles de estrellas. Esto tiene un gran significado para mí y es  que la vida me lo da todo para ser inmensamente feliz, a pesar de que no haya regreso.


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