Por Martín A. Fernández Ch.
Fecha: 21/02/2019
Se acercaba la hora de la reunión del
Club de Escribidores, en la cual Tínmar es miembro; pero no hallaba el momento
y la manera de decirle a Titis, su acompañante, que tenía que salir y que no
estaba invitada, presintiendo que esto último la haría enardecer.
Tinmar, al ver que no podía seguir
prolongando el momento, porque llegaría tarde, se sienta cómodamente en el sofá
de la sala y llama a Titis. Había previsto el lugar más placentero y calmado de
la casa: al lado de la ventana que ofrecía una fuerte claridad y una vista espléndida
del Ávila, coincidiendo con la época cuando se encuentra verdoso.
̶ Hola
cariño, quiero conversar contigo de la forma más cariñosa posible y deseo que tengas
mucha comprensión conmigo. Tengo que decir que voy a salir a una reunión del
Club de Escribidores –Tinmar se encontraba muy calmado, había ensayado lo que
iba a decir y estudiado todos los escenarios que podía imaginar.
̶ Voy
contigo –respondió Titis tajantemente y con una expresión endemoniada en su
rostro.
̶ No
puedes ir conmigo, tengo que ir solo.
̶ ¡Te
dije que voy contigo! –volvió Titis a ratificar su postura con una voz más
enérgica.
̶ ¡Que
no te invitaron! –esta vez Tinmar, que solía siempre mantenerse en calma, alzó
la voz más fuerte y se levantó del sofá.
̶ ¡Tú
de esta casa no sales sin mí!
̶ Epa, Titis ¿Por qué tenemos que pelear? Contigo no se puede llegar a acuerdos, cómo
es posible que solo puedo hacer lo que tú digas. Tienes que dejarme ser. Una
verdadera relación amorosa debe respetar las individualidades. Estoy harto de
ti, tanto que me tienes amarillo de la arrechera.
̶ Te
dije, que sin mí no vas a ninguna parte –esta vez Titi se sonríe de una forma sarcástica
y haciendo ademanes dejando entender que tiene la razón.
̶ Cómo
te hago entender que no estás invitada, que no te quieren en la reunión.
̶ ¿Por
qué no me quieren?
̶ Porque
eres muy pegajosa, le das fiebre a la gente. Molestas tanto, que haces hinchar
al hígado y hasta descontrolas la sangre. Y nadie desea sufrir de eso.
̶ ¡Pues,
si no quieren que vaya, se jodieron, porque tú tampoco vas! –responde Titis, y en
seguida se ríe a carcajadas.
̶ No
seas tan intransigente, vamos a negociar.
̶ No
hay negociación, si no voy contigo, no vas.
̶ Esta
relación nuestra no va por buen camino, no es posible que no pueda salir solo ni
a la esquina.
̶ ¡Pues
no!
̶ Te
voy a encerrar en la habitación, para ver si vas a poder impedir que me vayas.
̶ Sabes
que no puedes, porque vivo en ti.
̶ No
será por mucho tiempo, en tres semanas sales de mi vida, ¡Eso te lo juro!
̶ Eso
será en tres semanas, pero hoy no vas sin mí.
Tinmar enfurecido, reconociendo que
Titis tiene razón, deja la conversación y se va a su habitación a recostarse en
la cama para relajarse y para seguir la recomendación del médico, quien le había
mandado reposo absoluto. Y ella lo siguió y se acostó con él. A pesar del disgusto
entre ellos, existe una relación de amor, aunque tóxica, pero solo el tiempo y
la paciencia acabará con ese sufrimiento y podrán hacer de sus vidas lo que
decidan, pero con la seguridad que más nunca volverán a encontrarse.
FIN
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