Autor: Martín Fernández
13/03/2020
“Maygua, ese tema no me
gusta mucho,
veré como le doy la
vuelta al asunto y hablo sobre las hormigas”.
Existen frases que me desencajan,
tales como “hay que cerrar ese ciclo” o “pasar la página”, pretendiendo decir “hay
que olvidar lo sucedido que la vida sigue”. Es posible que el error esté en la
interpretación del concepto de ciclo: serie de situaciones que tienen un
principio y fin, pero que vuelven a iniciarse de la misma manera. Esto se ha estudiado
en física, economía, biología y otras ciencias, cuya acepción es aceptada y
tiene utilidad metodológica para predecir. Ahora bien, que esto se aplique a
las situaciones emocionales es, a mi parecer, delicado y no permite resolver el
dilema de cómo salir de la fosa.
Como dicho concepto lo considero
difuso para aplicarse con las emociones, creo más conveniente hablar de: tomarse
tiempo, aceptar, aprender, superar y evolucionar. En lo relativo a “tomarse
tiempo”, es entender que cada persona es distinta, lo que significa que cada
quien tiene una capacidad y forma diferente para resolverlo en el tiempo,
porque son procesos individuales. Durante éste proceso se aprende, pero esto dependerá
de la actitud de aceptación de la persona ante las circunstancias adversas a la
cual se enfrenta, es decir, hacer conciencia plena y justa para poder aprender
y, de esta manera, avanzar o evolucionar para darle continuidad a su vida.
Entonces no se trata de cerrar ciclos,
sino de darle continuidad a la vida, sin olvidar que, lo que somos hoy, es
producto de haber cursado por ciertas circunstancias y que, dependiendo de lo que
bien hayas aprendido, evolucionarás a una mejor versión como buena persona. Así
mismo, hay que entender que no se trata de “pasar página”, porque la vida es
como un libro, que se divide en capítulos y que éstos son aglomeraciones de
páginas (solo que se termina cuando viajamos a la otra dimensión) y que podemos
volverlo a leer, así como cuando traemos al presente los recuerdos. Depende de
nosotros cómo entender ese libro de la vida que escribimos diariamente, para
sentir satisfacción y bienestar, y tener deseo de volverlo a leer.
Para terminar, pienso que los ciclos
emocionales no se cierran, permanecen abiertos y tienen continuidad en otro
ciclo, el cual puede tener características de evolución, dependiendo de la
madurez emocional producto del aprendizaje.
PD: ahora escribiré
sobre las hormigas.
FIN
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