¿Qué me cuentan estas fotografías?
Para mí existe un antes y un después del
nacimiento de mis nietos, haciendo una remembranza cuando me tocó criar a mis
hijas mi tiempo fue más de calidad que de cantidad, si tiempo valioso que traté
de optimizar por cuánto estaba en edad productiva y me tocó compartir el rol
materno con mi rol laboral, fueron momentos irrepetibles, de mucha responsabilidad
por cultivar valores en mis hijas, educar, enseñar,modelar para ellas para
convertirlas en lo que son hoy mujeres de bien, profesionales, con sus familias
constituidas en la que hoy formo parte de esa familia extendida, orgullosa de
ellas por demás, hay mucho amor , como no haberlo.
Pero este antes y después habla un poco de este
nuevo amor que emana de la abuelidad, desconocido por mí y que antiguamente
cuando oía hablar a otras abuelas de los nietos yo me burlaba un poco sobre lo
que decían, pero los nietos han hecho florecer ese amor con olor a rocío de las
plantas y al néctar de las
flores,fresco, apacible, sin premura, contemplativo, permisivo,consentidor, sin
reglas ni normas ya que eso se lo dejo a sus progenitores, estoy disfrutándolo
al máximo, no pensé que este sentimiento me hiciera sentir que he cubierto
todas las etapas del proceso evolutivo, no me imaginaba que el climaterio era
tan sabio, por cuanto disfruto el aquilatar los momentos, sin pararme a
discutir banalidades que conducen a razonamientos estériles y pérdida de
tiempo. En estos momentos el tiempo es valioso para mí, por cuanto deseo contemplar
todo el crecimiento de mis nietos en sus distintas etapas, agradecida con mi
Dios por permitirme hacerlo.
Explicar cómo mi corazón se llena de alegría y
ternura, como el despuntar del alba en una mañana clara, al contemplar a mi
nieto recién nacido (3 meses) reír al verme, escuchar con atención lo que le
digo y responderme con sus balbuceos, no tiene precio, me derrito como la
mantequilla sobre la arepa y como no hacerlo. Ponerlo en mi regazo y sentir sus
bracitos y piernas moverse transmitiéndome su calorcito y su olor a bebé, parece
que fuera un algodón de azúcar listo para comérselo. Y no
quieran saber lo que se siente cuando el de dos años me dice “ABU” es la mejor
música que he escuchado, es uno de los disfrutes más maravillosos de esto que
llamamos vida.
Pues ahora entiendo a los abuelos, me siento
plena al poder tener a mis afectos cerca hijas, nietos, yernos, entre otros.
Abuela llena de gratitud.
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