domingo, 27 de agosto de 2023

Lo que nos muestra la Ñ

Lo que nos muestra la letra Ñ

El idioma español es tan rico en formas y significados, que podemos construirnos en él, al reconocer lo que vamos siendo a lo largo del camino. Los adjetivos se verbalizan,  los verbos de adjetivan,  y se hacen acciones que nos recuerdan caminos, senderos y paisajes. Más aun,  nos pueden mostrar ciclos que construimos con personas, lugares o historias. La letra Ñ me ha mostrado parte de mi propia historia.

Te extraño. (Una persona)

Han pasado muchos años y todavía, a veces, te extraño. Es como echar de menos a algo que fue significativo y que ya no está. ¿Pero, qué extraño de ti? Es extraño extrañar, porque el balance no es positivo, ni azul o verde, más bien rojo. No te extraño entonces a ti, quizá sea a la forma en que me sentía, cuando no había motivos, indicios o sospechas de que algo pasaría, que haría que no estuvieras mas en mi vida. Suele ser de repente, inesperado, ¿no? O ¿no lo queremos ver? Los apegos, sobre todo los que tienen que ver con personas que se sienten abandonadas, suelen ser adictivas y se pegan a la piel como un corroncho que te succiona por dentro, dejándote vacío.

Extraño lo que era cuando estabas conmigo, extraño lo que era capaz de hacer por ti, extraño la persona que creaste para mí. Por todo eso y por lo que extraño que no me hace daño, es que te digo que, -“Te extraño, pero no te quiero de vuelta”

Añoranza. ( un lugar)

Añorar en cambio se trata del sentimiento que produce la distancia. Sigue estando donde lo dejaste, te espera y quizá y casi no se note la diferencia al volver. La añoranza no es un apego, sino la nostalgia de no estar conviviendo y compartiendo. Los españoles usan una palabra significativa, la “morriña”. Y justo la añoranza es eso, lo que no podemos definir y a veces tampoco descifrar. Es la ausencia, no porque ya no está, sino porque está lejos.

“Te extraño, pero no te quiero de vuelta”. Pero añoro los lugares que descubrimos juntos, a los recuerdos que se tejieron en el alma. Con el paso del tiempo en que no has estado, he logrado recordar aquellas cosas que me hicieron emocionar por muchos motivos. El añorar es querer estar en alguna parte, en algún momento, aunque no sea contigo. Los lugares adquieren personalidad propia, ¿sabes? Son independientes de los dos. Tienen su propia vida que suelen compartir conmigo o quizá contigo. La añoranza sin duda, tiene que ver con la alegría de haber vivido, ese sentimiento agridulce que suele dibujar una tenue sonrisa en la cara, con la mirada perdida y un leve oscilamiento de la cabeza, como de aquel que asiente cuando se le interpela y no teme por el desenlace. Añoro la añoranza.

Lo entrañable. (Un momento)

¿Sabes que lo entrañable tiene que ver con las vísceras? Y en ellas se encuentra el cerebro y el corazón. Entrañar como verbo, significa el descubrir que algo o alguien es extraordinaria y nos produce un sentimiento de profunda humanidad. Lo entrañable lo reconocemos estando presente en un evento, encuentro o visita. “Se alinearon los astros” suelen decir algunas o algunos cuando algo extraordinario sucede.

Te extraño, pero no eres entrañable y lo sabes. Vivimos juntos muchos momentos que fueron entrañables, pero que no extraño y no añoro. Esos momentos vividos que reconocemos como entrañables, se van a habitar a otros espacios y quizá con otro nombre. Lo entrañable se reconoce justo al término, cuando no ha habido espacio entre lo vivido y el recuerdo. Es justo ahí donde se reconoce y le damos ese nombre. Puede pasar que para poder calificar de entrañable algo, estemos en el lugar perfecto, el día indicado, con las personas amadas, y regalándonos memorias. Lo entrañable se va a ese espacio; a los recuerdos más valiosos.

La maravilla de la ñ, es que nos habla de ciclos, y además lo hace en tiempos. “Te extraño”, está en el pasado, aquella persona  que no quiero de vuelta; te entraño en el hoy, pero no estás, así que en mis cosas o momentos entrañables, no estás tampoco. Por último la añoranza se conecta con el futuro, con la ilusión del regreso, con el abrazo, con la posibilidad de lo posible; pero tampoco estas ahí. Me acabo de dar cuenta, que si te extraño y no te quiero de vuelta, es que ya no te extraño mas.

 

 

 

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