Autor: Jesucita
Peters S.
Fecha: 23-01-2022
“De todos los cambios que se han suscitado en estos
tiempos de pandemia, cuáles te han afectado más y cómo lo llevas para lograr el
bienestar”
Estos tiempos de pandemia han generado muchos cambios, pero la pandemia para mi viene acompañada de cambios significativos a nivel personal, comenzando por dejar la brújula del ámbito laboral (más de 40 años) , lo que trae consigo todos unos procesos asociados al empleo, siento que me afecto mucho la planificación de lo que haría durante la semana y mucho más aún al día siguiente, el saber que mi día a día en la dirección de la escuela de psicología, estaba marcada por reuniones y toma de decisiones significativas para los estudiantes que conllevaban una gran responsabilidad, porque digo brújula porque el trabajo pasa a tener ese especie de dirección de la vida del que labora y cuando dejas de hacerlo se te mueve el piso significativamente, tanto es así que pierdes la noción del tiempo, muchas veces no sabía en qué día de la semana estaba, me hizo mucha falta el compartir con mis compañeros de trabajo en la hora del almuerzo, nuestras tertulias por demás estimulantes. Cómo y de qué manera pude tratar de minimizar estos cambios en mí, trate de dividir mi tiempo diario en actividades para poder lograr el bienestar, comencé hacer rutina el hablar con Dios y reflexión sobre lo acontecido en la actualidad, hice ejercicios de respiración y estiramientos de mi cuerpo; al no poder salir, me dedique a caminar durante una hora dentro de mi casa, jardinear fue unas de las tareas más gratificantes para mí en esos momentos.
Y siguen los cambios, después del vacío del empleo vino el de la enfermedad, ese si fue un golpe bajo, nunca en mi vida me había sentido tan sola con mi padecimiento, a Dios gracias siempre hay unas manos amigas que me pudieron apoyar, entre ellas la hermana que nunca tuve, incondicional y amorosa mudada de un todo para mi casa para socorrerme, agradecida por siempre con mi amiga María Dolores y todo el bienestar que me pudo proporcionar, desde ayudarme a bañar hasta cocinarme los alimentos que requería, allí comienza a tener un significado diferente la palabra “Agradecer” y su importancia en mi vida.
En esos momentos tengo una manera diferente de aproximarme a mí entorno, quizás más contemplativa y de percepción más amplia sobre las cosas más simples de la vida, pero que te inundan el alma del mayor bienestar posible a pesar de las circunstancias, uno de los bálsamos maravillosos de ese tiempo era el contemplar el Ávila y observar las guacamayas circundar la ciudad de Caracas, con sus colores azules, amarillos y rojos brillantes que te pintan el amanecer y el atardecer, para regocijarte por ese encuentro.
Otro cambio significativo fue el salir de mi amada patria, aunque venía en busca de mis afectos que me inundarían de amor y bienestar. Siempre me afectaron los olores y el estar en viviendas en los cuales no se vive sin calefacción y aire acondicionado, comparándolo con nuestros espacios era otro cambio para acostumbrarme, en cuanto a los sabores de la comida, la misma no me sabía a nada, andaba en busca del sabor del ají dulce con el cual aderezaba mi comida en Venezuela; si parecen cosas sencillas y cotidianas pero que forman parte de mi arraigo. Una de mis hijas tiene en su casa un patio muy grande lleno de grama y yo pensaba y estos muchachos por qué no siembran plantas, hortalizas al menos, con lo que me gusta la jardinería, yo disfrutaría un mundo sembrando y cuidando esos cultivos y luego me doy cuenta que la nieve no lo permite a menos que esperes el verano o hagas un invernadero. Otro cambio, las estaciones durante el año, la que verdaderamente me cautivo, si bien la primavera es la renovación el cambio en sí mismo, fue el otoño con sus colores espectaculares yo no había tenido oportunidad de vivirla a plenitud y me proporcionó mucho bienestar, siento que mi comunión con la naturaleza es innegable me alegra y llena mi espíritu.
Otro cambio es que ahora me siento la abuela nómada, ya que mis dos hijas viven en Estados diferentes y me comparten 6 meses con una y 6 meses con la otra y por supuesto con mis adorables nietos.
Quizás algo que realmente me ha pegado y que yo no lo había concientizado, es ese abrazo cálido y fraterno de esos amigos incondicionales dejado en mi patria.
Seguirán los cambios en mi vida para nutrirme y hacerme crecer y estar abierta a todo lo que nos dejará la pandemia y que realmente el mundo que conocí, no volverán a ser como antes. Esto es un aprendizaje continúo y acelerado para todos nosotros, pero seguro que nos dejaran mucho más resilientes para afrontar todos los altibajos que la vida nos depare.
Actualmente llena de bienestar al estar con mis afectos, no podría estar más agradecida por ello.
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