ESCRIBIR PARA RECORDAR
Escribir para atrapar el momento
vital.
Escribir para que la memoria no
resbale.
Escribir mar adentro y viento afuera.
Escribir en tu sol o en tu sombra.
Escribir cuando el dolor duela.
Escribir en los ríos de lágrimas.
Escribir en un puñado de rosas.
Escribir un instante en verso o en
prosa.
Escribir en la brisa o la arena en
primavera.
Escribir una caricia tiritando junto
a otra.
Escribir una mirada o un beso a la
distancia.
Escribir al amor cuando aún no es
desamor.
Escribir en letra viva reverdeciendo
la letra seca.
Escribir para lavar el alma de sus
tormentos.
Escribir para contar una historia
nunca repetida.
Escribir a la vida en una sinapsis de
pasión y emoción.
Escribir cuando aún están vibrantes espíritu y
memoria.
Escribir las nubes colgadas del cielo
envolviendo el Avila.
Escribir cuando somos enero y el diciembre camina lejos.
Escribir cuando aún somos presente y
no pasamos a la historia.
GUDELIA CAVERO
PADRE NO SOLO HAY UNO
Pocas veces la poesía se detiene en
el padre,
será tal vez, porque a punta de
matriarcado,
los padres de pura sangre y amor
invicto,
han sido desplazados a un segundo
plano, o peor aún,
se borraron de nuestros mapas
mentales y sociales.
Están los que sin habernos dado su
biología,
nos prodigan el talento de su amor.
Padres de oficio y beneficio que la
vida los trae perfeccionados y acabados,
no necesitan su sangre envolviendo
nuestra genética.
Padres esculpidos de inspiración
plena, los que lloran nuestro llanto,
y nos llenan de fantasía haciéndonos florecer en la tempestad.
Padres con el sueño haciendo luces, cuando la fiebre
grita de madrugada.
Seres bravíos construyendo esperanza
en tiempos de hambre,
desde la corteza de su piel, desde la
esencia cetrina de su sangre.
Padres con el corazón de madre,
hablándole al cielo,
y
pidiendo protección divina para que el hijo extraviado,
se encuentre a Dios en su camino.
Padres grandes, padres pequeños,
medidos por su estatura moral.
Padres presentes, padres ausentes, al
estilo de su paternidad responsable.
Unos presumen del honor de ser
“padres de hijos felices”.
Otros, dejaron en el camino de la vida,
hijos transparentes y vacíos, sin
oxígeno en su tejido emocional,
sumidos en el sin sentido del
abandono y el desamor.
Mi reverencia a todos los padres que
nos han cobijado, y nos han construido.
Aquellos que han olvidado sus sueños para avocarse a los
nuestros.
Aquellos que en la marea roja de la
vida, han empeñado su último centavo,
para subirse al tranvía de nuestra educación
y colgarse nuestras medallas,
sin ocultar su amor…ese que se
“babea” por el orgullo de tenernos.
Padres grandes…Padres de larga
travesía…Padres de la vida…
Esos son los PADRES QUE ESCRIBEN MI
POESIA…
GUDELIA CAVERO
EN BUSCA DE UNA PASION
Voy tras los pasos de
una nueva pasión,
que diluya mis horas
y las haga eternas.
que electrice mis
sentidos y los convierta
en una mezcla de
quinta y novena sinfonía.
Quiero libertad de pensamiento y acción,
que mis sueños
caminen descalzos,
que mi alma se vacíe
en sabores y colores,
siempre envuelta en
capítulos de estreno.
Quiero dejar de pedir
permiso,
hacer que mis
neuronas calcen zapatos de goma,
para que en su ligero
andar catalicen,
la erupción azul de
endorfinas y serotoninas.
Voy remodelando mis habitaciones
internas,
quitando paredes y
ampliando ventanas,
para que mis pasiones
cercanas y lejanas
se deslicen sin culpa
ni atropello.
Voy acomodando,
mudando y sembrando
mi jardín emocional,
voy quitando telarañas
podando mi mala
hierba, abonando mi esencia
para la nueva siembra…
la cosecha del mañana.
Busco una pasión, no
un trabajo,
mi obligación quedó
congelada y atrofiada,
quiero un hacer, que
me haga ser y pertenecer,
un hacer esencial que
me haga trascender.
Voy en busca de
aquello que ate mis sentidos,
esfume el cansancio y
acelere mis latidos,
que me convierta en
tierra fértil,
y me haga nube de
alabastro, luz de estrella,
alma soñadora, brisa
gitana tocando el cielo.
GUDELIA CAVERO
Qué manera de organizar las palabras de forma no convencional para mostrar tu interior!
ResponderEliminar