Fecha: 22-01-2020
Autor:
Jesucita Peters Salcedo
“Amor
en tiempos de Diásporas”
Reflexionando sobre el significado de la palabra "Diáspora " encontramos que anteriormente la misma no era tan significativa como en los momentos actuales para los Venezolanos, la cotidianeidad te indica como nuestros afectos están diseminados por todo el globo terráqueo, haciendo que nuestros corazones sean capaces de volar con las alas de la añoranza ,cada vez que los medios informáticos nos permiten tener contactos con nuestros hijos, nietos,padres , hermanos, amigos, es decir, un sin fin de amores por el mundo.
Es un sentimiento
compartido,es un tema de conversación con cualquier grupo que te reúnas,
donde las manifestaciones emocionales van desde el dolor en las entrañas
que produce no tener los afectos cerca, hasta un rictus de rabia contenida ante
la impotencia y frustración de no poder cambiar esa realidad que hace que
tengamos que aprender amar de otra forma, donde estamos pendientes de esas fotos
diarias que recibimos de nuestros hijos, nietos,otros.
Son tiempos de aprendizajes nos vamos acostumbrando a vivir en la distancia, sin ese calor y abrazo reconfortante, calientito que nos ata a esos seres que tanto amamos, como aprendemos a ver crecer a nuestros nietos a través de una pantalla de un celular con la frialdad del hielo que esa pantalla genera y que a pesar de eso la aprendemos atesorar por lo reforzante que es ver esa imagen de nuestros afectos.
Además nos sentimos conflictuados, porque nuestra realidad país nos lleva a reflexionar, será mejor para ellos que ya no regresen y que construyan sus recuerdos e historias en lugares distantes de nuestra patria y de nosotros, que dolor tan inconmensurable en el alma, que aprendizaje tan profundo tan comparable como el hueco que hace el agua de la catarata al caer desde tan alto, es en este momento que tenemos que poner nuestras fortalezas personales para ser muy resilientes y no dejarnos abatir ante esta realidad.
Mi experiencia relacionada con el amor en tiempos de diáspora,además de la ausencia de mis hijas, es hacer consciente la mudanza de mis vecinos con los cuales compartimos momentos muy gratos y lo que significó para mí ya no sentir en las mañanas la algarabía de sus tres niñas para ir al colegio y sus visitas en mi casa (su abuela postiza) para buscar chocolates, no sabía de ese sentimiento de tristeza que me embargo ante su ausencia , descubriendo que ocupaban un lugar importante entre mis afectos.Que si hemos aprendido yo diría que por demás, como es ir al consultorio de tu médico de toda la vida y movérsete el piso porque las palabras acostumbradas de hoy día es el médico ya no está en el país, y así nos seguimos cayendo y rompiéndose nuestras rodillas y no nos queda otra forma que limpiarlas y seguir caminando, esa es la orden.
Pienso que
todo esto nos enriquece y nos hace mejores personas estoy seguro de
ello.¿Seremos resilientes? pienso que en gran cuantía pues todos estos
aprendizajes dan cuenta de ello.
Yo estoy tratando de acortar la distancia entre mis afectos y yo, lo que me conduce a ir cerrando ciclos en este momento de mi vida que nunca imaginé y que me produce un poco de miedo por todo lo que eso implica, cultivando el desapego de mis cosas tan familiares y mis rutinas cercanas, es un nuevo ciclo lleno de muchos amaneceres por descubrir, con horizontes llenos de expectativas ante este futuro próximo por vivir.
Sólo le pido a Dios que me llene de infinita sabiduría para saber sopesar lo que es verdaderamente importante en este nuevo camino por transitar y que en el tren de mi vida se sigan montando personas que me nutran el alma para hacerme mejor persona y que este compartir con la extensión de mi familia mis nietos, sea propicio para sembrar árboles con raíces profundas y ramas frondosas para aguantar las tormentas y los momentos de remanso y de infinito amor.
El amor en tiempos de diáspora hace aflorar un sin fin de emociones y sentimientos y nos permite ir amoldándonos ante esta realidad que nos arropa, poniéndonos una coraza ante las adversidades y disfrutando al máximo los momentos gratos de estas vivencias, que cada quien la vive a su manera, tal como los momentos compartidos entre los escribidores.
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