EL REENCUENTRO
Para reencontrarse hay como que primero perderse, o por lo menos, que haya habido un distanciamiento. Algo así me había ocurrido con mis amigos de Caracas. Aunque me mantengo continuamente en contacto por las redes sociales, estimo que hacia como cuatro años que no me reunía con mis compañeros del diplomado de Psicología Positiva, ni con mis colegas del Club de Escribidores de Caracas.
Pero una oportunidad de reencontrarnos se estaba presentando, porque en el marco de la celebración del X aniversario de la Sociedad Venezolana de Psicología Positiva (SOVEPPOS), se programó una jornada de actualización de la disciplina, y muchos de mis amigos iban a asistir. Un atractivo adicional era que iba a estar como ponente, la Dra. María Elena Garassini, quien venía de asistir al último Congreso Mundial de Psicología Positiva que se celebró en Australia y nos traía las últimas novedades. La Dra. Garassini, o "Lele" como le llamamos cariñosamente, fue nuestra profesora en el diplomado y es la responsable de que muchos hayamos abordado este transbordador "Chalenger" de la Psicología Positiva. Era una ocasión inmejorable, así que decidí asistir y "matar dos amigos de un solo tiro".
Salí de Valencia muy temprano y conseguí una "tranca" llegando a Caracas. El evento estaba programado para iniciarse a las 8:00 a.m. y yo estaba arribando con hora y media de retraso a la Universidad Metropolitana, sede del evento. Apresurado llegué a las puertas del auditorio, donde una persona a la entrada me calmó y me dijo que apenas estaba comenzando. Me explicó que habían estado esperando por Elinor Ribas, Luis Semprún y Martín Fernández, pero viendo que ya habían transcurrido más de hora y media y no habían aparecido, se decidió dar inicio al acto.
La sala estaba repleta, miré hacia mi derecha, la última fila al fondo y visualicé un puesto desocupado y dos luceros verdes que pestañeaban y me hacían señas para que me aproximara. No podía creer que tanta fortuna me acompañase y que la primera con quien me reencontrase fuera Arcángela, la Italo-Venezolana más bella de la cohorte favorita. Aquella tranca a la entrada de Caracas, que en su momento me molestó por retardar mi llegada, ahora la agradecía, porque fue la que dio el "timing" perfecto para que me tocara sentarme al lado ella. Ya estaba Josefina Blanco haciendo su presentación, y pedía a la audiencia que recordásemos cual había sido nuestra última emoción positiva. En mi caso, no tuve que recordar mucho, estaba viviendo en ese momento la emoción de la alegría al lado de la Arnone.
Llegó la hora del receso, del "break" como diría Lele en inglés australiano. La gente comenzó a levantarse. Una señora se aproximaba hacia mi ¡era Irma Weffer! No la conocía personalmente, pero nos abrazamos como si fuéramos amigos de toda la vida. Luego otra con amplia sonrisa se acercó, la identifiqué por una foto del whatsapp, era ¡Jesusita Peters! Y una tercera persona, que había estado arriba en el estrado sirviendo de directora de ceremonia, bajó de las alturas y vino hasta donde estábamos. Se presentó como Aura Marina Valera y fue también un placer conocerla.
Hablé con Alberto Lindner, y aprovechando su posición influyente dentro de la SOVEPPOS, le pedí me ayudara a por lo menos acercarme hasta donde estaba Lele para saludarla. Inmediatamente accedió y como un motorizado fue abriendo paso entre la multitud hasta llegar en donde estaba, rodeada de admiradores, toda una diva de Hollywood. Fue un emotivo encuentro con mi profesora caraqueña y ahora "cachaca".
Allí cerca estaba Maigualida, tomando fotos; se sacó un "selfie" junto con Alberto, su celular parecía prestado, porque en lugar de presionar el círculo de "foto", apretaba la cara de Alberto en la pantalla.
En el evento también me reencontré con: Victoria Tirro, Josefina Blanco, Pura Zavarce y María Enriqueta Aquique, un cuarteto estelar, todas mis queridas profesoras. Con Tibaire García, poco pude hablar, estaba muy ocupada llamando a la Hacienda Santa Teresa para comprar una botella de ron. Conversé con mi paisana Carmen Rosa Anzola, quien había originado todo un murmullo de exclamación en la audiencia cuando dijo que se había ¡fumado una lumpia! Saludé a Nancy Gutiérrez cuando se escapaba, y a Nayarí Rossi, muy activa cubriendo el evento como reportera.
Un reencuentro corto, que no dio tiempo a mayores intercambios, pero feliz de estar con tantos amigos y vivir la emoción de sentirme bienvenido y apreciado. Satisfecho de ver tantas personas queridas que siguen avanzando, trabajando, estudiando e investigando, dando un aporte importante al país, ahora cuando más lo necesita. Alcanzando sus mejores versiones y dándonos la oportunidad de experimentar la emoción del orgullo, cada vez que, esponjados como un pavo real, exclamamos: "Ella fue mi profesora en el diplomado ¡Esa es amiga mía!
Lionel Álvarez Ibarra.
Agosto 2019
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